Mientras Moncloa ofrece sotto voce algunas pistas de lo que desgranará Pedro Sánchez a partir de las 12:00 horas de este jueves, en la oposición comienzan a moverse las primeras fichas. Especialmente en el flanco derecho del arco parlamentario, donde el Partido Popular ha abandonado ligeramente el ‘no’ por sistema al presidente del Gobierno para exigirle una respuesta consensuada de país con las Comunidades Autónomas, mientras intenta desquitarse del influjo de un Vox que se ha echado al monte de la mano de Donald Trump en su guerra arancelaria. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, instalado en ese número de equilibrismo, ha mandado un recado a su homólogo ultraderechista, Santiago Abascal, al asegurar que “ningún patriota” apoyaría a un presidente que inicia una guerra arancelaria que perjudicará gravemente a sus conciudadanos.
Desde la V edición del Foro Económico Español “Wake up, Spain!”, el líder de la oposición se ha pronunciado tras la declaración de guerra comercial que escenificó el presidente de Estados Unidos desde el icónico Jardín de las Rosas de la Casa Blanca. Feijóo aprovechó la ocasión para rebajar momentáneamente el tono con Moncloa y elevarlo -también puntualmente- con sus socios de la ultraderecha para coger algo de fuelle. Así, reclamó a Sánchez el diseño de una respuesta que emane del consenso del país y que parte del diálogo con las Comunidades Autónomas.
“La guerra comercial es un inmenso error”, arrancaba el jefe de los conservadores, antes de lanzar un mensaje con dirección a la calle Bambú. El apoyo de Vox a Donald Trump sirve como acicate a los populares para marcar algo de distancia y coger aire ante unos meses de presión total de los ultraderechistas, cuyo crecimiento demoscópico anulaba el desarrollismo que buscan desde Génova. Por ello, Feijóo se ha aventurado a concluir que “ningún patriota”, en referencia a Santiago Abascal y a Vox, puede respaldar la huida hacia adelante del presidente de Estados Unidos. Tampoco minimizarla.
Respuesta de país
De ahí conecta con la segunda pata de su argumentación: la respuesta del Gobierno. Feijóo se ha dirigido indirectamente al jefe del Ejecutivo. Abandonando tímidamente la clásica augura que envuelve al discurso del conservador, ha exigido una respuesta cimentada sobre los pilares del consenso. Una “estrategia de país” de la mano de las Comunidades Autónomas para amortiguar el impacto de la guerra comercial que Trump ha planteado contra el mundo. Sin pulir en exceso sus consejos, el presidente del PP ha advertido a Sánchez de que una “reacción en caliente”, por mucho que pueda parecer “tentador”, supondría una “frivolidad” que ningún gobernante “responsable” puede permitirse.
“No sólo está en juego agravar más aún la guerra comercial, también elementos de seguridad nacional para España muy delicados”, advertía el jefe de la oposición, que enfriaba la vía del insulto hacia el presidente norteamericano. “Una escalada verbal no va a dar de comer a nadie”, resolvía de inmediato el jefe del principal partido de la oposición, al tiempo que sacaba a colación el viaje que el presidente Sánchez tiene programado para la semana próxima a Asia. A este respecto, ha reclamado que “se haga en colaboración, en coordinación y con información hacia los socios europeos”. “Si se ha mandado al expresidente del Gobierno de avanzadilla, tengo reservas sobre los verdaderos objetivos del viaje a China”, afirmaba mientras recuperaba su tono habitual de oposición radical al Ejecutivo.
Vox evita criticar a Trump
La estrategia comunicativa del cabecilla de la extrema derecha española ha sido poco original. Santiago Abascal ha optado por replicar la estrategia del presidente de Argentina, Javier Milei y, aunque ha denunciado este jueves “una guerra comercial suicida”, ha culpado de los aranceles establecidos por Donald Trump a todo el mundo menos al presidente de los Estados Unidos que los ha aprobado. En una especie de pirueta delirante, al presidente de Vox le ha faltado por atribuir las consecuencias del proteccionismo yanki al colectivo LGTBI y a los chemtrails.
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo; y hasta China ha tenido hueco en la escueta publicación de Abascal para referirse a los aranceles, en la que no hay ni rastro de Trump o Estados Unidos. “Nuestra economía compite en condiciones de desigualdad por la burocracia ideológica del bipartidismo. Y la única solución que ofrecen es someterse más a China, continuar guerras y censurar a quien lo denuncia”, ha trasladado el ultra.
La exculpación de Trump en el discurso genuflexo de los de Abascal ha llegado al punto de felicitar la actuación del líder estadounidense a la par que condenan los aranceles. “Entiendo y respeto” la decisión, “defiende sus intereses”, ha valorado. Por el contrario, la culpa es del “Pacto Verde”. “Eso sí que es un arancel como una catedral. Ese es el mayor arancel que han vivido las sociedades europeas”, fantaseaba hace 24 horas el mandatario de Vox.
“Ni Von der Leyen, ni Sánchez, ni Feijóo han defendido los intereses de los españoles. Los populares y socialistas nos arrastran a una guerra comercial suicida”, ha añadido el presidente de Patriots, la agrupación extremista europea en la que la cabeza más visible es el húngaro Viktor Orbán, único presidente de los Veintisiete que está votando contra responder a Trump y apoyar a Ucrania. “Tenemos que expulsar a esta casta corrupta que solo ha traído ruina y pérdida de libertades”, ha zanjado el líder de Vox, que añora tiempos pasados en Europa.