El escenario postelectoral en Extremadura va a marcar el paso del calendario que pronto se expandirá en 2026 a otras comunidades autónomas y que influirá, con especial énfasis, en el tablero político nacional. En tanto lo hará con motivo de la victoria en las urnas del Partido Popular de María Guardiola, un éxito para los populares que, contra pronóstico previo, se ha visto aún más agudizado por el auge de Vox.

Los de Santiago Abascal, que han pasado en la región de tener los cinco escaños que obtuvieron en 2023 hasta los recién conseguidos once, se convierten en este punto en un factor clave en el escenario electoral que está por venir. Hace falta desplazarse unos kilómetros de Extremadura para entender esta afirmación, porque será en Aragón donde podrá verse si esta teoría acabará por asentar bases.

El presidente aragonés, el popular Jorge Azcón, ha esgrimido este mismo lunes la posibilidad de alcanzar acuerdos con el partido de ultraderecha, siempre y cuando estos cumplan con unos mínimos requisitos “dentro de la legalidad”. “Tenemos que ponernos de acuerdo”, ha emplazado en declaraciones a los medios antes de asistir a la Junta Directiva Nacional del PP en Madrid.

En clave de ejemplo, ha situado Azcón que ambas formaciones pueden encontrar un consenso mutuo para “rebajar los impuestos, mejorar la sanidad” o seguir el camino de los "miles de millones de euros de inversiones que vienen a cambiar la economía" aragonesa y que "vienen a hacer que Aragón sea un motor económico de este país liderando la transformación".

En cuanto a la fuerza de la ultraderecha en su autonomía, el barón popular ha señalado que Vox “sigue siendo un partido minoritario” que crece a vista de todos, “pero todavía minoritario”: “Puede decidir si sigue bloqueando o ayuda a los gobiernos del PP que quieren cambiar Extremadura, Aragón y el Gobierno de España”.

Con la cita en mente del próximo 8 de febrero, el presidente aragonés ha defendido que, por su parte, hará su “propia campaña” que se va a “parecer mucho” a la encabezada por Guardiola en Extremadura, emplazando a su vez al propio líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, a estar “muy presente en esa campaña”.

Feijóo culpa a Sánchez del auge de Vox

Extremadura ha cerrado el círculo frenético político de este 2025 pero, a su vez, servirá como plato entrante del calendario que vendrá el próximo año. Aragón, confirmado; Castilla y León, previsiblemente el 15 de marzo; y Andalucía, la próxima primavera, son las fechas marcadas en rojo en clave electoral y donde el PP deberá jugarse el mandato y la hoja de ruta de sus relaciones con los de Abascal.

Bajo este telón de fondo, pese a constatarse en la región de Guardiola esta necesidad de entendimiento, Núñez Feijóo ha culpado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del auge de la extrema derecha por haber “alimentado el ruido” como estrategia para “frenar” a los populares.

Conforme a la victoria de Guardiola en las urnas, ha celebrado que es “indiscutible” y “clara”, siendo el paso a acometer el “interpretar el resultado tras unas elecciones clarificadoras y que no admiten interpretaciones caprichosas”, situando que el principal “perdedor” en ellas ha sido Sánchez tras haber planteado estos comicios como “una cuestión de confianza”. Parafraseando sus propias palabras días atrás, Feijóo ha augurado que este escenario no es más que el comienzo de un “efecto dominó” que “no va a parar” y seguirá por Aragón, Castilla y León y Andalucía.

En cuanto al papel crucial de Vox en la jugada electoral, Feijóo ha asegurado que el auge de Abascal “no es a costa del PP”, por lo que les ha emplazado a adoptar una actitud de “responsabilidad y proporcionalidad”: “No se equivoquen de adversario nunca más, porque el adversario no es el PP, no está en esta sala, ni en el espacio constitucional que defendemos. El adversario es un Gobierno que ha degradado la política y ha convertido la mentira y corrupción en sistema”, ha subrayado.

Vox, en actitud positiva

Por parte de la formación ultraderechista, la postura de este lunes postelectoral no es más que festiva por haber doblado su presencia política en Extremadura. Una prueba que marca el camino en su favor para las próximas citas en las urnas.

Y es que en este punto cabe recordar que, allá por noviembre, ya vinieron esgrimiendo esta posición. Por parte de Aragón, avanzaron que no apoyarían los presupuestos autonómicos, escenario que también declinó en elecciones anticipadas; mientras que, en el caso de Castilla y León, su secretario general, Ignacio Garriga, avisó al PP de Alfonso Fernández Mañueco de que “tendrán que pasar por el aro”, teniendo en cuenta que ambas formaciones ya construyeron un Gobierno de coalición.

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