Alberto Ruiz-Gallardón fue visto durante muchos años como el ‘progre’ del Partido Popular y esa imagen fue comprada incluso por los sectores madrileños más progresistas e, incluso, por el colectivo LGTB. El antifaz cayó definitivamente en 2011 cuando Mariano Rajoy le nombró ministro de Justicia y la encomendó la contrarreforma de la Ley del Aborto.

La encomienda le costó el papel histriónico, el de progresista, y el puesto, ya que se vio forzado a dimitir en septiembre de 2014, después de que Rajoy le dejara solo frente al muro de contención político y social contra la reforma del aborto.

Un proyecto en herencia
Gallardón se había tomado muy en serio la encomienda, que no era más que un viejo proyecto de su propio padre, José María Ruiz Gallardón, diputado de Alianza Popular y amigo de Manuel Fraga, quien en 1985 se encargó de recurrir ante el Tribunal Constitucional la primera ley del aborto aprobada por el Gobierno socialista de Felipe González en 1985.

Juan José Millás desveló una vez, según recordó la web Los Genoveses, una frase que se le escapó a Gallardón en una cena y que el escritor, cercano a él, consiguió escuchar: “Hay que casarse con el ABC y acostarse con EL PAÍS”.  La frase, sin duda, le retrata.

Gallardón, enemigo número uno de Esperanza Aguirre, supo, como la lideresa escapar de escándalos de corrupción, como Gürtel, el caso Nóos y Púnica, que se cocinaban a su alrededor en la Comunidad Autónoma de Madrid.

Presidente autonómico y alcalde
En junio de 1995, Alberto Ruiz-Gallardón se hizo con la Presidencia regional en su tercer intento. Ocho años después, el 25 de mayo de 2003, fue elegido alcalde de la capital en una lista electoral en la que iba la esposa de Aznar, Ana Botella. En 2007, Gallardón volvió a ganar los comicios con mayoría absoluta.

Como alcalde, con proyectos como la ampliación de la M-30 y los fallidos Juegos Olímpicos, consiguió el triste récord de convertir al Ayuntamiento de Madrid en el más endeudado de España. En 2011, su deuda suponía el 158% de sus ingresos ordinarios presupuestarios.  Del desembolso de 103.000 euros por hora que debía ejecutar, 86.000 euros correspondían a la deuda.

Un largo curriculum popular
En la Comunidad y la Alcaldía, Gallardón forjó su papel de progre con el que escondió un largo curriculum en las filas del PP que inició en 1983 con su acta de concejal en el Ayuntamiento de Madrid por Alianza Popular. Tres años más tarde, se incorporó a su Comité Ejecutivo y a su asesoría jurídica.

En ese mismo año, 1986, concurrió en las elecciones generales del 22 de junio, como candidato al Senado, curiosamente por la circunscripción de Palencia, pero se quedó con las ganas. Se hizo, sin embargo, con la Secretaría General del partido, tras la salida de Jorge Verstrynge, y fue nombrado candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid.

En los comicios autonómicos que se celebraron del 10 de junio de 1987, consiguió un escaño de diputado en la Asamblea de Madrid. En 1989, con Manuel Fraga al frente del partido, Gallardón pasó a formar parte del Comité Ejecutivo Nacional y se convirtió en presidente del Comité de Conflictos y Disciplina.

Sus anunciadas espantadas
Cuando en 2014 anunció su retirada de la política tras su fracaso con la reforma de la Ley del Aborto, muchos no le creyeron. Había amenazado con la espantada en varias ocasiones.

En enero de 2008, el entonces alcalde de Madrid dijo que se pensaría continuar en la política después de que Rajoy le negara un puesto en las listas electorales para entrar en el Congreso. Tenía reservado el número cinco, pero Aguirre le desbarató su plan al pedir también un sitio.

En una reunión en Génova, entre Rajoy, Aguirre y Gallardón, de la que El País desveló detalles, el presidente del PP les dijo que estaba “harto de los enfrentamientos" entre los dos dirigentes y, como castigo, les dejó a ambos fuera de la lista.

 "No me podéis hacer esto. Mariano, tú has tomado tu decisión y no la mía. Tras el 9 de marzo, dejaré la política", amenazó Gallardón. Cosa que, como se sabe, no hizo.

En 2007 ya había amagado con irse cuando Aguirre le derrotó sobradamente en la batalla por el control del PP madrileño. Cuando los periodistas le preguntaron sobre su futuro, Gallardón contestó: "¿Si volveré a presentarme como candidato a la alcaldía en 2007? Sinceramente, no lo sé. Yo tengo un compromiso con los madrileños hasta mayo de 2007. Después no sé".

O no estaba seguro de su carrera en la política o a Gallardón le iba aquello de amenazar con marcharse. Ya en la lejana fecha de 1988, cuando era vicepresidente de Alianza Popular y su portavoz en la Asamblea de Madrid, valoró abandonar cuando consideró que el entonces presidente del partido, Antonio Hernández Mancha, había maniobrado a sus espaldas un posible acuerdo con CDS para arrebatar el Gobierno regional a Joaquín Leguina.

La despedida a su suegro con el Cara al sol
En 2014, sin embargo, tras su fracaso con la ley del aborto, Gallardón sí se retiró, al menos hasta el momento. El pasado marzo trascendía que había decidido fundar un despacho de abogados, junto a su hijo, José Ruiz-Gallardón Utrera, y su primo, Ignacio Ruiz-Gallardón García de la Rasilla.

El pasado mes de abril, Gallardón volvió a ser noticia, cuando portó el ataúd de su suegro, el franquista Utrera Molina, mientras se cantaba el Cara al sol para despedirle, a la salida del féretro de la iglesia de San Miguel de Nerja, con varios brazos en alto.