Con la llegada del año 2020 se prevé la vuelta de la política en sentido pragmático. El tablero está presto y dispuesto para la investidura de los días 4, 5 y 7 de enero que culminará el primer Gobierno de coalición desde la Transición. Atrás quedarán las repetitivas y tediosas campañas electorales fruto de las cuatro elecciones generales celebradas en cuatro años (a las que habría que sumar las correspondientes europeas, autonómicas y municipales). Fuentes internas de Podemos admiten sentirse ilusionados con la nueva etapa que se abre y barruntan una legislatura larga y fructífera. En la misma tónica se mueven las fuentes socialistas consultadas por este periódico. La convulsión electoral tornará en agitación parlamentaria con el cambio de año; y esto es lo que ocurrirá:

Para empezar, PSOE y Unidas Podemos afrontan el reto de aparcar sus diferencias -notables y evidentes- y explorar una senda ignota. Tras una repetición electoral y unas complejas y laboriosas negociaciones con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), España dejará de estar en funciones.

Una vez investido, Sánchez nombrará a sus ministros y el Ejecutivo comenzará a andar. A buen seguro, las primeras semanas serán de toma de contacto, evaluando cómo cuajan ambas formaciones en Moncloa. Tras asentarse, socialistas y morados tienen ante sí la ardua tarea de materializar el ambicioso programa que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias presentaron ante la opinión pública el pasado 30 de diciembre.

Tras las primeras semanas de toma de contacto el Gobierno tratará de materializar su ambicioso programa jugando con una artimética parlamentaria en contra

La derogación de la reforma laboral y consiguiente elaboración de un nuevo Estatuto de los Trabajadores; un aumento de la progresividad fiscal; incremento de dos puntos en el IRPF para las rentas superiores a 130.000 euros y cuatro para las de 300.000; la posible regulación del mercado del alquiler, el diálogo con Cataluña… Todas estas propuestas requerirán de un solvente trabajo parlamentario para poder concretarse; por lo que no tienen tiempo que perder.

El reto de Sánchez

El presidente en funciones tiene lo que tiempo ha que perseguía: continuar en Moncloa. No como él quería, puesto que prefería gobernar en solitario sin Podemos, pero lo ha logrado. Ahora, se enfrenta a un reto mucho mayor que el de ser investido presidente: gobernar con Iglesias.

Pedro Sánchez deberá abandonar los tics que le orientan a la derecha. En el momento en que descarrile en esa dirección, su socio, Iglesias, a ciencia cierta que tratará de reorientarle. Pero más allá de las concesiones, el líder socialista tiene ante sí el desafío de evitar ser eclipsado por el carismático Pablo Iglesias. Todavía se desconoce la composición del Gobierno, lo único seguro es que el secretario general de Podemos será vicepresidente. ¿Conseguirá eclipsar el número dos del Ejecutivo al presidente?

Sánchez deberá evitar ser eclipsado por Iglesias y mantener un equilibrio entre las exigencias de Podemos y las disposiciones de Europa

Además, Sánchez tendrá que mantener el equilibrio entre las exigencias/propuestas más rupturistas de los morados y las instrucciones/disposiciones de la Unión Europea. La figura de Nadia Calviño, ministra en funciones de Economía, muy valorada en Europa, jugará un papel fundamental en este sentido. Mientras unos tiran, otros deberán atar…

Los contrapesos de Podemos

Los morados han pasado de tomar el cielo por asalto y negar al PSOE a gobernar en coalición con importantes concesiones. Se han institucionalizado. Atrás, muy atrás queda ya el Podemos anti-casta que acudía al hemiciclo en camiseta. En los últimos años, se ha visto a un Pablo Iglesias edulcorado, más pragmático y menos incisivo. Ganó los debates electorales con su mano izquierda y una voz calmada; y con su nuevo rol, su personaje no dará otro giro.

