El Consejo General del Poder Judicial lleva caducado desde el 4 de diciembre de 2018 por el bloqueo permanente del Partido Popular para llegar a un acuerdo con el Gobierno y renovar este órgano que gobierna a los jueces. Aunque esta semana parecía que las negociaciones entre PSOE y PP tenían sus frutos y el pacto parecía inminente -todo ello después de la insostenible situación que dibujó la dimisión de Carlos Lemes como presidente del CGPJ-, desde las filas del PP detonaron todo indicio del mismo y volvieron a la senda de las excusas. Tres días han pasado desde que el PP de Alberto Núñez Feijóo suspendiera las negociaciones, y ello ha salido a valorarlo Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz nacional del PSOE.

Han pasado 72 horas desde que el Partido Popular anunciara a través de un comunicado que de nuevo volvía a la insumisión constitucional, y en este país hay que recordarle al PP que la Constitución se cumple todos los días, desde el primero hasta el último de sus artículos. Todos los días del año, estés en el Gobierno o estés en la oposición”, ha comenzado diciendo Alegría en declaraciones desde Ferraz.

Así, ha remarcado que “renovar el CGPJ no es una decisión, es una obligación que hay que cumplir si o sí, y no hay excusas, aunque el PP las lleve encadenando casi cuatro años”. Por ello, la portavoz socialista se ha hecho una serie de preguntas con las que ha puesto en entredicho la figura de liderazgo de Feijóo al frente del PP.

“¿Hasta qué punto los españoles pueden estar tranquilos ante un dirigente que incumple la constitución? ¿Hasta qué punto los españoles pueden estar tranquilos ante un dirigente al que le condicionan constantemente sus decisiones, un dirigente sin autonomía, que se doblega ante las presiones de la derecha más reaccionaria y que sucumbe ante las presiones de las fuerzas ultraconservadoras?”, ha remarcado, antes de lanzar otras dos duras preguntas al aire: “¿Hasta qué punto los españoles pueden estar tranquilos frente a un partido que constantemente ha buscado miles de excusas para incumplir la ley? ¿Hasta qué punto los españoles pueden estar tranquilos ante un dirigente y un partido sumidos en una irresponsabilidad constante que ha provocado la mayor crisis de la justicia vivida a lo largo de la historia de nuestras democracias?”.

La reprimenda de Alegría contra Feijóo ha quedado lejos de quedarse ahí, asegurando que “han pasado ya 72 horas” en las que se ha podido comprobar que España está “delante de un dirigente sin autonomía, sin liderazgo, al que le han doblado la mano”.

Por último, la ministra socialista ha reafirmado que el líder del PP “ha perdido la oportunidad de convertirse en un verdadero patriota, en un verdadero hombre de Estado”: “Hace mucho tiempo que dejaron de hacer oposición a este gobierno para hacérselo directamente a nuestro país”. “El señor Feijóo, con esta decisión queda cuestionado no solo para dirigir el Partido Popular, sino para ser candidato a presidir España”, ha rematado.

Cronología de una nueva excusa

En cuestión de horas, lo que se presuponía blindado y listo para la rúbrica final, saltó por los aires. El Partido Popular se aferró a una “nueva excusa” para suspender las conversaciones con el PSOE para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que vive bloqueado desde hace 1.425 días. Ferraz respondió a la maniobra mediante un durísimo comunicado, en el que achacaba a Alberto Núñez Feijóo su debilidad ante las presiones de la “derecha reaccionaria”. El delito de sedición es el enésimo pretexto utilizado por Génova para ahondar en la “crisis institucional” y así se lo han recordado los socialistas, mediante un crudo vídeo que recoge todos los subterfugios a los que han recurrido los conservadores para persistir en el bloqueo al órgano constitucional. “Excusas y más excusas. Bloqueo y más bloqueo”.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inmerso en una minigira por África, daba por zanjadas las conversaciones y emplazaba al Partido Popular a estampar su firma en el documento final. “El acuerdo está listo a la espera del PP”, avanzó el jefe del Ejecutivo, minutos después de que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, interviniera en el Congreso de los Diputados y verbalizara la intención de Moncloa de avanzar en la reforma del delito de sedición.

Tras esta concatenación de acontecimientos, los conservadores empezaron a dar marcha atrás desmintiendo al presidente del Gobierno. Desde Génova, deslizaron que su intervención fue inexacta. No negaron que los “avances” cosechados, pero fuentes del partido insinuaron que ni mucho menos estaba cerrado, sino que faltaban aún asperezas que, por mínimas que fueran, había que limar. Tras ello, llegó la suspensión de las negociaciones y la cruda reacción de Ferraz, que pivotó sobre la debilidad del liderazgo de Feijóo, a quien le achacan plegarse ante las presiones de la “derecha más reaccionaria”.