Ojalá todas las semanas hubiese un Congreso Federal del PSOE. Con esta frase se ironiza en el resto de la izquierda sobre las promesas pronunciadas por Pedro Sánchez en el discurso que cerraba el conjunto de actos de pacificación interna que han protagonizado los socialistas en Valencia. El líder del Ejecutivo y secretario general de los del puño y la rosa cimentó su discurso en la idea de la socialdemocracia, la resiliencia del pueblo español en la lucha frente a la pandemia, la recuperación económica y los derechos alcanzados por el Gobierno que él mismo lidera en estos dos años de legislatura -Salario Mínimo Interprofesional, Ley del Sólo Sí es Sí, Ley de Eutanasia, Ingreso Mínimo Vital o los ERTE, entre otras medidas de calado-.

Al margen de que muchas de estas medidas tienen a Unidas Podemos como principal protagonista de su negociación, incluso frente a un PSOE que se ha resistido en más de una ocasión en el momento inicial, tampoco ha gustado en el seno de la coalición que Sánchez vociferase tan fervorosamente algunas promesas de cara a lo que resta de mandato cuando, hasta el momento, y según fuentes de la formación morada, no han sido puestas en marcha precisamente por las dudas de la parte socialista del Consejo de Ministros: la derogación de la reforma laboral, el fin de la conocida como Ley Mordaza o la voluntad de acabar con la inviolabilidad del rey emérito, conocida este mismo lunes.

De las dos primeras intenciones hay que decir que no son nuevas ni excepcionalmente propias del PSOE. La derogación íntegra de la reforma laboral fue pactada por el Gobierno con EH Bildu el pasado 20 de mayo de 2020 a cambio de que los abertzales cumplieran con “el compromiso de no obstaculizar la prórroga del estado de alarma” y PSOE y Podemos cumplieran “en tiempo y forma los términos del acuerdo”. La formación vasca exponía entonces que la derogación de la Reforma Laboral debería producirse “antes de la finalización de las medidas extraordinarias por el COVID-19”.

Sin embargo, aquel documento que todavía hoy defienden los abertzales se matizó en un comunicado del PSOE apenas 24 horas después. En menos de lo que dura una negociación, la parte socialista puntualizó que sus esfuerzos se dirigirían a modificar tres aspectos de la norma, y no su integridad, como solicitaba EH Bildu: la posibilidad de despido por absentismo causado por bajas por enfermedad, las limitaciones al ámbito temporal del convenio colectivo y la prioridad aplicativa de los convenios de empresa sobre los convenios sectoriales.

En declaraciones a ElPlural.com, fuentes de los liderados por Mertxe Aizpurua en el Congreso de los Diputados (diputada que rubricó, junto a Pablo Echenique y Adriana Lastra, aquel entendimiento pretérito) sostienen que el PSOE “lleva tres años y medio gobernando, con mayoría parlamentaria de izquierdas suficiente para llevar a cabo esas derogaciones en el Congreso, y aún no lo ha hecho”. “La pregunta es por qué, teniendo en cuenta que tanto la derogación de la reforma laboral como la de la Ley Mordaza son compromisos de investidura, acordados incluso en el programa de Gobierno”, prosiguen, reconociendo que las palabras de Sánchez son un paso adelante que reconocen y esperan que, esta vez, “no quede en una nueva promesa incumplida y el Gobierno pase cuanto antes de las palabras a los hechos, ya que la ciudadanía no puede esperar más”.

Pero el malestar no es exclusivo de EH Bildu. Basta escuchar las palabras pronunciadas este lunes por Joan Baldoví, líder del Compromís en el Congreso de los Diputados, para apreciar que la sensación de que esto puede ser un nuevo brindis al sol es palpable en las formaciones de izquierda en las que el Gobierno sustenta su mayoría parlamentaria: “Cuántas veces va a reivindicar el PSOE la derogación de la Ley Mordaza y la reforma laboral. Me da la sensación de que el PSOE promete mucho, pero cumple poco. Si de verdad hubiera esta voluntad, esto se puede hacer rápidamente. Ya han tenido tres años para hacerlo. ¿Por qué no lo han hecho?, se pregunta el dirigente valenciano, que prosigue cuestionando que “a ver si con tanta promesa, al PSOE se le va a pasar el arroz”.

Debate interno en el Gobierno

Como explicaba la semana pasada ElPlural.com, desde Unidas Podemos hay cierta perplejidad al apreciar que el PSOE y Pedro Sánchez tratan de apropiarse de buena parte de los derechos sociales conseguidos por la insistencia de los ministerios en manos de la formación morada. “Hay muchas cosas necesarias para este país que se han quedado fuera y que vamos a seguir empujando para que lleguen pronto. Medidas que si fuésemos la mayoría del gobierno todo el mundo sabe que estarían aprobadas”, explicaban a este medio fuentes de Podemos.

Esta misma idea ha sido la que han querido plasmar este lunes en rueda de prensa los portavoces del partido, Isa Serra y Pablo Fernández. La primera ha confiado en que estas posiciones del PSOE "no queden en papel mojado" y ha defendido que la "garantía" para ello es que Unidas Podemos esté en el Gobierno para velar por el cumplimiento del acuerdo de coalición, pese a que a veces es "difícil".

También se ha dado la bienvenida a la abolición de la prostitución que pidió José Luis Rodríguez Zapatero el sábado en el 40º Congreso Federal del PSOE, reivindicaron las enmiendas socialistas y prometió Pedro Sánchez en su discurso del domingo: “Durante todos los años de la democracia -en los que el partido que más ha gobernado es el PSOE- no se ha hecho nada para luchar contra la industria proxeneta", ha indicado Serra, recordando que desde el Ministerio de Igualdad encabezado por Irene Montero ya se está trabajando en herramientas para poner fin a esta lacra.