He aquí la clave: Podemos no puede convertirse en el partido del trágala del PSOE, pero tampoco puede ejercer en el Gobierno de manera contraproducente y desleal. Deberá mantenerse entre dos aguas cual equilibrista. La teoría está clara, lo difícil será proyectarlo en la realidad. Para ello, los morados ya tienen diseñado un sistema de contrapesos que les permitirá desarrollar sus funciones de Gobierno de forma leal con sus socios al tiempo que hacen labores de oposición. Así, habrá dos rostros concretamente que adquirirán mayor relevancia dentro de la formación para contrarrestar a Iglesias y sus futuros ministros.

Entre los elegidos se encuentran Ione Belarra y, en caso de no ser ministro, Pablo Echenique. Ambos prestarán batalla desde el hemiciclo.

Las derechas se devoran

Sin campaña electoral, a las derechas no les queda otra salpimentar sus gruesos discursos con iniciativas legislativas. Tanto Partido Popular, como Vox como Ciudadanos pugnarán por su espacio. Los de Pablo Casado pretenden aglutinar a todo el espectro de la derecha bajo su paraguas, de ahí el España Suma; mientras la extrema derecha seguirá a lo suyo tratando de crecer más y más. Y entretanto, los naranjas se enfrentan a una refundación en la que deberán esbozar el camino a seguir: luchar con PP y Vox por hacerse un hueco en la derecha, o erigirse como partido liberal. Inés Arrimadas tiene la respuesta.

Podemos ya tiene diseñado un sistema de contrapesos que les permitirá desarrollar sus funciones de Gobierno de forma leal con sus socios al tiempo que hacen labores de oposición

A lo largo y ancho del 2020 veremos en no pocas ocasiones confrontar a las derechas por ver quién repite más y dice más alto aquello de que Sánchez ha subastado el Estado a los independentistas, nacionalistas, populistas y bildutarras. La lucha será encarnizada.

Cataluña

Sigue siendo el tema por antonomasia. La sentencia del procés ha supuesto un punto de inflexión. El frente común de JxCat y ERC ha terminado de fracturarse con los segundos negociando con Sánchez y optando por una vía más pragmática sin renunciar al soberanismo. En 2020 el propio Gabriel Rufián será la viva imagen de un partido que tras su Asamblea General de diciembre y con la vista puesta en un más que previsible adelanto electoral en Cataluña, emprenderá un nuevo rumbo.

Todavía quedan flecos judiciales por resolver con Carles Puigdemont, Quim Torra y compañía. La causa del procés, aunque cuenta ya con sentencia firme, todavía tiene recorrido (tal y como se ha observado tras la sentencia del TJUE).

Congreso fragmentado y política exterior

Y todo este escenario será aderezado con un sinfín de partidos regionalistas. La XIV legislatura consta de hasta 16 formaciones políticas, convirtiendo el hemiciclo en el más fragmentado jamás visto. El PSOE es el grupo con mayor representación, seguido del Partido Popular, Vox y Unidas Podemos. ERC, PNV, Ciudadanos, JxCat, CC-NC y EH Bildu son más conocidos. A todos estos hay que sumarles Más País, la CUP, Navarra Suma, BNG, PRC y Teruel Existe.

Mención especial para el partido de Íñigo Errejón, que ha hecho del cambio climático uno de sus significantes vacíos elevados a pilar clave. El examigo de Iglesias comenzó el año inflado, exaltado. Parecía que iba a comerse el mundo. Pero se quedó en eso, “parecía”. ¿Cómo afrontará su frenazo?

Además de todo lo anterior, hay varios desafíos a nivel internacional en 2020 que el Gobierno deberá abordar. La desaceleración económica mundial será el marco común. La situación en Venzuela mantiene en jaque a un sinfín de ciudadanos y gobiernos.. Conviene recordar que, después de que España reconociera a Juan Guaidó junto con otros países de Europa, éste poco menos que ha desaparecido de la escena. Su giro no cuajó.

En tercer lugar, el golpe de Estado en Bolivia copará buena parte de la agenda Exterior del Gobierno. Y como no podía ser de otra forma, España tendrá un papel fundamental en el Brexit. Como colofón, en 2020 se dirime si Donald Trump reedita mandato en la Casa Blanca. Casi nada. Feliz año nuevo.