Si en los meses de abril y mayo el Partido Popular era el que más tajada parecía sacar de la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus, en septiembre las tornas han cambiado. Los beneficios no se mueven del bloque de la derecha, pero cambian de protagonista. El PP se estancaría y cedería un diputado mientras Vox se dispara hasta los 64.

Este escenario lo dibuja el barómetro del mes de septiembre elaborado por Metroscopia. El PSOE mantendría su vitola de vencedor de las elecciones y lo haría con un escaño más de los que tiene ahora. Los de Pedro Sánchez obtendrían un 0,3% de sufragios más que en noviembre y certificaría 121 diputados, aguantando las tempestades desatadas por el incesante avance del coronavirus.

Todas las encuestas, hasta esta, esbozaban a un Partido Popular que se colocaba a tiro de piedra a los socialistas. Sin embargo, según Metroscopia, los conservadores verían su ascenso frenado con brusquedad. La formación conservadora no sólo no alcanzaría la mágica cifra de 100 escaños, sino que cedería uno con respecto a los obtenidos en la última llamada a las urnas.

Los de Pablo Casado mejorarían ligeramente sus prestaciones en cuanto a sufragios obtenidos, sumando un 0,2% más a los 20,8 puntos que firmó en noviembre. Una subida frenada por todos los escándalos que han cercado al PP en las últimas fechas, como el goteo de informaciones sobre la ‘operación Kitchen’ o el cese de Cayetana Álvarez de Toledo, además de los diversos gobiernos autonómicos diseminados por el país.

Este caldo de cultivo provocaría, según Metroscopia, que la ultraderecha luzca músculo y gane más peso en el Hemiciclo. Vox volvería conseguir un resultado inimaginable hace cuatro años. La formación de extrema derecha subiría algo más de tres puntos porcentuales y padecería el mayor crecimiento en la Cámara Baja, hasta ocupar 64 asientos pese a que la mayoría de barómetros le auguraban un futuro triste.

Si Vox sube como la espuma, Unidas Podemos cae con estrépito. Los de Pablo Iglesias sufrirían el mayor golpe por parte de la ciudadanía y notaría en sus carnes lo que significa el desgaste de formar parte del Gobierno. El partido morado rozaría un retroceso de tres puntos y perdería hasta una decena de diputados.

Ciudadanos tampoco mejoraría sus prestaciones. Es más, las empeora. La situación de los liberales sería más oscura que el legado que dejó Albert Rivera en su última participación en unas elecciones. De los escasos diez escaños obtenidos en noviembre, los naranjas cederían dos más hasta firmar ocho y coquetear con la más absoluta irrelevancia.

Quienes también retroceden son los republicanos de Gabriel Rufián. Esquerra Republicana de Catalunya engrosa la lista de formaciones que pierden apoyos en las urnas, según Metroscopia. Los independentistas perderían cerca de un punto porcentual y pasaría de los 13 asientos que le otorgan todas las encuestas, y que ostenta en la actualidad, a nueve.