El pasado viernes un equipo de 120 científicos comenzó su andadura para certificar la teoría de un continente perdido: Zelandia. Según las teorías se trata una extensa masa de tierra sumergida bajo el océano Pacífico y sólo se pueden contemplar sus partes más altas: Nueva Zelanda y Nueva Caledonia.

La expedición partió desde Townsville (Australia) con el fin de investigar las profundidades marinas del Pacífico en busca de este ‘viejo’ continente que, dicho sea de paso, abarca una extensión diez veces mayor que España y, como se señala en el anterior párrafo, sólo un 6% de su territorio emerge a la superficie.

El Programa Internacional de Descubrimiento Oceánico (IOPD) ha organizado este proyecto para perforar, durante dos meses, el fondo marino a hasta llegar a 5.000 metros de profundidad en seis partes diversas del continente. Los sedimentos recolectados serán analizados por un grupo de 30 científicos de 12 países. ¿El fin? Intentar reconstruir la historia de este ‘continente perdido’.

Según declara Peter Blum, jefe de la expedición, se trata de la investigación “más grande que se ha realizado hasta el momento”. Además, también es pionera porque es la primera en analizar “en detalle la historia” de este continente desconocido para la humanidad.

Una española en la expedición

Laia Alegret es la científica española que forma parte de esta investigación. Su labor será analizar los fósiles que se recuperen de las profundidades marinas. En declaraciones a El País, Alegret asegura que “sabemos que estuvo emergida y que después se hundió”. El leitmotiv del proyecto es “entender cuándo sucedió y conocer sus movimientos de deriva”, expone la científica.

“Ese era un momento de calentamiento de global”, indica Alegret que explica que había “cocodrilos y nenúfares hasta en el Ártico”. Esto pone de manifiesto que con los actuales modelos climáticos resulta arduo recrear el clima del planeta entonces. “Los modelos actuales muestran una anomalía justo en esta época y puede deberse a que no se incluía a Zelandia hasta ahora”, teoriza la paleontóloga española.

“Lo que le hace tan interesante a Zelandia es que cambia nuestra concepción del o que es un continente”, explica Jerry Dickens, jefe científico de la expedición, que asegura que “nos muestra que son entidades que cambian mucho con el tiempo”. Por su parte, Laia Alegret afirma que debería incluirse a Zelandia en los mapamundis, pues si no “la gente pensará que Nueva Zelanda y Nueva Caledonia son parte de Australia” y no es así.

No todo es oro lo que reluce

Como no podía ser de otro modo, Laia Alegret también ha sido pionera, al igual que su investigación. Aunque bueno, quizás no sea correcto el uso de ‘pionera’ en esta alocución. La paleontóloga española ha devuelto a España a los proyectos internacionales de perforación oceánica tras seis años ausente. Alegret ha tenido que financiarse su participación. Eso sí, lo ha hecho gracias a una beca Leonardo de la Fundación BBVA.

Y es que por aquel entonces, el Gobierno dejó de pagar las cuotas del IODP, lo que desembocó en la exclusión de los científicos españoles. Alegret asegura que España accedió a pagar 150.000 euros para retornar al programa. No obstante esta cantidad “no permite ni siquiera que haya un español en una misión cada año”. Según el diario El País, España regresó al programa en 2016 y aseguran que no tiene previsto aumentar la cuota actual para el curso siguiente.