En la historia, la repetición de mentalidades y comportamientos ha sido una constante. Lo hemos visto  en la política, donde mensajes, medidas y formas de llegar al poder se han repetido una y otra vez.

Si buscamos ejemplos concretos, podríamos hablar de la confianza ciega en los validos, tan evidente en el mundo Omeya y en el de los Austrias. Haciendo que los paralelismos políticos entre Almanzor y Olivares sean más que evidentes.

vox y el franquismo 1


Imagen 1. Los métodos empleados por Almanzor y Olivares para controlar el poder se muestran parejos a pesar de los siglos que los separan.

Por ello, las intenciones de algunos políticos se pueden contemplar claramente al trasluz de la historia. No porque defiendan necesariamente las mismas ideas, si no porque adoptan las mismas estrategias en la escala del poder.

El juego de la ambigüedad

Esas conexiones históricas se hacen palpables entre Vox y el franquismo. Basta recurrir a la actualidad política y a la obra del hispanista Paul Preston sobre el general Franco para encontrar las semejanzas. Ambos comparten la ambigüedad como eje fundamental de su discurso. Lo vemos en una entrevista que el 25 de julio 1937 concedió Franco al diario ABC (posiblemente el periódico más monárquico de la época). Entonces, el victorioso general no dudó en recordar la gloria imperial que pretendía devolver a España.

Lógicamente el entrevistador aprovechó para preguntarle sobre la restauración de la Monarquía a lo que el general respondió: “Sobre este tema, mis preferencias son conocidas desde antiguo, pero ahora no cabe pensar más que en terminar la Guerra”.

vox y el franquismo 2


Imagen 2. La maestría de Franco en el campo de la ambigüedad se demuestra con su declaración a ABC hablando de don Juan de Borbón: “hubo que rogarle que saliera de España por razones fácilmente comprensibles”

El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, declaraba el 25 de octubre de 2020 a Europa Press: “Yo no condeno expresamente el franquismo, como no condeno, ni aplaudo ninguna parte de la historia de España”. Algo realmente llamativo si se tiene en cuenta que seis años antes (el 18 de noviembre de 2014) su líder, Santiago Abascal, había declarado la guerra en twitter al “relativismo”. Así, pudiera pensarse que Vox no condena al franquismo pero, que tampoco comparte sus ideas (cosa harto compleja para un demócrata), sin embargo su modus operandi nos dice lo contrario.

España como adalid del cristianismo

El mito de España bandera del cristianismo ha sido empleado desde tiempos de los Reyes Católicos como herramienta política para los más diversos fines. Desde saquear al papa, como hizo Carlos V (y justificó Alfonso de Valdés), hasta encarcelar a otros españoles igualmente católicos como el arzobispo de Toledo Bartolomé Carranza.

Así, podríamos seguir con infinidad de maniobras políticas ocultas bajo el manto religioso que durante el franquismo volvieron a aparecer. Lo cita Preston al hablar de las bendiciones que el ejército de sublevados recibió del obispo de Salamanca, Enrique Pla y Daniel, el 30 de septiembre 1936. No obstante, el carácter de Cruzada con el que el franquismo intentó revestir la Guerra Civil es una falacia evidente. Primero porque entre los republicanos también había cristianos y segundo porque como recuerda, Paul Preston, unos protagonistas imprescindibles en las matanzas de españoles fueron la Guardia Mora de franco, musulmanes de pro, que como recordaba el ex combatiente Maadani: “Degollé a tanta gente y con tanto frenesí, que creí que me había vuelto loco”.

vox y el franquismo 3

Imagen3. ¿Cómo se puede llamar cruzada a una guerra civil en la que la guardia mora mató a católicos? ¿Cómo se puede defender el catolicismo cuestionando al papa?

Podría ser que por esas causas, Vox, en su manifiesto “Agenda España” insista tanto en condenar el  fundamentalismo islámico. No obstante, llama la atención que no condene también las tropelías de otras religiones en nuestro país contra menores, ancianos etc.

Lógicamente una postura coherente impediría la estrategia mencionada de ser adalid del cristianismo en Europa. Si Franco se postuló (tal como dice Preston) como “centinela de Occidente” no menos pretende Vox al argumentar (en su ”Agenda España”) que la principal característica de la identidad europea es la cristiandad.

La amenaza fantasma

Otro nexo ideológico común entre Vox y el franquismo es la postura frente al comunismo. Más allá del poder real del comunismo y su interés o no por destruir España, está la rentabilidad como enemigo en las sombras. Es decir, la amenaza fantasma.

Esa figura que es harto recurrente en la historia, la vemos con los judíos, los moriscos e incluso los propios cristianos durante sus persecuciones, fue nuevamente actualizada durante el franquismo con el comunismo. Así, lo vemos en los artículos que Franco, bajo el pseudónimo Jakim Boor, escribió en el periódico Arriba, que resume Preston en su obra: “La masonería a la que Franco no distinguía de la democracia liberal, estaba aliada con el comunismo en una conspiración destinada a destruir España”.

Así, no es de extrañar que Vox retome ese discurso en su “Agenda España” donde se afirma que actualmente el mundo hispánico vive “amenazado por regímenes totalitarios y comunistas”. Ante tal semejanza en su modus operandi ¿podría establecerse un parecido ya no de forma si no de fondo entre Vox y el franquismo?

La respuesta nos la ofrece una entrevista a Ortega Smith en el Canal 24 Horas y una intervención parlamentaria de Santiago Abascal. En la primera, Ortega Smith afirma que es “una barbaridad” decir que la República fue destruida por “unos tiranos” puesto que las elecciones durante la República fueron un “fraude”.

vox y el franquismo 4
Imagen 4. La masonería durante el franquismo, los comunistas, los moriscos, los judíos y otros tantos enemigos fantasma son estrategias recurrentes en la historia.

Por su parte, Santiago Abascal, el 9 de septiembre de 2020 dijo en sesión parlamentaria “Señor Sánchez: preside el peor Gobierno de nuestro país en 80 años” incluyendo lógicamente los Gobiernos del franquismo. Por tanto, si uno lo justifica y el otro dice que le gusta más que lo que hay ahora, ¿cómo no pensar que Vox es un partido franquista?