El veto de Junts a la ley de amnistía no sólo manda a la casilla de salida al propio proyecto; también influye en las relaciones de los independentistas con el PSOE. La desconfianza vuelve al primer plano, hasta el punto de que desde altavoces socialistas se pone en barbecho la decisión de sus aliados y se les llama a consultas tras la traición. Así, el líder del PSC, Salvador Illa, ha urgido a sus interlocutores a abrir un periodo de “reflexión” tras el rechazo a su propio articulado. En paralelo, desde la cúpula de los neoconvergentes, Jordi Turull esparce amenazas con tumbar la legislatura e incumplir los “acuerdos de Bruselas” en caso de no ceder a sus pretensiones para confeccionar una “amnistía integral”.

El debate parlamentario en torno a la amnistía provoca un nuevo terremoto en el tablero político español. Al menos así lo plantean desde posiciones independentistas, que ya airean la posibilidad de incumplir el acuerdo de investidura y tirar por tierra la legislatura. Junts exhibe músculo ante los suyos, mientras el Gobierno se planta ante sus exigencias que, a su juicio, se salen de los márgenes constitucionales. La prioridad de Moncloa es solidificar el articulado para blindarlo ante los tribunales y a ese camino sólo se accede a través del texto que emanó de la comisión de Justicia. Es decir, la redacción original y las enmiendas acordadas entre todos los grupos; quedándose fuera las planteadas por los de Puigdemont.

La narrativa socialista pone el foco sobre sus interlocutores, responsabilizándolos del retraso que sufrirá el texto. Desde el Gobierno, además, se ha lanzado una andanada de avisos frente a sus esperadas amenazas. Bolaños ha recalcado en la Cadena SER que la ley de amnistía saldrá y lo hará sin “improvisación”, además de recordar que “la duración de la legislatura” sólo compete al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; por lo que al Ejecutivo le quedan “tres años y medio” por delante para consolidar su “proyecto político”. Una agenda en la que es capital la convivencia en Cataluña, pero también el blindaje del Estado del bienestar.

El PSOE pide cuentas a Junts

Los socialistas responden con firmeza a los golpes en el pecho de sus aliados, aunque ello no implica una ruptura de puentes. El Gobierno seguirá negociando. Así lo ha hecho saber el líder del PSC en declaraciones a Onda Cero. Salvador Illa refuerza su apuesta por la amnistía al considerarlo el mejor camino para “normalizar” la relación con Cataluña. El que fuera ministro de Sanidad ha llamado a la “reflexión” a los de Puigdemont para reconducir la situación, aunque les afea que su ‘no’ “ha fallado” a la ciudadanía catalana.

Illa espera y desea que el proyecto de ley salga adelante. Se muestra optimista y describe esta apuesta del Gobierno como un “paso de generosidad” sin el cuál sería prácticamente imposible pasar página al procés.  El líder de los socialistas catalanes ha reivindicado la firmeza de su partido en la negociación con Junts, frente a quienes auguraban una nueva cesión del PSOE. Por ello, entiende imperativo que el objetivo renovado sea “mantener el mismo criterio”.

La ley de amnistía es una normativa “sólida”, aunque entienden que el texto pueda levantar sospechas en ciertos círculos. No obstante, esas suspicacias deberán dirimirse en el Tribunal Constitucional, que será el que otorgue o no validez al proyecto. Illa considera que el texto ya era lo suficientemente completo incluso antes de sumar las enmiendas pactadas con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).

La negativa de los socialistas a incluir las modificaciones de Junts, diseñadas tras las prórrogas del caso Voloh y de Tsunami Democrátic, se sustenta en que resquebrajaban ese escudo del que se proveyó al articulado. Illa ha evitado pronunciarse con respecto a las actuaciones judiciales en sendas investigaciones y ha apelado al “respeto escrupuloso” al poder legislativo. En cualquier caso el líder de la oposición en Cataluña precisa que el texto pone fin a “diez años” de estancamiento en la región en materias de infraestructuras, energías renovables o mejoras en el sistema educativo. El regreso de Puigdemont, por tanto, no es “lo que mueve” a la ciudadanía catalana, aprovechando para afear a los neoconvergentes sus exigencias en competencias migratorias: “Se han dejado condicionar por la ultraderecha independentista”.

Advertencias a Moncloa

En paralelo, el secretario general de Junts, Jordi Turull, también ha activado los resortes contra el PSOE. El número dos de los neoconvergentes ha amenazado al Gobierno. “Si el PSOE no se mueve de aquí y no quiere haya una ley de amnistía integral, para todos y de aplicación inmediata, es que no quiere cumplir el acuerdo de Bruselas”, ha advertido Turull, aludiendo al pacto de investidura. En este sentido, lamentan que la redacción actual retire el blindaje no sólo a Puigdemont y Marta Rovira, sino a numerosas personas investigadas en diferentes causas que se instruyen por terrorismo en la Audiencia Nacional y en la trama rusa; esta última la lídera el magistrado Joaquín Aguirre desde Cataluña.

Por lo tanto, Turull entiende que su partido no puede regalar el ‘sí’ al texto desde la “resignación”. “No podemos mirar a los ojos de gente imputada con relatos delirantes y decirles que las cosas son así”, ha precisado el número dos de Junts, quien ha exigido focalizar el debate en soluciones y no en el problema. Emplazan a los socialistas a “buscar un redactado para todos, permita una aplicación inmediata y tenga fundamentación jurídica”. En otras palabras, que el articulado pase el filtro del Constitucional y de la justicia comunitaria.

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