El PSOE cierra por vacaciones. Toda vez se ha superado el 23 de julio, con unos resultados que a primera hora de la noche del domingo generaron incluso incredulidad en las entrañas de Ferraz, la orden en el cuartel general pasa por dejar hacer al Partido Popular. La consigna es que no hay prisa, a pesar de que a priori parezca difícil la investidura de Pedro Sánchez. Junts tiene la llave para desbloquear la gobernabilidad del país y, por supuesto, del futuro Ejecutivo progresista. El enconamiento desplegado por los neoconvergentes durante la totalidad de la investidura amenaza con encarecer el precio de su ‘sí’ y forzar una repetición electoral. Sin embargo, en el cuartel general de los socialistas el sentir es radicalmente opuesto. Si bien no intentarán nada hasta después de la constitución de las Cortes, como mínimo, confían en que los de Carles Puigdemont acaben cediendo. Algunas fuentes del partido incluso recalcan “las dos almas” que componen la fuerza independentista.

Partido Popular y Junts se reparten el foco mediático en el día después de la jornada electoral. La lectura que hacen en Ferraz, ya en frío, es que estos comicios han mandado un mensaje claro a ciertos partidos, demostrando que España no es “monolítica, sino plural”. La victoria incontestable del PSC en Cataluña ha de servir al independentismo para entender que el escenario ha cambiado. Ni Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ni los neoconvergentes tienen la sartén por el mango. Ya no. Obviamente, no desdeñan que ambos son aún cruciales en el sumatorio de fuerzas para apuntalar una nueva legislatura del Gobierno progresista. Los socialistas subrayan que solo ellos han obtenido más sufragios que todas las opciones secesionistas juntas, lo que justifican como un refrendo a la estrategia de Sánchez en la región. Es decir, diálogo, diálogo y más diálogo. “Eso es integrar España”, resumía un integrante de la Ejecutiva.

Este lunes, Pedro Sánchez ha reunido a la Ejecutiva Federal para las lecturas preceptivas al 23J. El líder no ha entrado en detalles, ni tampoco se han marcado plazo alguno. La consigna por todos los estamentos socialistas es que “no hay ninguna prisa”. Es decir, el PSOE cede todo el protagonismo al resto de actores políticos, en especial a Alberto Núñez Feijóo, para que muevan ficha y manifiesten la imposibilidad de edificar una alternativa al sanchismo que no han podido derogar. Por supuesto, también entra en juego Junts. De hecho, en el cónclave matutino en Ferraz, según relatan voces autorizadas, no ha habido ni una sola mención a los de Carles Puigdemont. Ni tan siquiera se ha entrado a valorar la detención de Clara Ponsatí este lunes, quien a su vez ya se encuentra en libertad tras negarse a declarar. “La Justicia tendrá que hacer su trabajo”, rematan desde el entorno de la dirección federal del partido.

Ni referéndum ni autodeterminación

Desde la órbita de Junts ya han dejado caer dos condicionantes para allanar el camino de Sánchez a la Moncloa de nuevo. Dos vías que pasan por la “amnistía” y la “autodeterminación”. Es decir, las dos mismas monedas de cambio. La posición no ha variado, todo lo contario que en ERC, cuya cabeza visible en Madrid, Gabriel Rufián, ya dio un volantazo a la estrategia tras el varapalo en las urnas y admitió la dicotomía a la que se enfrenta el país: “O gobierno progresista o ultraderecha”. Lo cual, dicho sea de paso, no implica que la negociación con los republicanos sea un sendero de rosas y arcoíris. No obstante, sí se evidencia una rebaja en las pretensiones y especialmente en el tono, aunque ahora tienen que replantearse la estrategia.

El PSOE remarca que lo que no está sobre la mesa bajo ningún concepto es un referéndum pactado de autodeterminación

Precisamente en ese momento creen en el PSOE que debería estar Junts. En realidad, no solo los de Puigdemont, sino todos los partidos. Todas las voces consultadas inducen a que la presión estará en Cataluña y no en la calle de Ferraz. El propio Pedro Sánchez confía en que no habrá repetición electoral y que, por tanto, constará otros cuatro años como arrendatario del Palacio de la Moncloa. Pese a que hablar de pactos en este momento es “ciencia ficción”, si subrayan que los neoconvergentes “querrán algo”. He aquí donde los socialistas enarbolan el comodín de la Mesa del Congreso de los Diputados, pues es la que tiene la llave para conceder la vitola de Grupo Parlamentario. Junts obtuvo siete escaños, pero no llegó al 5% que se requiere para tener grupo propio. Por lo tanto, resumen voces autorizadas, podría pasar por aquí una solución, aunque esta concesión ya se enfoca como una tradición en la Cámara Baja para estas fuerzas políticas. Incluso hay quien en la Ejecutiva apunta a que en la formación secesionista conviven "dos almas" que pueden provocar el debate interno y forzar a la otra parte hacia el desbloqueo. 

Lo que no está sobre la mesa bajo ningún concepto es un referéndum pactado de autodeterminación. Tanto los republicanos como Junts han unido sus voces en busca de la amnistía y de un plebiscito.  Sin embargo, tanto en público como en privado, los socialistas han dejado claro que ese no es el camino. El propio Salvador Illa, líder del PSC y uno de los grandes triunfadores de la noche electoral, ha advertido a los neconvergentes de que el escenario requiere “estar a la altura de las circunstancias” y, por tanto, enfocar la negociación desde una posición de “realismo” ante lo que se puede hacer y lo que no.

La cuestión es que la investidura de Jaume Collboni (PSC), que tras obtener el voto favorable de PP y Comunes, provocó ciertas fricciones entre socialistas y postconvergentes. El ahora alcalde de Barcelona sumó más apoyos que su principal adversario al bastón de mando, Xavier Trías (Junts), quien tan solo obtuvo el respaldo de Esquerra Republicana de Catalunya. En cualquier caso, en el PSOE niegan que este acontecimiento pueda desequilibrar la balanza de la negociación con Junts a una posición desfavorable. Plena confianza, pero con absoluta calma y tranquilidad, que otros muevan ficha primero. Por el momento, la cúpula neoconvergente se atrinchera en la autodeterminación y en la amnistía, enfatizando en que la pelota está en el tejado de Pedro Sánchez, que “tiene el problema catalán sobre la mesa”.

Sumar inicia contactos

Mientras en Ferraz se dan tiempo, sus principales socios ya han tomado cartas en el asunto catalán. Sumar ha iniciado los contactos con las dos principales fuerzas independentistas en la Carrera de San Jerónimo. El exdiputado de En Comú Podem Jaume Asens ha descolgado el teléfono para conversar directamente con el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont para facilitar la investidura de Sánchez y hacer posible la reedición del Ejecutivo progresista, tal y como apuntan fuentes de la formación fucsia. El portavoz de la plataforma que encabeza Yolanda Díaz, Ernest Urtasun, ha evitado valorar los requisitos indispensables de Junts para dar su ‘sí’ en la investidura.

Sumar ha elegido a Jaume Asens por “su conocimiento de la realidad política catalana, así como su buena relación con muchos de los espacios” con los que hay que llegar a un entendimiento. Creen que su figura facilitará el acuerdo con estas fuerzas políticas, aunque en esta primera toma de contacto no se ha abordado ningún asunto crucial, sino más bien ha supuesto un primer peldaño en el largo recorrido que le esperan a las negociaciones.