Es mentira que el CIS falle”. Con estas palabras, el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas, José Félix Tezanos, ha orillado las críticas a sus barómetros, los cuales arrojan un nuevo cambio de tendencia, que no es otro que la pérdida de aire del globo de Alberto Núñez Feijóo. El Partido Popular se desinfla y el PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, se rearma hasta situarse en la pole position.

Como Bill Murray en Atrapado en el Tiempo (1993), Tezanos vive inmerso en un bucle temporal colmado del descreimiento con el que se reciben sus barómetros. Al menos hasta la celebración de unas elecciones que, habitualmente, replican -en mayor o menor medida- los cuestionados pronósticos de sus investigaciones. “De 25 elecciones solamente no ha acertado en una”, recordaba al tiempo que defendía a capa y espada que “es mentira” que el CIS no acierte.

La función del CIS no es la de un “adivino”, sino la de regar con datos “que se modifican día a día”. “No tienen por qué acertar porque no saben qué van a hacer muchos”, defendía el presidente de la institución en el Foro SER Cantabria. El sociólogo ha remarcado la dificultad que entraña el pronóstico electoral”, pues el comportamiento de los electores ha cambiado con respecto a unos años atrás, cuando el votante siempre miraba hacia el mismo partido. Las tendencias se “han volatilizado” ante el gran número de indecisos, aunque esta propensión no conlleva a una pérdida de su “rigurosidad”.

Tezanos defiende el CIS como un “instrumento de conocimiento”, una radiofrafía del “pulso cotidiano” para completar la información de partidos y otras entidades. Los datos obtenidos en el trabajo de campo, además, se publican de manera “inmediata”, momento en el que ha aprovechado para anunciar que el barómetro de este mes de octubre verá la luz este mismo lunes.

El momento presente requiere debates en la sociedad capitalizados por el “entendimiento” hacia unas “preocupaciones muy profundas” arraigadas en la población. Tezanos advierte que este paisaje provoca un florecimiento de los vendedores de “fantasía y odio”, un reto que exige el “rigor” suficiente para propagar “certezas” y eludir los altavoces de “odio”. Solo así, según el presidente del CIS, se dejará atrás “esta época de las incertidumbres”.

¿Amortizado el efecto Feijóo?

La defensa de la institución que preside le ha dado pie para advertir de otra tendencia, esta ya pivota en el ámbito de lo meramente demoscópico. “Con datos rigurosos, el PSOE está por delante”, indica un Tezanos que justifica su afirmación en base a los parámetros que miden los sondeos, como la intención directa, simpatía, partido más cercano o filias presidenciales. No obstante, deja un recado para quienes atribuyen fallos a las encuestas políticas, asegurando que esa clase de personas son las que “pierden”.

Tezanos da por amortizado el efecto luna de miel de Feijóo. El líder del Partido Popular “tuvo su momento” y aún no sabe si lo podrá recuperar porque, a juicio del sociólogo, España es un cúmulo de ciclos políticos que no permanecen mutables, sino que tienden a la inestabilidad. Como paradigma de esta afirmación, ha recordado que el aterrizaje del gallego en Génova supuso un espaldarazo demoscópico para los conservadores, antes de adentrarse en un periodo decreciente marcado por el debate con Sánchez en el Senado.

Este momento cumbre ha devuelto al PSOE a la primera línea. “Sánchez está claramente por delante de Feijóo”, afirma con rotundidad el presidente del CIS al tiempo que explica que el adelantamiento se ha producido en la pregunta por preferencias presidenciales. “Estamos en un ciclo en el que la mayoría la vuelven a recuperar los socialistas”, ha destacado.

“Hay partido”

Tezanos ha hecho alusión expresa al título de su libro (Había partido: De las primarias a la Moncloa) para justificar que el “PSOE no está partido”, así como que entre los líderes políticos “hay más que partido hasta el último minuto”, en clave electoral, por supuesto. Es más, el presidente del CIS considera evidente el influjo de la campaña electoral sobre los ciudadanos que no tienen claro su voto y toman la decisión el día de antes o el mismo día. Es decir, un porcentaje cercano al 10%.

Esta singularidad se produce en un país en el que la mayoría de los españoles parten de “posiciones de centro y moderadas”. Concretamente, define España como una nación de “centro-izquierda”. Es decir, en torno a un 60% de la población ocupa cinco casillas de la izquierda en la escala del 1 al 10, donde 1 es la izquierda y 10 la derecha.