Los paupérrimos resultados del PSdeG en las elecciones gallegas motivaron una nueva salida de tono de Emiliano García-Page. El presidente de Castilla-La Mancha, siempre alejado de la narrativa que marca la cúpula de su partido, instó a Pedro Sánchez a hacer una profunda reflexión del batacazo en Galicia, amén de abordarla desde la óptica nacional. Su particular visión de los acontecimientos ha provocado la reacción de Ferraz, que tacha como “incomprensible” su análisis. La vicesecretaria general del PSOE le ha mandado un recado este martes desde los micrófonos de Hoy por Hoy en la Cadena SER.

El mensaje es claro entre las filas socialistas. Los resultados del PSOE no se pueden explicar desde la óptica nacional. La amnistía no ha tenido peso específico entre los gallegos. Es más, se aventuran a un diagnóstico más cercano a la falta de arraigo y un proyecto consolidado y trabajado en tierras gallegas. De ahí puede partir el problema de los socialistas gallegos, que han visto pasar por el patíbulo electoral hasta a nueve candidatos, con la salvedad de Emilio Pérez Touriño, que fue el único miembro del partido del puño y la rosa que llegó a la presidencia de la Xunta, previo pacto con el BNG.

Esta quema de candidatos sería, al menos desde la óptica de la Ejecutiva federal, una de las causas que explican la tendencia decreciente del PSdeG en cada proceso electoral. Por ello, el mensaje que se manda desde la cúpula de Ferraz es que José Ramón Gómez Besteiro es el idóneo para levantar los resultados y emular la apuesta de Ana Pontón con su BNG: trabajo férreo de oposición para recuperar el liderazgo de la izquierda regional. Sólo así, comentan voces socialistas, llegará el cambio en Galicia.

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Mensaje a Page

Sobre la figura de Besteiro hay quórum en el Partido Socialista. Nadie duda de su valía. Incluso Emiliano García-Page le describió como un “líder sólido”. Sin embargo, las diferencias entre la cúpula y su único barón con mayoría absoluta se palpan -una vez más- en el enfoque del análisis. El presidente de Castilla-La Mancha infirió el lunes que la responsabilidad del batacazo gallego recaía sobre el jefe del Ejecutivo y, a la postre, secretario general del partido. De hecho, instó a Sánchez a una “profunda reflexión” y salirse de los márgenes de la autonomía. Pues el problema para Page no radica en el nombre propio, sino en las relaciones de la formación con el nacionalismo.

Montero: "Uno tiene que saber cuál es la camiseta de su equipo"

Pero ese diagnóstico se antoja “incomprensible” para la cúpula socialista. Así lo ha verbalizado públicamente la vicesecretaria general del Partido Socialista, María Jesús Montero. “Uno tiene que saber cuál es la camiseta de su equipo”, ha espetado la también vicepresidenta primera del Gobierno ante los micrófonos de la Cadena SER. Mensaje que ha acompañado del resto de la evaluación de daños que hizo la Ejecutiva este lunes en el cuartel general.

Montero concluye que el “debate nacional no ha tenido peso en Galicia”. No desdeña la buena campaña del BNG de Pontón para mantenerse como principal fuerza de oposición a Alfonso Rueda con el voto prestado del PSOE. En este sentido, la vicepresidenta primera del Gobierno ha escenificado también el cierre de filas en torno a Gómez Besteiro que decretó el líder socialista. “Nuestro candidato se incorporó ya en la final de la legislatura y Rueda convocó aprovechando esa circunstancia”, explicaba la número dos de Sánchez.

La “derrota” de Puigdemont

Tras advertir de que el objetivo del PSOE debería virar hacia el frente común ante el “ciclón electoral” que asoma en el horizonte a nivel territorial, Page dio un paso más allá e introdujo a Carles Puigdemont en la ecuación. El barón socialista, tras la inauguración de un Centro de Educación para adultos en Manzanares (Ciudad Real), atendió a los medios de comunicación para profundizar en su análisis y determinó que “si el PP hubiese perdido la mayoría, el ganador sería Puigdemont”.

Page admitió sentirse aliviado de que “no haya ganado Puigdemont”. De hecho, previamente, felicitó a un Alfonso Rueda con el que asegura mantener una “estrecha relación” derivada de su condición de presidente autonómico. En cualquier caso, entre el maremágnum de recados a la cúpula socialista, el presidente castellanomanchego cree firmemente que, de haber perdido la mayoría absoluta y abonar el cambio electoral, “se hablaría de consecuencias nacionales y de la caída” de los conservadores. “Y seguramente se estaría planteando una legitimación de la amnistía y de Puigdemont”, concluyó.

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