En clave internacional, España se ha consolidado con una voz determinante ante los desafíos globales. Muestra de ello, la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este lunes tanto en el Foro de Líderes Mundiales de la Universidad de Columbia como en la Asamblea General de la ONU en Nueva York (Estados Unidos), donde la esencia de su discurso se ha referido a la agonía que vive la Franja de Gaza y el papel que ha de asumir la Comunidad Internacional para frenar un escenario de devastación aún mayor. 

En su intervención en Columbia, el jefe del Ejecutivo español ha hecho balance de la evolución internacional en los últimos tiempos, así como de los valores y principios que han regido sus avances en un contexto que, actualmente, pueden verse perjudicados. "Una economía justa y abierta puede crear desarrollo y prosperidad para todos; las relaciones internacionales deben regirse por normas y no por la fuerza bruta y las sociedades abiertas pueden mantener el fanatismo a raya. Tenemos que defender estos valores porque algunas verdades que nos parecen obvias pueden dejar de serlo", ha comenzado esgrimiendo. 

En este punto, ha situado España como ejemplo de crecimiento y consolidación de valores internacionales. "La apertura económica y justicia social favorecen el crecimiento y atraen el talento. El comercio internacional nos ayuda a crecer, ¿qué sentido tiene si sólo unos pocos se llevan parte del pastel?". En este sentido, ha enumerado tanto el mejor rendimiento económico de nuestro país en los últimos años y la descarbonización y apuesta por las renovables como los beneficios del flujo exterior a la reducción del desempleo. 

La inmigración, clave del motor económico y social

Ha sido en esta última clave cuando Sánchez ha situado la inmigración como parte inequívoca de la fórmula para la evolución favorable de una sociedad democrática sana: "La inmigración no es una fuente de miedo, sino de esperanza y futuro. La apertura es un motor del crecimiento y creación de conocimiento". 

"No debemos confundir la apertura con la temeridad o ingenuidad, tenemos que luchar contra los traficantes, inmigración ilegal y mafias, tenemos que crear rutas legales para que vengan de manera ordenada. No podemos perder de vista que todos los inmigrantes son seres humanos que buscan una vida mejor. No podemos olvidar la necesidad de honrar y defender los derechos humanos más básicos, del mismo modo, nuestra apertura se hace de manera sensata teniendo en cuenta el contexto incierto y volátil en el ámbito internacional", ha aseverado. 

Asimismo, y ante los discursos que sitúan el flujo migratorio como una amenaza, el presidente del Gobierno ha reiterado que ser progresista es "un pragmatismo responsable": "Las normas siempre tiene que prevalecer sobre la ley del más fuerte. Cuando sólo el poder sustituye a las normas, aparece la inestabilidad, crece la incertidumbre, incrementan los costes y crecen los conflictos", ha apuntado. 

Sánchez pide "poner fin a la espiral de belicismo"

En cuanto al tablero geopolítico que sitúa la guerra de Ucrania y la masacre en Gaza como los dos puntos de mayor preocupación para la Comunidad Internacional, Sánchez se ha preguntado: "¿Cuál es el doble rasero que impide que condenemos con la misma determinación el asesinato de más de 60.000 palestinos en Gaza?". 

"España reconoce plenamente el derecho del Estado de Israel a existir y defender su propia seguridad, condenamos sin amabajes los brutales atentados terroristas de Hamás, exigimos la liberación de los rehenes. Una cosa es proteger tu país y otra asesinar a más de 60.000 civiles, desplazar a dos millones de personas, bombardear hospitales y matar de hambre a niños inocentes. Son cosas muy distintas", ha situado, reiterando que el escenario actual es "uno de los más terribles y oscuros del siglo XXI". 

"Una de las lecciones más importantes que aprendimos en el XX el genocidio es el peor crimen de lesa humanidad; la otra es que no podemos mirar hacia otro lado, es imperdonable. ¿Qué liderazgo moral podemos desempeñar si abandonamos a los palestinos?", ha proseguido ahondando,

Al tiempo, ha lamentado que "el poder está ganando terreno" y son múltiples los ejemplos que sitúan las relaciones internacionales de hoy basadas más en "pactos a corto plazo que en principios". En aras de no alcanzar un escenario de mayor complejidad, Sánchez ha reclamado a la Comunidad Internacional "poner fin a esta espiral de belicismo" al estar presente el riesgo de volver a "un mundo de bloques o influencias": "No podemos caer en esa trampa".

La libertad de las sociedades abiertas

Como reflexión de encuentro ante un mundo de complejidades adversas, Sánchez ha situado el acento en que "cuando se silencia la voz de una sociedad, acaba muriendo" y, para combatirlo, la solución reside en una sociedad abierta protegiendo "sus derechos individuales".

"Estas libertades no son privilegios, son salvaguardas ante la tiranía y el silencio. (...) Si perdemos la capacidad de estar en desacuerdo con el poder, sembraremos la posibilidad de que crezca la tiranía. Para ello, no podemos hacer que el poder quede concentrado en manos de unos pocos, sino en instituciones que responda. No podemos caer en la nostalgia, tenemos que convertirnos en pioneros del futuro y el progreso que está por delante", ha ahondado como broche final.

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