La destitución fulminante de Sergio Pascual como número tres de Podemos sigue coleando. Más allá del uso de las redes sociales por parte de los simpatizantes del partido, siguiendo una estrategia bien orquestada, es evidente que las tensiones no han cesado. A que el conflicto se avive, y no se trate únicamente de una “reestructuración” sobre la que se “han exagerado” las cosas, como hace una semana aseguró Echenique, sustituto de Pascual, han contribuido algunas declaraciones como las efectuadas por Monedero y en las que criticaba a Íñigo Errejón.

A priori, el número dos de Podemos es el que peor parado ha salido de esta crisis. Desde que Iglesias tomó la decisión de destituir a Pascual, hombre muy próximo a él, permanece desaparecido mediáticamente.

El día de la cal

Sin embargo, el conflicto interno viene de antes. Solamente hay que recordar, en medio de aquellas duras palabras que Pablo Iglesias dedicó al Partido Socialista, la cara de quien estaba a su lado justo cuando sacó el asunto de la cal y Felipe Gonzalez.

Precisamente, el diario 'El País' habla este domingo de la lucha entre 'errejonistas' e 'iglesistas' y pone el acento en como el líder de la formación morada ha tratado al PSOE en un momento como el actual, en plena incertidumbre política. Según el rotativo la corriente que encabeza Errejón “defiende la vuelta a la transversalidad ideológica”.

No es baladí el asunto porque ahora mismo en el seno del partido analizan concienzudamente qué puede suponer para Podemos una repetición electoral. Las encuestas no auguran el ascenso que daría lugar al sorpasso, sino todo lo contrario, vaticinan una caída que puede hacerles caer hasta la cuarta posición en lo que a preferencias de los electores se refiere.

Ex votantes socialistas

Al margen de la cocina que exista en esos análisis demoscópicos, que como las meigas 'haberlas haylas', lo cierto es que una parte importante de su electorado apoyaba hasta el 20D al Partido Socialista. En muchos de esos ciudadanos descontentos con la actitud de Iglesias, tanto en las formas, como en el fondo, puede estar la clave del conflicto interno.

A todo esto hay que sumar el poder de las formaciones que, sin pertenecer a Podemos, sí han concurrido de manera conjunta en los comicios de diciembre.

En dos de las comunidades donde han ganado fuerza, Galicia y el País Vasco, hay cita con las urnas en unos meses, algo que también se deja notar.

Galicia y País Vasco

Mientras en Galicia En Marea discute internamente si acudir o no en solitario para hacerse con la Xunta, para lo cual necesitaría el respaldo del PSdeG, Podemos también trata de resolver su propia controversia interna. Por su parte, en Euskadi, tal y como informó ELPLURAL.COM estos días, el partido aboga por más federalismo, autonomía, el derecho a decidir y el acercamiento de los presos.

Sin duda, lejos de cerrarse la crisis interna, Podemos se encuentra en una encrucijada política que lo aproxima al nivel de los partidos de 'la casta' -que tantas veces han criticado- por culpa de su propio 'aparato'.