La reforma educativa que se contempla en la nueva ley de Educación, conocida como 'Ley Celaá', ha sido muy cuestionada. En el Congreso de los Diputados consiguió salir adelante con los votos favorables de 177 diputados tras un debate muy caldeado por la derecha. Concretamente, en las enmiendas, que fueron rechazadas todas, excepto la que insta a la enseñanza de la cultura fiscal en la asignatura de Valores Cívicos y Éticos, las bancadas ocupadas por el PP y Vox se plagaron de gritos de “libertad, libertad” y golpes en sus escaños como señal de protesta.

Varios aspectos de esta ley educativa, que supone la octava de la Democracia, han sido fruto de numerosos bulos y mensajes falsos difundidos, sobre todo, por la derecha política y mediática. Aquí es donde entra en juego el castellano y su no contemplación como lengua vehicular en la enseñanza. La nueva ley deja en manos de las comunidades autónomas la designación de la lengua vehicular en su territorio, aspecto que cobra especial protagonismo en las comunidades donde existen otras lenguas cooficiales, como Cataluña, País Vasco y Galicia.

No se introdujo hasta 2013

Este carácter vehicular del castellano fue introducido por primera vez en una ley de Educación en 2013, con la norma del entonces ministro de Educación, José Ignacio Wert. A pesar de esto, PP, Ciudadanos y Vox han cargado contra Isabel Celaá por la eliminación de estas líneas, además de otros aspectos relativos a la educación especial, los colegios concertados y la enseñanza de religión. "Blinda el proyecto excluyente del nacionalismo catalán", aseguró Inés Arrimadas. "Es mala para la unidad nacional y un ataque al español", matizó Casado. "Es la culminación del proyecto separatista", sentenció la ultraderecha.

Isabel Celaá ha tenido que defenderse de las constantes críticas por eliminar esta referencia en favor de una más genérica: "El derecho a recibir enseñanzas en castellano y en las demás lenguas cooficiales". La titular de la cartera de Educación tendrá que hacer frente a las amenazas de los populares anunciando que intentarán frenarla en las autonomías donde gobiernan. Ya han anunciado que para burlar la norma adelantarán el plazo de inscripción del nuevo curso y habrá recurso ante el Tribunal Constitucional, según han voceado también los naranjas y la extrema derecha.

¿Consecuencias "muy graves" al castellano?

La derecha ha centrado su discurso en las consecuencias "muy graves" que tendrá para los castellanoparlantes en Cataluña o País Vasco, donde se les deja "desprotegidos". También han insistido en que ello supone un apoyo al 'procés' y la independencia de Cataluña. Pero bien, ¿por qué se insiste en el ataque al castellano? ¿Qué repercusión puede tener fomentar las lenguas autonómicas frente al castellano? ¿Por qué se politiza el idioma cuando la diversidad lingüística es sinónimo de riqueza cultural e histórica de un pueblo? ¿Dar la oportunidad a estas lenguas para que no se extingan pone en peligro al castellano?

Fomentar el aprendizaje en los colegios de lenguas como el catalán, el euskera o el gallego es fundamental para que éstas no desaparezcan, como es el caso del aragonés o asturleonés, dialectos que se encuentran en serio peligro. Cualquier catalán maneja el castellano e impulsar la enseñanza de las lenguas cooficiales no pondrá en peligro la existencia del castellano, la segunda lengua más hablada en el mundo. Al igual que identificar el uso de las lenguas autonómicas con los nacionalismos e independentismos es un error muy propagado que olvida que los idiomas son cultura e historia de un país, un valor enriquecedor e identitario. Y no porque haya algún sector que busque la independencia del territorio, para subsanarlo se debe dejar de enseñar su lengua propia y fomentar una ideología de odio hacia su utilización y enseñanza.

Se critican los nacionalismos: el nacionalismo catalán, el nacionalismo vasco, el gallego… Pero, ¿y el acérrimo defensor de España, del español y de los españoles? Los que identifican este multilingüismo como un peligro para la integridad de España y, en particular, con el castellano, no ven un problema en los colegios bilingües en inglés, donde se imparte historia, matemáticas, biología… en inglés, una lengua extranjera que se emplea para la educación en la mayoría de las asignaturas impartidas. ¿No supone un peligro de extinción del castellano la enseñanza en estos colegios? ¿Por qué si es en una lengua cooficial en el Estado sí?