En ELPLURAL.COM les contamos hace dos semanas la sorprendente decisión del Govern balear de aprobar la ‘importación’ de basura desde varios países europeos, muy especialmente Italia, para ‘rentabilizar’ una incineradora sita en Son Reus. Una decisión tras la que, según denunciaban los grupos ecologistas en este diario, había muchos intereses de grandes empresas, alguna de ellas multinacionales.

Alcaldes del PP en pie de guerra contra el Govern
Desde entonces la preocupación por el tema ha continuado calando en la sociedad mallorquina, hasta el punto de que ha forzado una crisis abierta entre los alcaldes de los ayuntamientos concernidos, casi todos en manos del propio Partido Popular, y el Gobierno autonómico que preside José Ramón Bauzá. La situación es tan complicada que el partido en las islas ha comenzado a ‘levantar la mano’, amenazante, contra los alcaldes díscolos.

El Diario de Mallorca desvelaba este lunes presiones del aparato político de Bauzá contra la alcaldesa de Alcudia, el puerto donde desembarcarían los residuos a reciclar, el alcalde de Bunyola, localidad que se ve afectada por las emisiones de la gigantesca planta, cuya capacidad fue recientemente ampliada con una nueva línea de incineración, y el alcalde de Palmanyola, que se ve afectado por la acumulación de deshechos a menos de un kilómtero de su población.

El timo del trileo
Los tres alcaldes populares, según el diario balear, están recibiendo indicaciones para que callen y acepten sin protestar la iniciativa del Govern. Una iniciativa que, según contamos en ELPLURAL.COM, consistió en someter a los mallorquines al timo del trilero.

Durante las elecciones, Bauzá y los suyos prometieron congelar las tasas de basura, lo que ponía en riesgo los beneficios asegurados apalabrados con la empresa de la incineradora. La solución para dar salida al problema se convirtió en importar basura. Algo prohibido en Mallorca conforme a un reglamento aprobado en 2001. ¿Qué hicieron Bauzá y sus consejeros? Un plan trampa. Aprobaron un decreto ley para, supuestamente, “promover la economía en materia de industria y energía”. Un decreto ley en el que no se hablaba para nada de residuos ni su tratamiento. Pero una vez el decreto ley fue aprobado, y al pasar por el Parlament para tramitarlo en ley, se modificó el texto por una enmienda del propio PP, por la que se ‘legalizó’ la importación de residuos sólidos. Ya estaba hecha la trampa.

Los hoteleros se suman a la guerra
Cuando la descubrieron los grupos ecologistas y de la oposición la denunciaron. Pero ahora, como vemos, se suman los alcaldes populares, que conscientes de que el mayor ingreso que tienen es el turismo, lo ven peligrar por la imagen tan negativa que va a suponer para la zona ser conocida como un ‘estercolero de Europa’.

La reacción del sector turístico no es menos dura. En las próximas horas, la consellera de Medio Ambiente, Catalina Soler, tiene que verse con los miembros de la Federación Hotelera mallorquina, cuyo entusiasmo con la idea de importar basura de la UE es perfectamente descriptible. Según el Diario de Mallorca, los hoteleros tienen intención de inundar a la consejera con la lista de agravios y problemas que el sector tiene que hacer frente a causa de esta decisión tan inexplicable en una zona que vive de su imagen.