La pelota está ahora mismo donde quería el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont. Con su rueda de prensa del lunes, el foco se posaba este miércoles sobre la portavoz de Junts en el Congreso de los Diputados, donde se celebraba una sesión de control que el PP no ha sabido capitalizar. Bien porque, como bien ha señalado Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo estaba “un poco flojo”, bien porque la que ponía la carne en el asador en esta sesión era Miriam Nogueras. La líder neoconvergente en Madrid tenía la directriz de colocar el titular y escenificar la indignación de los suyos para con un presidente que “no es de fiar”. “Le exijo que muevan el culo y hagan el trabajo que deben de hacer. Está en números rojos”, advertía desde su escaño, eclipsando la estancada estrategia de un PP que se resiste a abandonar su estrategia de desgaste.

Puigdemont comenzó la semana como hay que hacerlo en política: colocando el mensaje y dominando los tiempos del debate público. Lo hizo con una maniobra en coordinación con Madrid; mientras verbalizaba la desconfianza que le transmite el Gobierno de Sánchez, el Grupo Parlamentario registraba una proposición no de ley para instar al presidente para que se sometiera a una cuestión de confianza en la Cámara Baja. Moncloa lo rechazó de inmediato, por supuesto, escudándose en que a la coalición la respalda una mayoría de los españoles.

Junts saca colmillo

Pero la herida está abierta y los socialistas enfrían sus perspectivas más optimistas para aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE), que Sánchez se comprometió a hacerlo a principios de 2025. Compromiso que la pataleta del expresident derriba por completo. Y así se lo ha recordado la portavoz neoconvergente: “Le dijimos que su responsabilidad era rescatar el marco acordado y que no tentara a la suerte con Junts, que no nos diera faroles”. Pero las nueces recogidas por el grupo independentista no colmaban las previsiones iniciales, así que pasan ahora a la ofensiva, urgiendo al presidente del Gobierno a “ponerse al día” porque “está en números rojos”.

Nogueras ha puesto las cartas sobre la mesa. ¿Moncloa quiere acuerdo?, estas son las exigencias. A pecho descubierto, que diría aquél. Para empezar, la portavoz independentista exige al Ejecutivo que “paquen lo que deben” a la ciudadanía catalana y que “respeten y traspasen” las competencias que se acordaron; además de publicar “las balanzas fiscales, revertir el desastre de Renfe y dejar de cosernos a impuestos”. Incluyen en sus demandas impulsar de verdad, a través de la “diplomacia”, iniciativas para hacer del catalán lengua oficial de la UE; como también, pese a oponerse a cualesquiera de medidas en este sentido, urgen a “construir vivienda pública”. En definitiva, les exige que “muevan el culo y hagan el trabajo que deben de hacer”. “Somos exigentes porque Illa ha decidido no serlo”, enfatizaba Nogueras, que cerraba al grito de “Visca Catalunya Lliure” (Viva Cataluña libre, en español).  

Sánchez tranquiliza

Las exigencias y el tono áspero de Nogueras se ha topado con la pausa institucional que se desprendía de las réplicas del presidente del Gobierno. Al igual que lo que previamente hizo con Feijóo, le recordaba a la portavoz de Junts que la pregunta que le verbalizaba no era la que estaba registrada, pero aun así respondió a las demandas de su interlocutora no sin antes repasar la acción política del Ejecutivo: “Hemos dignificado las situaciones laborables de los españoles, hemos subido el SMI, hemos creado el IMV, hay cohesión y paz social…”.

Pese a ello, Sánchez asume los neoconvergentes y se resigna a “negociar ley a ley” porque son un Gobierno “en minoría”. Aun con todo ello, el presidente ha asegurado que cumplirá con “los compromisos firmados con todos los grupos parlamentarios” en el marco de su investidura. No obstante, certifica que desde la llegada de Salvador Illa a la Presidencia de la Generalitat, al contrario de lo que airea Junts, se hace “política útil en Cataluña”, con más énfasis en materia de Vivienda. En cualquier caso, intenta aplacar las soflamas de los independentistas y garantiza que mantendrán la mano tendida a todas las fuerzas políticas que los pactos cristalicen.

Confrontación independentista

Desde Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) el diagnóstico es distinto. Su portavoz parlamentario, Gabriel Rufián, lleva meses advirtiendo de que en el Congreso no existe una mayoría progresista, sino de fuerzas de derechas en la que integra a sus principales adversarios. “Tarde o temprano harán [Junts] presidente al hoy líder de la oposición ya sea a través de una moción de censura o cualquier otra vía. De hecho, cree que la PNL de la cuestión de confianza o la enmienda pactada para desactivar un impuesto eléctrico demuestra que es el principio de una rentable amistad para la derecha española y catalana.

“Estoy absolutamente convencido de que Junts hará tarde o temprano presidente a Feijóo por la vía que sea, y que simplemente está allanando el camino tanto en Cataluña como aquí”, afirmaba el portavoz republicano en los pasillos del Congreso. Rufián, inmerso en una escalada de confrontación con los neoconvergentes que hace tambalear el bloque de la investidura -así lo creen desde Moncloa-, subraya que “ya hay una mayoría de derechas” y que los de Nogueras no han dado el paso porque “no se atreven”, pero está convencido de que lo darán.

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