Todos los países de la UE están aprobando planes de ahorro energético para poder evitar que cuando lleguen los fríos meses de otoño y sobre todo del invierno, Putin nos pueda chantajear a los europeos con cortes de suministros de gas. Solo el presidente ultraconservador de Hungría se ha opuesto a ello.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que pertenece a la derecha europea, el pasado 17 de agosto felicitaba a España por las medidas de contención del uso del aire acondicionado.

Si Europa y la derecha europea apoyan dichas medidas, ¿por qué el PP ha votado en el Congreso en contra de las Medidas de Ahorro Energético aprobadas por el Gobierno de Pedro Sánchez? ¿Es que a Feijóo le da exactamente igual la crisis energética a consecuencia de la guerra? ¿Es que se encuentra más cómodo con el posicionamiento de la ultraderecha de Hungría? Tampoco es de extrañar, porque fue él quién facilitó el gobierno con la ultraderecha en Castilla y León.

Cuando se cumplen dos semanas de la entrada en vigor de las medidas de ahorro energético aprobadas por el Gobierno, que entre otras cosas, limitan termostatos y la iluminación de escaparates hay que destacar que se ha bajado en España más de un 8,5% el consumo eléctrico respecto al año anterior y un 9,5% en relación a meses anteriores. ¿Le parece a Feijóo una frivolidad el ahorro energético? ¿No está de acuerdo con esto?

¿Por qué el lider del PP está también en contra de las medidas incluidas en el Decreto que favorecen a la clase media? ¿Por qué no está de acuerdo con el pago complementario de 100 euros al mes durante 4 meses para los estudiantes que tienen beca y ayudas al estudio, beneficiando así a 1 millón de alumnos?

¿Por qué Feijóo está en contra de la gratuidad de los servicios de cercanías, rodalies y media distancia de Renfe para viajeros recurrentes que va a suponer un ahorro de 1.100 euros para miles y miles de familias al mes? ¿Por qué está en contra de ayudas directas de 450 millones de euros para taxis, VTC, camiones, furgonetas y ambulancias?

Hace 5 meses que Feijóo llegó a la presidencia del PP, pero durante todo este tiempo nunca ha arrimado el hombro cuando lo ha necesitado España, nunca ha apoyado una sola iniciativa del Gobierno que ayudase a los trabajadores, a las familias o las empresas y nunca se ha alegrado de ninguna noticia positiva para nuestro país.

Hoy en España hay 20,5 millones de personas con empleo, un dato histórico. En agosto está previsto un crecimiento de 65.000 afiliados más a la Seguridad Social, lo que supone 16 meses consecutivos aumentando la creación de empleo. Además este mes el 81% de los contratos son indefinidos. Pero el líder del PP en lugar de alegrarse de los buenos datos, habla de manipulación de cifras. ¿No le gusta que se esté creando más empleo que nunca en nuestro país?

La economía española en el segundo trimestre de este año ha crecido el doble que la media europea, supongo que debería ser otro motivo de alegría para alguien que aspira a gobernar el país, sin embargo el deseo del PP parece ser que España entre en recesión y que todo vaya mal.

El presidente Pedro Sánchez peleó y defendió en Europa el tope del gas, y lo consiguió. Dos meses después de que se pusiera en marcha la medida, la luz en España sube tres veces menos que la media de los principales países europeos. Y según cálculos del Instituto de Diversificación y Ahorro de Energía nos hemos ahorrado colectivamente 1.400 millones de euros en las facturas eléctricas gracias a ese mecanismo. ¿Tampoco está Feijóo de acuerdo con el ahorro en la luz de las familias? Pues parece que no, porque tampoco apoyó bajar el IVA de la luz del 10 al 5% que el Gobierno de Pedro Sánchez aprobó en junio.

Al nuevo líder del PP ni le importa Europa ni le importan las clases medias de nuestro país ni le importa la economía de España. Él solo quiere el poder a cualquier precio, incluso poniendo en riesgo el futuro de los trabajadores y de las familias españolas. Pero España crea más empleo que nunca y crece económicamente más que nunca, a pesar del PP y a pesar de la permanente demagogia y de las frivolidades de Feijóo.