El Ayuntamiento de Madrid ya ha dejado hechas las cuentas hasta 2015, con lo que la previsible nueva alcaldesa, Ana Botella, esposa de José María Aznar, no tendrá que preocuparse de hacer los presupuestos. Esto ha sido así porque el consistorio madrileño tiene en 2011 una deuda viva media que supone el 158% de sus ingresos ordinarios presupuestarios. Y cuando la cifra es superior al 110% no puede pedir dinero a los bancos sin autorización expresa del Ministerio de Economía y Hacienda, al que hay que enviar un plan para alcanzar ese porcentaje de endeudamiento.

La deuda en 2015, 105% de los ingresos presupuestarios
El equipo de Ruiz Gallardón ha elaborado un plan en el que en 2015 el Ayuntamiento de Madrid tendrá una deuda que será del 105% de sus ingresos presupuestarios, con lo que habrá cumplido su compromiso y podrá volver a endeudarse sin permiso. Para ese año 2015 la carga de la deuda por intereses y amortización del principal será prácticamente la misma que en 2011, puesto que el coste de los préstamos pendientes de amortizar no se reduce.

Por de pronto, para 2012, toda esa carga financiera supondrá para el Ayuntamiento de Madrid un desembolso de 103.000 euros por hora. De ellos, 86.000 euros corresponderán a la deuda general del consistorio, a razón de 20.000 euros a la hora de intereses y 66.000 euros de amortización de principal. La M-30, por su parte, gastará 17.000 euros a la hora, de los que 10.000 euros corresponden a intereses y 7.000 a amortización del principal.

La esperanza, recaudar más impuestos si se sale de la crisis
Para 2015 la cosa no habrá mejorado. Las cantidades serán prácticamente las mismas, pero el Ayuntamiento de Madrid calcula que ingresará 450 millones más al año y su deuda, como no puede suscribir nuevos préstamos con los bancos porque lo tiene prohibido por ley, habrá disminuido en poco más de 1.700 millones de euros, fruto de las amortizaciones devueltas a las entidades financieras durante estos cuatro ejercicios presupuestarios.

En cuanto a la fuente para incrementar los ingresos presupuestarios, además de prever que a partir de 2013 tendrá un aumento gradual debido a la mejor marcha de la economía de España y, por tanto, de su participación en los impuestos del Estado, el Ayuntamiento confía una parte importante de su subida en la recaudación a sus propios impuestos, fundamentalmente el IBI y el de plusvalía, para los que, en conjunto, prevé incrementos del 6,7%, 5,3% y 5,1%, respectivamente, para los tres años que van de 2013 a 2015.