Segunda tentativa, mismo resultado. Partido Socialista y sus socios no han alcanzado ningún acuerdo sobre cómo enfocar la investigación del Congreso sobre los atentados yihadistas de 2017 en Cataluña, por lo que han anulado la reunión de trabajo que tenían prevista para este martes para aprobar el plan, paso previo para discutir las citaciones. Tras el frenazo de la semana pasada, el bloque de la investidura se dio de margen siete días para concretar, pero las discrepancias han sido palpables y a última hora de este lunes se desconvocó el encuentro previsto para el día siguiente.

No hay una fecha prevista para la tercera intentona, según trasladan fuentes parlamentarias, aunque todo indica que la comisión de investigación no se convocará hasta después de la Semana Santa.  Esta es una de las tres comisiones pactadas por PSOE, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts a cambio del apoyo de los independentistas a la candidatura de Francina Armengol para presidir el Congreso de los Diputados y hacerse con la mayoría de la Mesa de la Cámara.

De hecho, fue la primera comisión que se reunió para aprobar su hoja de ruta con intención de ponerse a trabajar cuanto antes. Fue el pasado martes, en un encuentro en el que republicanos y neoconvergentes dejaron patente su objetivo de escrutar el papel del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Sin embargo, confronta con la postura del PSOE y de Sumar, que registraron un plan de trabajo que a ojos de los grupos catalanes es un tanto descafeinada.

En esa misma reunión se defendieron cuatro planes de trabajo diferentes. Por un lado, el planteado conjuntamente por PSOE y Sumar, así como los registrados por Partido Popular, Esquerra Republicana y Junts. Vox, por su parte, no presentó ninguno al no estimar necesario abrir investigación alguna. Los grupos vascos, por el momento, se han descargado de todo protagonismo en esta cuestión para dejar a los independentistas catalanes que lleven la voz cantante.

Choque de socios

El plan de la coalición se circunscribe a cuestiones metodológicas, pero evita entrar en los temas a investigar. Es el principal reclamo de los grupos independentistas catalanes, que abogan por centralizar las líneas de la comisión en la vinculación del CNI con el entonces imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, además de situar el foco en los “fallos de coordinación” que se le atribuyen a las fuerzas de Seguridad y al Ministerio del Interior en relación con el ‘cerebro’ de la masacre.

Es Satty fue uno de los terroristas que murieron en la explosión registrada en el domicilio de Alcanar (Barcelona) el 16 de agosto. Según consta en la sentencia dictada, este incidente llevó a los yihadistas supervivientes a improvisar con el atropello masivo que, un día después, perpetraron en Las Ramblas, así como el ataque de Cambrils el día 18. En total, fruto de estos sucesos, 16 personas fueron asesinadas.

Los Mossos d’Esquadra lideraron la investigación de la explosión de Alcanar, aunque en esas primeras horas no se trató el asunto como un ataque terrorista, sino que se investigó como un accidente por acumulación de bombonas de butano. Los socios del Gobierno no compran esta visión e insisten en centralizar las pesquisas hacia el papel que jugó la inteligencia española.

Villarejo alimentó esa idea

El primero en abonar esta teoría fue el excomisario José Manuel Villarejo. El policía deslizó que el CNI podría estar detrás de aquellos atentados, justificando su hipótesis sobre un plan del Estado para dar “un susto” al Govern independentista, presidido en aquel entonces por Carles Puigdemont. Sugirió que la inteligencia española mantuvo contactos con el imán de Ripoll mientras este estuvo en prisión.

Su tesis se basa en que los atentados de Barcelona y Cambrils fueron un “error” de cálculo del CNI, atribuyendo la creación de un “posible comando ficticio” para hacer creer a las autoridades catalanas un inminente riesgo y que, por tanto, tuvieran que solicitar ayuda al Estado en una época de hegemonía independentista en las calles y plazas catalanas. Así, el excomisario sostiene que todo se salió del guion al fallecer Es Satty.

Desde el CNI, sin embargo, señalaron que desde el momento en el que se contactó con el imán se siguieron los protocolos, dado que este cumplía en 2014 condena en la prisión de Castellón por tráfico de drogas. No obstante, puntualizaron que Es Satty no era un confidente del espionaje español bajo ningún concepto.

En cualquier caso, para que los grupos catalanes reorienten las pesquisas parlamentarias hacia el CNI, el Partido Socialista y el resto de sus socios deberán cimentar ese apoyo, pues el PP y Vox ya han transmitido su rechazo. Aún convenciendo a los demás aliados, emergería un problema formal debido a que se trata de información clasificada y sus responsables podrían no desvelar esas cuestiones en sesiones públicas.

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