El martes, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, exteriorizaba, por primera vez, la OPA del Partido Popular a Ciudadanos. El plan se ha trazado con esmero y se mantiene con mimo en Génova y cuenta, según ha publicado La Razón, con la inestimable colaboración del predecesor de Inés Arrimadas en Alcalá 253, Albert Rivera.

Estas informaciones apuntan a que el expresidente de Ciudadanos, retirado de la política tras la hecatombe del 10-N, maniobra contra su sucesora, que se opone diametralmente a una fusión con el Partido Popular para “reconstruir” el espacio centro derecha. De hecho, tanto Arrimadas como el resto de la diezmada orquesta liberal han subrayado la “necesidad” de un proyecto de “centro, liberal y responsable” como el de los naranjas.

Tras el duro golpe sufrido en las urnas, Rivera ha sido uno de los rostros más mencionados en redes sociales, pero las ansias de que el ex líder naranja echara más gasolina al fuego no fueron satisfechas. Guardó silencio tras el batacazo y evitó cualquier tipo de polémica al respecto.

Ni tan siquiera ha salido del parapeto del sector privado para defenderse de los constantes dardos lanzados por la actual ejecutiva de Ciudadanos. Arrimadas, entre otros aspectos, justificó la debacle en Cataluña con la herencia recibida. Es decir, con la gestión de Albert Rivera.

Rivera maniobra contra Arrimadas

Pero el expresidente de Ciudadanos prefiere moverse entre las sombras. Según ha publicado La Razón, Rivera, que trabaja en un despacho de abogados desde que renunció a la vida política, mantiene varios canales abiertos: uno con Génova y otros con miembros del que fuera su partido.

El desastre electoral del 14-F ha reactivado el plan del Partido Popular para la reunificación del fracturado espacio del centro derecha, acentuado también por la inestabilidad de Ciudadanos, que continúa en un proceso acelerado de pérdida de peso. Se intensifica la estrategia de los conservadores para la absorción de los liberales.

Es en este momento donde entra en juego Albert Rivera, que ejerce de sastre en la sombra para tejer los harapos del centro derecha. El expresidente de Ciudadanos no está contento con la dirección que ha tomado el partido desde que Arrimadas asumió las riendas y así lo ha publicitado ante la opinión pública en diversas ocasiones.

Desde el Partido Popular ponen de relieve la sintonía con Albert Rivera en cuanto a la reunificación del centro derecha se refiere. Sin embargo, Ciudadanos se declara en rebeldía ante los deseos del que fuera su tutor legal. Quieren mantener las siglas a toda costa y recuperar el terreno regalado el 10-N tras superar el difícil año de transición, aunque el 14-F ha vuelto a tumbar al partido sobre la lona.

El horizonte del PP

Entre tanto, Albert Rivera mantiene abierto el canal con Pablo Casado y con Teodoro García Egea en Génova, pero también con diferentes miembros de Ciudadanos, dispuestos a que el partido se integre bajo las siglas del PP.

En la fuerza conservadora quieren que el proyecto esté encarrilado para la convención nacional del próximo otoño que Casado anunció esta misma semana, como respuesta a las elecciones catalanas. Tienen puestas sus esperanzas en que, a medida que se acerquen los diferentes comicios que pueblan el calendario del 2022, se produzca una huida de cargos liberales hacia sus siglas.

De momento, el único en pronunciarse sobre esta mediación de Albert Rivera y la estrategia del Partido Popular ha sido el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. El regidor, preguntado por Carlos Alsina en Onda Cero, ha negado que el ex líder de Ciudadanos mantenga un canal abierto con Teodoro García Egea. De hecho, el portavoz nacional ha zanjado la cuestión con un escueto "no me consta".