Las vacaciones han llegado a su fin y la vuelta al trabajo se ha realizado con los mismos apoyos de siempre, con las mismas formas de siempre y con la estabilidad de una aritmética variable que sigue dando aire a un Gobierno acostumbrado a respirar aliviado a la hora de la verdad. Seis de seis. Importaban sobremanera tres de las medidas que este jueves se debatían en el pleno extraordinario convocado por Pedro Sánchez, ausente por compromisos internacionales, pero a la aprobación de la ley del ‘solo sí es sí’, el decreto de ahorro energético y los nuevos tramos para los trabajadores autónomos se han sumado la ley concursal, la ley de Ciencia y la declaración de zona catastrófica para los municipios afectados por los graves incendios que se han sucedido este verano en nuestro país.

La victoria ha sido completa, pero no por ello fácil. Al menos en lo aparente. Ha hecho falta mucho café, llamadas a última hora que no se preveían necesarias, explicaciones con las que pisar los ataques recibidos a izquierda y derecha y el temple necesario de saber que, al menos de momento, y pese a la sensación de sobrevivir siempre sobre la cuerda, el ruido se apaga cuando la pantalla alumbra con más verdes que rojos en el Congreso de los Diputados.

Con esta victoria moral, primera prueba de fuego para el Gobierno a la vuelta de vacaciones, tanto el presidente como los ministros dan el pistoletazo de salida a la cuenta atrás a las elecciones. Es el último año de legislatura, y, por ende, el año de campaña. Las encuestas son negativas, los apoyos fiables y las voluntades firmes. Así lo ha demostrado este mismo jueves la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien, con un tono menos conciliador del habitual, no se ha cortado ni un pelo al anunciar que el SMI subirá le guste o no a la patronal, movilizando a los sindicatos y llamando a la huelga contra un Garamendi (presidente de la CEOE) al que ha acusado de “mirar poco por su país”.

De esta forma, venciendo en el fondo y anunciado una guerra por las formas, solo queda saber si el Ejecutivo habrá tomado nota del malestar de sus socios de investidura y, ahora, con la gran batalla por delante, negociará de una forma más comprometida y cuidará a unos socios que, una vez más, sobre la bocina, han remado en favor de las voluntades de Moncloa a cambio de cesiones concretas y no demasiado costosas para el Gobierno: el plan de ahorro energético no será no un decreto, sino un proyecto de ley que deberá estudiarse con más detalle en el plazo de un mes; la falta de diálogo con las comunidades autónomas deberá subsanarse a la hora de remitir el plan de contingencia energético a Europa y la revisión de la ley de cambio climático deberá realizarse “al alza, con una mirada a medio y largo plazo”.

Las advertencias de los socios

Generando los nervios habituales, pidiendo algo más al Gobierno, denunciando los decretos ómnibus y señalando que se sienten descuidados. Con una mochila que amenaza con pesar demasiado, sí, pero, una vez más, prestando su apoyo. Los socios no han escondido su malestar, su hartazgo y cansancio con un Gobierno que consideran que abusa demasiado de su confianza y negocia mal, tarde y sin ceder demasiado.

Tanto PNV como ERC y Bildu han señalado durante esta semana que los votos no caen del cielo. Que no puede pasar más. Que el Gobierno debe cuidar más a sus socios habituales y centrarse menos en pedir el apoyo a una derecha que no se despertará de un día para otro con sentido de Estado. El mismo martes por la tarde, una vez finalizado el Consejo de Ministros, fuentes del PNV aseguraban a ElPlural.com que “aún no había negociaciones abiertas”. Paralelamente, en Bildu aseguraban lo mismo, anunciando que aún no habían decidido el sentido de su voto y que solo se había producido una llamada desde que el Gobierno convocase el pleno extraordinario. “Han estado off por las vacaciones”, señalaban los abertzales.

Sin embargo, finalmente, y a sabiendas de que se jugaban demasiado si su voto era negativo -hubiesen impedido el abaratamiento del transporte público-, el mensaje cambiaba a medida que se acercaba la hora de las votaciones: “El Grupo Vasco votará a favor del Decreto energético por responsabilidad, al considerar que las medidas contempladas solo tienen sentido si se aplican con inmediatez, y confiando en que el Plan de contingencia energética que el Ejecutivo central remitirá a la Comisión Europea en septiembre tendrá en cuenta las propuestas a corto, medio y largo plazo enviadas por el Gobierno Vasco”, señalaban los de Aitor Esteban en la tarde del miércoles. “EH Bildu votará a favor del decreto de ahorro energético tras lograr que el Gobierno revise al alza los objetivos de la Ley de Cambio Climático”, anunciaban, la misma mañana de este jueves, los de Mertxe Aizpurua.

Sonrisas en el Gobierno

Los ministros no han escondido su alegría al confirmar que contaban con los votos necesarios para empezar esta andadura con un pleno de victorias. Una de las más expresivas ha sido Irene Montero, quien, con la ley del ‘solo sí es sí’, cumplía con una de las promesas realizadas en campaña: “El grito feminista del 'sí es sí' y del 'hermana, yo sí te creo' se convierten hoy en ley".

Raquel Sánchez, ministra de Transportes y encargada de defender el decreto de ahorro energético en el Congreso, también se ha enorgullecido del esfuerzo realizado, señalando que era un imperativo de Europa, que las medidas españolas están siendo copiadas en países como Alemania, Francia e Italia, y ahondando en las diferencias con el PP de Feijóo, al que ha acusado de ser "la derecha más rancia de Europa": “Hacen gala de un conservadurismo retrógrado y negacionista", ha remachado. Por su parte, la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, ha calificado como un "hecho histórico" la aprobación definitiva de la reforma de la Ley de la Ciencia, apuntando que, desde ahora, "los investigadores" en España "tienen más garantías y más derechos".

Por último, y desde Ecuador, el presidente del Gobierno no ha querido dejar pasar la oportunidad de mencionar la victoria del Gobierno en el Congreso de los Diputados: "Hoy se han celebrado unas votaciones muy importantes en España .Quiero agradecer su confianza a los grupos parlamentarios que han apoyado estas medidas. Medidas que demuestran el compromiso y la solidaridad de España con nuestros socios europeos. Este jueves, en el Congreso ha triunfado la política sana y el sentido común", ha sentenciado.