El pasado jueves 25 de septiembre arrancaba el proceso judicial iniciado por el rapero Ayax contra Cristina Fallarás, en el marco de un supuesto delito contra el honor por parte de la periodista debido a la publicación de un testimonio anónimo que señalaba al rapero como autor de un abuso sexual. Fallarás se hacía eco de la acusación de violencia machista sin mencionar el nombre del de Granada, pero el cantante finalmente la denunció ante los tribunales por "atentar contra su honor".

Una semana después del comienzo de este proceso, Cristina Fallarás ha denunciado abiertamente al partido político Vox, que el pasado 24 de septiembre inició una campaña de odio y acoso a la periodista, abriendo una página web que incita y propicia la persecución a su persona bajo hashtag #YoMeDefiendo. La periodista ha hablado con este medio para confirmar las graves amenazas que recibe a raíz de la campaña iniciada por la formación de extrema derecha.

"De repente vi todo mi correo lleno de mensajes, de amenazas de muerte y deseos de agresión. Los clásicos 'te queda poco tiempo' y 'sabemos dónde vives'", narra Fallarás, quien también expresa que teme por su integridad física. "Sé que va a pasar, porque ya me ha pasado antes. Todas las veces que se ha puesto una campaña contra mí en las redes, ha acabado con violencia en la calle", cuenta la periodista. Sin embargo, en esta ocasión, que describe como "sin precedentes", no sólo se trata se trata del acoso de terceros, sino que constituye una campaña de odio abierta y dispuesta por el tercer partido con mayor representación en el Congreso de los Diputados.

Sé de violencia y cuando cambia el tono, y ahora lo ha hecho

La periodista, que comparte que lleva alrededor de una década siendo objetivo de agresiones y amenazas debido a su compromiso y labor para con la causa feminista, recuerda algunos de los casos más graves en los que se ha visto envuelta en un escrache público. "La última vez que me pasó, hubo personas que llegaron a la puerta de mi piso y marcaron la puerta una navaja dibujando una cruz", narra para añadir que a "la siguiente, me esperaban cada noche debajo de mi casa cantando el Cara el sol. Acabé yéndome de Madrid", concluye.

Sin embargo, ante la campaña contra su persona y la escalada de amenazas por parte de la "manosfera" ultraderechista, la periodista encuentra un cambio significativo con respecto experiencias anteriores. "Esto se llama cacería y persecución. Sé de violencia y cuando cambia el tono, y ahora lo ha hecho", asegura sobre el acoso que lleva sufriendo desde hace más de una semana. 

Una "cacería" para "captar afiliados"

La persecución sistemática a Fallarás por parte del partido ultraderechista llega, especialmente, a raíz de una columna que la periodista escribía en Público durante el pasado 10 de julio. En ella, titulada No trates con fascistas, no trates con racistas, la escritora proponía extrapolar las "líneas rojas impuestas a la extrema derecha" europea al ámbito personal. En otra palabras, "si un tío se declara de Vox o se declara racista o se declara fascista, no trates con él", advertía la aragonesa. 

"Yo pido que se aplique un cordón sanitario en el entorno de cada una de nosotras. Si alguien es racista, fascista, misógino u homófobo, no vayas con él. Así de sencillo, así de pacífico", explica la propia periodista. "En ese artículo no incito a nada, precisamente digo que si estás en una mesa con un racista, te levantas y te vas, nada más. Se han inventado que llamaba a insultarlos cuando es mentira", destaca Fallarás sobre su texto del mes de julio y cuyo contenido Vox rescató hace una semana. 

Es ese mismo texto el que la formación ha utilizado de pretexto para orquestar un acoso y derribo contra la periodista, publicando en su página web oficial una campaña propia en la que los simpatizantes de la formación de ultraderecha pueden firmar una petición para tramitar una denuncia hacia la periodista por un supuesto delito delito de odio. Al grito de "¡Defiéndete!", el partido de Abascal incita a demandar a Fallarás. "¿Quieres saber qué hacer para que no se repita su odio contra ti? Deja tus datos y te explicamos por correo electrónico", claman desde su portal electrónico en referencia a Fallarás, quien se ha vuelto la diana de insultos y amenazas de la órbita del partido

Sin embargo, la escritora señala hacia la estrategia que hay detrás de la campaña ubicada en la página web de la formación. "Cuando entras en la página, dan un espacio para poner los datos personales para enseñar cómo denunciarme por delito de odio. Una vez han llegado esas instrucciones, salta un mensaje que dice: '¿Sabes qué es lo que más molestaría a Cristina? Que Vox crezca, así que afíliate'", cuenta Fallarás, que destaca que la formación de Abascal está sacando rédito político en forma de nuevos afiliados "a base de poner mi cara y enfrentarme a una campaña de odio, además de de usar mi imagen sin permiso", matiza. 

Fallarás denuncia a Vox por delito de odio

En respuesta al escrache sufrido, la escritora denunció este pasado martes a la formación de Santiago Abascal ante la Fiscalía Provincial de Zaragoza por delitos de "odio, amenazas, acoso, revelación de secretos, injurias y calumnias", todos ellos, a excepción del primero, agravados por "el 22.4 del CP por motivación ideológica como referente feminista", recalca la periodista en su demanda.

Esto no va de derechas o de izquierdas, va del fascismo contra la democracia

Por el momento, queda esperar al apoyo institucional que la escritora, así como la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) o Amnistia Internacional, han solicitado a lo largo de estos días. "El Congreso de los Diputados debería decir algo ante el hecho de que un partido que está sentado con ellos utilice estos métodos violentos", recalca Fallarás, quien deja claro que la implicación de las formaciones políticas con este tipo de casos ha ser indiscriminada. "Esto no va de derechas o de izquierdas, va del fascismo contra la democracia", señala.  Esa es precisamente la que destaca como una de sus principales preocupaciones al respecto. "Si esto no se toma en serio pasará más veces, y algo así menoscaba la democracia", resuelve. 

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