Los resultados de las Elecciones Autonómicas del pasado 13-F han tenido como principal consecuencia la enorme preocupación entre la ciudadanía, ante el incierto escenario que se abre para formar gobierno en Castilla y León y las graves consecuencias sociales y económicas que puede tener para el futuro de los castellanos y leoneses.

Incertidumbre para Castilla y León tras la celebración de unas elecciones que nunca se debían de haber convocado, y que, lejos de resolver los objetivos de poder y ambición de Casado y de Mañueco, no ha hecho sino empeorar el escenario político de Castilla y León, abriendo la puerta a la extrema derecha a formar parte del futuro Consejo de Gobierno.

Es cierto que los resultados tampoco son los que el PSOE deseaba, porque había muchas expectativas para cambiar el Gobierno después de 35 años nefastos del Partido Popular que han llevado a Castila y León a ocupar los peores índices de empleo, economía y despoblación de toda España. Todos tenemos que hacer una reflexión de qué es lo no estamos haciendo bien o qué estamos haciendo mal para que la corrupción y el desastre de gestión del PP no hayan sido motivos suficientes para cambiar el futuro de la Comunidad; y, además, la extrema derecha haya captado el voto de los descontentos. También que un 40 por ciento de los castellanos y leoneses no haya ido a votar.

Lo que resulta más que evidente tras la primera reunión de Mañueco con el líder del PSOECyL, Luis Tudanca, el 21 de Febrero, es que el PP no quiere negociar nada. Mañueco decidió abandonar la reunión porque dice “no querer hablar de corrupción”. Excusas absurdas de quien se sabe rodeado de corrupción y que tiene unido su negro futuro al de su partido, el PP, y a la extrema derecha.

Mañueco ya tiene decidida la entrada de Vox en el futuro ejecutivo de la Junta y en los órganos legislativos de las Cortes de Castilla y León y por eso ha pegado el portazo a la primera de cambio. Y sabe que Castilla y León va a ser la primera Comunidad de España donde la extrema derecha entre a formar parte de un gobierno autonómico. Algo que ha incrementado la alarma social por las repercusiones negativas que puede tener contra las Políticas Sociales, de Igualdad, de Educación, de Sanidad, de Medio Rural o de Memoria Histórica, aunque el escenario es negativo en todos los sentidos. También por la muy negativa imagen de Castilla y León en España y en Europa.

La muy grave crisis del PP entre Casado y Ayuso no hace sino empeorar las perspectivas porque fortalece la posición de Vox y dificulta, aún más, la formación de Gobierno en Castilla y León.

El Partido Popular tiene muchos problemas que resolver, los internos, que han acabado con el liderazgo de Casado, pero también tiene que aclarar el PP si a va romper con Vox en todo el territorio nacional, o solo pretende distraer la atención reclamando la abstención del PSOE en Castilla y León, mientras mantiene las alianzas en comunidades autónomas y ayuntamientos de España, algo incompatible con cualquier acercamiento al Partido Socialista, como ya han dejado claro Pedro Sánchez y Luis Tudanca.

Los resultados de Castilla y León tienen que servir, por supuesto, para reforzar el reencuentro del PSOE con los ciudadanos de la Comunidad. Tenemos que poner en marcha de inmediato los preparativos de cara a los próximos comicios en los ayuntamientos porque ahora, más que nunca, es necesario presentar alternativas desde la izquierda, frente al avance de la extrema derecha propiciado por los experimentos de Casado y Mañueco, cuyo resultado ha sido nefasto para el conjunto de los ciudadanos de Castilla y León.

Indudablemente, el PSOE está obligado a intensificar el trabajo y amplificar el mensaje de la acción del Gobierno en esos territorios de Castilla y León donde no hemos sabido trasladar a los ciudadanos las políticas progresistas del ejecutivo en la lucha contra la despoblación como la extensión de la banda ancha de Internet, inversiones en infraestructuras y descentralización o en políticas sociales como el incremento de las pensiones, la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la puesta en marcha del Ingreso Mínimo Vital o el apoyo a los Autónomos.

Porque mientras la derecha del PP está enzarzada en sus guerras internas y Vox presiona para entrar en el Gobierno de Castilla y León, la Comunidad sigue sin Presupuestos y se está poniendo en muy grave riesgo la llegada de Fondos Europeos.

El PSOE de Castilla y León, con Luis Tudanca al frente, sigue siendo la única alternativa a la corrupción y a la nefasta gestión del PP y sigue siendo la única opción de cambio y esperanza para una Comunidad donde la derecha extrema y la extrema derecha tienen como único objetivo su ambición de poder, mientras siguen destruyendo el territorio y llevando a Castilla y León a los peores indicadores sociales, económicos y demográficos de España.

Antidio Fagúndez es diputado del PSOE por Zamora.