Jueves parlamentario con sello del Partido Popular que se ha quedado en un bluff. La formación que lidera Alberto Núñez Feijóo ha sacado provecho de su mayoría absoluta en el Senado para convocar una Comisión de Presidentes Autonómicos con la pretensión de sacar músculo territorial, posicionarse como cabecilla de la batalla contra la amnistía -en plena pugna con Vox en las calles- y embestir a Pedro Sánchez. Sin embargo, han brillado dos dirigentes autonómicos con polémica, inesperado en uno de los casos: el president de la Generalidad, Pere Aragonès, y la eterna adalid de los de Génova 13, Isabel Díaz Ayuso.

Feijóo usa el Senado contra Sánchez

En plenas negociaciones para la investidura del candidato del PSOE, los de Feijóo han reunido en un cónclave a todos sus barones en una institución del Estado para hablar de la amnistía. Cónclave porque finalmente no han acudido los presidentes socialistas ni el lehendakari Íñigo Urkullo, como ya anunciaron hace días, por lo que ha sido un mano a mano entre Esquerra Republicana de Catalunya y el PP. Eso sí, con un cambio en las reglas del juego gracias a la jugada de Aragonès, que ha asistido pero no se ha quedado a escuchar al resto de dirigentes. Un movimiento que ha sido muy criticado pero que ha roto los esquemas del debate.

Y es que, en la pasarela mediática organizada para ellos, los barones no han podido dar la réplica al independentista catalán delante de él mientras este ha pronunciado un discurso en catalán muy incisivo contra la derecha. No solo ha defendido los indultos como solución al conflicto político sino que ha acusado al PP de utilizar Cataluña y la comisión de forma partidista. Estos han denunciado al agravio comparativo con sus regiones al tiempo que han defendido la Constitución y la "igualdad de los españoles" frente a las supuestas concesiones del PSOE. Ayuso, por su parte, ha vuelto a profetizar un "régimen totalitario" y ha tildado al president de "portavoz" de los socialistas.

Aragonès acusa el PP de utilizar Cataluña electoralmente

El primero en abrir fuego en la sesión de este jueves en el Senado ha sido el dirigente del Govern, quien ha subido al estrado en primer lugar como representante de la región más antigua para defender la amnistía como punto de partida de la resolución del conflicto político entre Cataluña y España y de un referéndum de autodeterminación. Sin embargo, también ha aprovechado sus diez minutos de intervención para embestir contra los de Feijóo, a los que ha acusado de "no importarles" la región así como de "utilizar" electoralmente Cataluña "para las batallas partidistas" y "volver al anticatalanismo para desgastar al adversario y arañar cuatro votos".

Habrá un referéndum, estoy seguro

"Si les importara Cataluña la escucharían, querrían saber qué pensamos, con toda su diversidad ideológica, cultura y de orígenes, pero también a sus consensos", ha dicho antes de asegurar que una "amplia mayoría" de la comunidad autónoma que lidera "quiere resolver el conflicto votando en un referéndum". Y es que se ha centrado en reivindicar estas dos exigencias al tiempo que ha recordado los 6.000 indultos otorgados por el Gobierno del popular José María Aznar, de los que no se "escandalizan" los barones popular mientras les critican.

Así, el president de la Generalitat ha sostenido querer "dejar atrás el conflicto" para poder garantizar el desarrollo de la educación, la sanidad, el medioambiente o la igualdad, cosas "que Cataluña se merece y todos los pueblos merecen". "Queremos mirar hacia delante asumiendo todas las responsabilidades. Cataluña votará en un referéndum, estoy seguro, y lo hará por voluntad, perseverancia, democracia. Siempre con la mano tendida y las manos libres. Visca Catalunya", ha dicho para finalizar su alegato, conciso y concreto, y tras el cual ha salido a la carrera de la sala. Sin escuchar a los populares ni atender a la prensa, tal y como prometió este miércoles.

Ayuso predice "un régimen totalitario"

Tras el dirigente del Govern ha sido el turno de todos los barones del PP, que han utilizado casi en bloque su tiempo de discurso para "defender la legalidad y la Constitución" así como a las diferenciaciones por región que aseguran está emprendiendo Sánchez a cuenta del "chantaje" al que le están sometiendo los independentistas. La amnistía y una supuesta condonación de la deuda han centrado los argumentos de los presidentes regionales populares, quienes han repetido sin cansancio su principal petición y nuevo mantra de la dirección del partido: la "igualdad entre los españoles".

Sin embargo, la que más ha lucido ha sido Isabel Díaz Ayuso. En la pasarela montada por Génova para exhibir músculo territorial en el Senado, la figura que ha protagonizado la sesión entre las filas populares ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, quien ya ha copado titulares desde la misma mañana de este jueves en la Asamblea, donde ha animado a las políticas de Sumar Mónica García y Carla Antonelli a ir a Gaza. Ya en el salón de plenos ha vuelto a profetizar "un régimen totalitario" como paso posterior a esta concesión. No es la primera vez que se pronuncia en estos términos. Ya desde hace meses acusa a Sánchez de querer instaurar una República y ser Venezuela o Perú.

Sánchez quiere que España pida perdón a cambio de su investidura

"Se ha dicho que si esta felonía se consuma habrá dos tipos de españoles, pero no habrá españoles. ¿Cuánto dura una nación que se deja traicionar? ¿Cuánto tardarán en repetir su traición y para trocear España? ¿Qué será lo siguiente? La independencia, un régimen totalitario o la reclamación de trozos de Aragón o Baleares nunca parará porque viven del agravio y la mentira", ha dicho la lideresa desde el estrado para insistir en su batalla política personal contra Sánchez. De hecho, solo ha mencionado Madrid en una ocasión durante sus diez minutos, especialmente esperados por los medios, que aventuraban un discurso más cañero que el resto de sus colegas.

La dirigente madrileña ha criticado la "ausencia vergonzante" del Gobierno en la sesión y ha cargado contra el candidato socialista por "no dar la cara". "Pretende hacer un mercadillo con el Estado de Derecho, la igualdad de todos a la ley y la dignidad. Quiere que España pida perdón a cambio de su investidura. Quiere silencio y a quien discrepa se le excluye" ha afirmado para continuar sosteniendo que "para seguir en el poder renuncia a España". "Libertad paz y justicia es lo que hay en España sin necesidad de la amnistía gracias a la ley", ha sostenido para terminar su alocución centrada en lo que ha tildado de "una falacia perversa y absurda y un camino a la tiranía".