El principal derrotado de la jornada electoral en Cataluña ha sido Ciudadanos. Dos duros golpes a su línea de flotación en cuestión de dos años. El primer croché se saldó con la dimisión de Albert Rivera, cuya cerrazón condujo a la formación a su suelo histórico. El segundo advierte que tomará otros derroteros. Inés Arrimadas ha descartado presentar su dimisión y se ha escudado en la herencia recibida, así como la baja participación, para justificar los resultados.

Con un 50% de participación, las proyecciones que teníamos eran terribles”, reconocía Inés Arrimadas ante las preguntas de Carlos Alsina en Onda Cero. La líder liberal ha insistido en que la baja movilización del voto constitucionalista ha lastrado las aspiraciones de un partido que se encuentra en cuidados intensivos.

La herencia recibida

Sin embargo, la presidenta liberal no ha centrado su análisis exclusivamente en la movilización del constitucionalismo y la baja participación, sino que también ha recordado de dónde partía la formación naranja. “Cuando yo llegué a la presidencia de Ciudadanos ya estábamos en estos porcentajes”, ha deslizado Arrimadas, poniendo en relieve la deriva de su partido en los últimos coletazos del riverismo.

Achaca, en cierto modo, la debacle en Cataluña a un silente Albert Rivera, quien aún no se ha pronunciado sobre el que fuera su partido. “Hace un año sacamos un porcentaje de voto parecido a este”, ha proseguido la líder centrista, quien no ha dudado en subrayar que en 2017 se produjeron circunstancias “muy especiales”. De esta manera, Arrimadas elude comparaciones con los comicios post 155.

Cuando yo llegué a la presidencia de Ciudadanos ya estábamos en estos porcentajes

Debemos preguntarnos si hemos hecho lo correcto”, ha señalado la dirigente liberal en un conato de autocrítica. Sin embargo, la introspección de Arrimadas se queda ahí y no ahonda más que en una somera desvinculación del resultado final a la baja participación como justificación única. “Hay muchos factores”, ha puntualizado.

El lamento de Arrimadas se ha dirigido hacia la innecesaria urgencia de estos comicios, remarcando que no se debían de celebrar en plena tercera ola del coronavirus. Recuerda que su formación se opuso de lleno a que los comicios mantuvieran su fecha inicial por el escenario sanitario y ha resaltado que este hecho ha dificultado la “movilización de nuestro electorado”.

Descarta su dimisión

Arrimadas ha puntualizado que el siguiente paso para Ciudadanos es preguntarse “si hemos hecho o no lo correcto” en este último año. “No veníamos de 36 escaños hace un año”, ha resaltado la líder de los liberales en alusión a la fuerte bajada que pronosticaba la demoscopia.

Hemos cometido errores y el principal no es sacar a constitucionalistas de la abstención, pero Cs es necesario

A pesar de estos resultados, y con una reunión urgente de la Ejecutiva de Ciudadanos en el horizonte más próximo, Arrimadas ha descartado su dimisión. “Voy a seguir adelante con un apoyo del partido”, ha augurado antes de indicar que se ha equivocado en algunos aspectos más pedestres que en el rechazo a presentarse a la investidura en 2017.

No hemos movilizado a nuestro electorado y es responsabilidad nuestra”, ha matizado Arrimadas, quien ha resaltado la necesidad de Ciudadanos en el arco político de España y Cataluña. “Hemos cometido errores y el principal no es sacar a constitucionalistas de la abstención, pero es necesario un partido como nosotros”, ha aseverado antes de concluir que “hay que seguir hacia delante con unidad y aprendiendo de los errores”.