En el seno del Gobierno están decididos a seguir implementando la agenda social en lo que resta de legislatura. El calendario electoral ya se ha activado, y el mazazo recibido por las urnas en Andalucía ha generado un efecto rebote entre socios al vislumbrar que todo el esfuerzo realizado en los últimos años no cala entre una ciudadanía que pide reformas de mayor calado para paliar la inflación desmedida a la que deben hacer frente.

La apuesta del PSOE y Unidas Podemos es clara: la herramienta más útil para dar la vuelta a una “ola reaccionaria” que ha generado grandes mayorías para PP y Vox en las tres últimas citas electorales -Madrid, Castilla y León y Andalucía- es el Gobierno. Seguir implementado una hoja de ruta precisa, aportando estabilidad en tiempos de incertidumbre y protegiendo a los sectores más vulnerables.

Si bien ambos socios de Gobierno proyectan de diferente forma e intensidad esta voluntad, algo de lo que se quejan en el entorno de Unidas Podemos, el pasado lunes, una vez digerido un escrutinio que hizo patente que Juan Manuel Moreno Bonilla conseguía una mayoría absoluta histórica para el PP, hubo un mensaje que generó confianza: “Es la hora de un rumbo claro y progresista”.

Es el 'whatsapp' cruzado entre ministerios que más se repetía. No solo en privado, sino también, con diferentes palabras y grados de entonación, en los grupos que comparten los ministros y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Un whatsapp rebotado, insistente en una necesidad, que fuentes de Unidas Podemos consideran “esperanzadora”, tal y como han señalado en declaraciones a ElPlural.com.

Más que un mensaje, una conjura. Una voluntad explícita que, como señaló la propia portavoz del Ejecutivo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado martes, demuestra que ambos socios creen que “lo mejor está por llegar”. Las fuentes consultadas insisten en que esto no es un exceso de triunfalismo. Entienden y todavía digieren el resultado de las elecciones andaluzas, pero están confiados en que hay tiempo de sobra para volver a reconectar con una marea “progresista” que ya diseñó, con sus votos, y también con sus cánticos a la puerta de Ferraz (“co In Rivera, no”), el entendimiento entre Pedro Sánchez y Pabloglesias.

Aquella victoria, que entienden como histórica y alcanzable nuevamente, no es cosa del pasado. En Unidas Podemos, tal y como sostienen las voces consultadas por este medio, insisten en la necesidad de ser coherentes con lo pactado entonces. Pablo Iglesias ya no está, buena parte de los ministros que posaron frente a la escalinata del Palacio de La Moncloa han salido de la política o han sido recolocados en diferentes autonomías, pero el pacto de Gobierno sigue siendo intocable a ojos de los morados: “Hay que apostar. Si el PSOE juega a ser Feijóo, elegirán al original”, sostienen.

El decreto anticrisis, la primera prueba de fuego

Las prisas por volver a presentar al Gobierno como el sostén de las familias españolas tras la debacle electoral no se ha hecho esperar: este sábado, el Gobierno presentará la renovación del decreto anticrisis con el que el Ejecutivo tratará de destensar una situación que se agrava minuto a minuto por la inflación de los precios. El contexto es negativo, pero el esfuerzo está a la altura, sostienen desde el Gobierno.

Los detalles de este plan siguen siendo negociados a contrarreloj. Los diferentes ministros implicados en la negociación se enfrentan a una noche y un Consejo de Ministros largo, tenso, con muchas horas de sueño acumuladas y la voluntad de dar un ‘do de pecho’ que, esta vez sí, sea reconocido por la ciudadanía.

Entre las medidas que más polémica han suscitado, también por la forma de publicitarlas de Yolanda Díaz, están el cheque de 300 euros para las familias que peor lo estén pasando, el aumento en el impuesto de sociedades a las grandes eléctricas y el grado de reducción del precio en el abono del transporte público.

“Tenemos tres objetivos: atender a las personas más vulnerables, a los sectores más afectados y dirigirnos a una mayoría social que ve cómo esta guerra afecta a sus economías”, indicaba este martes la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez. “Estamos planteando medidas para paliar el impacto de la inflación en la vida de las familias”, remachaba Yolanda Díaz, titular de Trabajo y vicepresidenta segunda.

"Hasta el 31 de diciembre"

Este mismo viernes ha sido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reunido en Bruselas en el marco del Consejo Europeo, quien ha definido hasta cuándo se prorrogará el paquete de ayudas que salga este sábado del Consejo de Ministros que él mismo encabezará: “Vamos a incorporar nuevas medidas para familias y empresas, para protegernos del alza de los precios. Estas medidas no tendrán una duración de tres meses, si no hasta el 31 de diciembre de este año”.

Fue también Sánchez quien, este miércoles, y cuando todavía se desconocían medidas concretas del plan, anunció la primera de ellas: una reducción del IVA de la luz del 10% al 5%: “Sabemos que la inflación está alta, y sabemos muy bien para quién gobierna este Gobierno. Hay otros sectores que quieren privilegios, pero este Gobierno legisla para las familias. Queremos rebajas fiscales selectivas, y ayudas específicas a sectores afectados, como el transporte y la actividad primaria”, ha sentenciado este viernes, desde Bruselas, conocedor de la importancia de un decreto que será muy estudiado tanto en el seno de la coalición como en la oposición y entre los socios del bloque de investidura.