Un rápido vistazo a la prensa en la mañana de este miércoles bastaría para concluir que Alberto Núñez Feijóo desaprovechó la comparecencia de Pedro Sánchez que él mismo pidió. El líder de la oposición se aferra a que el jefe del Ejecutivo le insulta, pero lo cierto es que pudo haber empleado mejor el limitado tiempo del que dispuso, tasado en 20 minutos, para exponer una sólida alternativa energética. No lo hizo. Apenas pasó de puntillas por propuestas embusteras como la energía nuclear. El dirigente popular insiste en advertir sobre su cierre cuando este no está previsto hasta 2027 y, a día de hoy, hay cinco centrales nucleares operativas con un total de siete reactores funcionando. Así las cosas, Gobierno y Ferraz se dan por satisfechos con el resultado del debate, pues creen haberlo ganado holgadamente tras mostrar las vergüenzas y la falta de “solvencia” de Feijóo.

Según fuentes de Moncloa, el presidente logró dibujar un acertado “diagnóstico realista frente a quienes alientan el catastrofismo”. “Fue pedagógico, empático, cercano, transmitiendo seguridad, rigor y control”, remachan.

Sánchez admitió que la coyuntura está dominada por la incertidumbre devenida de la guerra en Ucrania. Razonó que Vladimir Putin podía cerrar el grifo del gas a Europa; o no, porque igual opta por un flujo limitado para poder pagar las facturas de su propia guerra. Moncloa baraja todos los escenarios y, por si acaso, “nos preparamos para lo peor”, afirmó Sánchez. Por ello y por haber explicado la larga lista de medidas implementadas y el plan de contingencia con el que pretenden aquilatar el decreto de ahorro energético para afrontar el duro inverno, los socialistas creen que “demostró determinación para hacer frente a la incertidumbre” frente a los “profetas de la catástrofe”. “El país prefiere la esperanza y las soluciones al miedo y los augurios”, reiteran.

Desmenuzando a Feijóo

Ya antes del debate en el Senado, el líder del PP se ponía la tirita por lo que pudiera pasar. El formato no le gustaba porque él únicamente disponía de 20 minutos, 15 de intervención y cinco de réplica, tal y como recoge el reglamento de la Cámara. Ahora, al argumento de la diferencia de tiempos, le ha sumado el de un insulto que no se produjo. Feijóo se ha victimizado acusando a Sánchez de haberle propinado “un ataque furibundo”. Su número dos, Cuca Gamarra, en la misma tónica, ha censurado su actitud a pesar de que no ha sido capaz de explicitar cuál fue la descalificación.

En este sentido, el portavoz parlamentario del Grupo Socialista en el Congreso, Patxi López, ha recordado que el PP ha llamado a Sánchez “déspota”, "irresponsable", "soberbio", "ególatra", "frívolo", "caudillista" y "dictador sanguinario". “Lo que no estaban acostumbrados es a que les pusiéramos delante de sus propias vergüenzas”, ha sentenciado.

Por su parte, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha aquejado que, frente al rigor y las propuestas del líder del Ejecutivo, el dirigente popular “no efectuó ninguna propuesta” y cuestionó que “si piensa que les hemos copiado las medidas, ¿por qué votan en contra?”.