El president de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, ha cumplido su palabra. Tras acudir a la comisión en la que se debate la amnistía en el Senado, rompiendo de esta forma la estrategia del PP, que planeaba convertir la Cámara Alta en un desfile de sus barones, se ha marchado nada más concluir su intervención sin escuchar a sus homólogos populares. Además, lo ha hecho a la carrera, sin despedirse de nadie y rodeado de una nube de periodistas que, conocedores de dónde estaba la noticia, han evidenciado el fracaso del PP en su intento de monopolizar la agenda y hacer del Senado su altavoz particular.

Entrando en materia, el líder independentista ha reivindicado la amnistía, condición sine qua non para que los votos independentistas sean favorables a Pedro Sánchez en la sesión de investidura, como “un punto de partida imprescindible” que debe finalizar, no obstante, con la convocatoria de un referéndum de autodeterminación. Así lo ha asegurado durante su intervención ante la Comisión General de Comunidades Autónomas, auspiciada por el PP en la Cámara Alta y donde, ha dicho, ha acudido, aunque algunos no "esperaban", para defender a Cataluña.

"La amnistía no es un punto final, es un punto de partida de un camino que tiene un destino: que la ciudadanía vote", ha indicado. Además, y ahondando en la forma de conseguir su ansiada independencia, Aragonès ha explicado que habría que realizarlo a la escocesa, “sin represión y apostando por una solución dialoga, acordada y democrática”.

"Lo queremos hacer de forma acordada, de forma reconocida, con la participación de todo el mundo, para que sea la ciudadanía catalana la que decida, donde todas las opciones sean posibles si la ciudadanía le da el apoyo de forma mayoritaria", ha sostenido el presidente catalán durante su tasada intervención.

Críticas a la derecha

En su turno de palabra, al margen de hacer notorias las peticiones catalanas en el marco de la ronda de contactos con el presidente del Gobierno en funciones y candidato a la investidura, Pedro Sánchez, Aragonès no ha rehuido la condena a la estrategia de las derechas. Concretamente, el president ha acusado a PP y Vox de utilizar Cataluña con fines espurios y electoralistas.

"A pesar de la larga trayectoria de la utilización partidista de Cataluña por parte del PP, que incluye la recogida de firmas contra el Estatuto de Autonomía, la aprobación del 155, entre otras, Cataluña mira hacia adelante y seguirá su camino", ha defendido.

Al margen, el presidente territorial ha hablado sobre su presencia, inesperada por la derecha y anunciada hace apenas 48 horas en un movimiento sorpresivo que derivó en un silencio sepulcral y estratégico de Génova y sus delegaciones autonómicas. La estrategia debía cambiar, reconvertirse y modularse. No ha servido.

En esta línea, el de ERC ha acusado a los presentes de escandalizarse con los indultos a los presos independentistas pero no hacerlo ante los 6.000 indultos durante los gobiernos de Felipe González y José María Aznar.