Pregunta: Este ha sido el año de la crispación, sobre todo tras el aterrizaje de Pablo Casado en la cúpula del Partido Popular. De hecho, en el CIS se le culpa a él. Hemos visto un no escupitajo, usted mismo fue expulsado del hemiciclo... ¿Crispa usted el Congreso?

Respuesta: No [risas]. Al final es como el cuento este del emperador que cuando los niños vieron que estaba desnudo el pueblo fue a por ellos. Repito. Es que nosotros llevamos meses aguantando que nos llamen golpistas. Llevamos meses mirando al techo esperando que alguien haga algo. Nadie va a hacer nada. Decidimos plantar cara porque veíamos que estábamos traicionando a lo que representábamos y a quienes representamos. Porque cuando me llaman a mí golpista se lo están llamando a quien me ha votado. Y yo represento a un partido que tiene un presidente fusilado por el fascismo, por golpistas. No podíamos no callar. Sabíamos que eso tenía un coste personal, mediático y político. A la que nosotros hemos contestado llamándoles fascistas entonces ya si que...

El ejemplo que has puesto es muy claro porque aún sabiendo que es mentira, aún habiendo 155 cámaras ahí dentro y todo el mundo sabe que es mentira, estos señores lo siguen diciendo. Y de hecho Rivera llega a decir que había sido yo incluso. La verdad, nuevamente, no importa.

Pero yo creo que aquí en el debate, y me sabe mal porque siempre acabo en lo mismo, tienen una enorme responsabilidad los medios de comunicación. Esa diferente vara de medir que hay aquí respecto a según qué grupos es muy bestia. Y yo que no conozco el parlamentarismo catalán, a mí me consta que no es tan así. La manipulación mediática que hay aquí es brutal, sobre todo en la burbuja que es el Congreso.

Y es diario. En cada comisión tengo un grupos de diputados del PP insultándome de manera a veces gravísima frente a una ristra de periodistas y aquí no pasa nada. Y en cuanto yo le hago una pregunta, pues el titular ya lo tienen. Pero como dicen en El Padrino, son negocios, no es nada personal. Yo ya sé lo que represento pero lo voy a seguir haciendo porque es lo que represento.

P: ¿Cree que hay un baremo distinto? Me refiero también a los comentarios en redes sociales.

R: Ha pasado siempre. No me quiero comparar, pero todo el mundo recuerda a Labordeta mandando a la mierda a diputados del PP porque le estaban llamando etarra. Quiero decir, que ha pasado siempre. La gente de izquierdas ha tenido que aguantar mucho más. A la que tu plantas cara a la gente de derechas, ya saltaba la liebre.

Yo tengo un guardia civil que ha pedido que me fusilen a mí y a mi hijo. Y no se esconde. Y se lo dije a Marlaska públicamente. Y yo sé perfectamente que si fuera Rivera, abriría el telediario con eso. ¿Por qué no? La pregunta es para ellos, no para mí. Pero yo nunca me voy a quejar. Es mucho peor otras muchas cosas. Sé que suena demagógico pero siempre lo digo. Todos aquellos que hayamos tenido curros jodidos... A mí que aquí después de un discurso o que me meta con Borrel o un interrogatorio duro a Aznar tenga siete u ocho artículos difamatorios el fin de semana... Es mucho peor estar poniendo cafés con un jefe que te puede despedir de manera arbitraria. Aquí no te pueden despedir, te pueden echar, eso sí.