Conciliar la vida familiar y la laboral no es tarea fácil. Algo que podría explicar con mil ejemplos cualquier mamá y, cada vez más, cualquier papá. Que se lo digan a Pablo Iglesias, el líder de Podemos, que un gesto honroso decidió ausentarse por cuatro meses de su puesto de trabajo para reivindicar la equiparación de las bajas de maternidad y paternidad y el brindis al sol le ha pillado en mitad de la mayor crisis de la breve historia del partido morado. Lo que le volverá a traer, por un instante, a la primera línea política.

En realidad, los diputados españoles no tienen derecho a bajas por paternidad/maternidad, porque su labor no se regula por el Estatuto de Trabajadores. Pero también es cierto que no sufren penalización por faltar a su puesto de trabajo (más allá de que se den de baja en una comisión parlamentaria y pierdan ese extra en el sueldo). De ahí que Iglesias y Montero hayan decidido por su propia cuenta repartirse cuatro meses cada uno de baja para cuidar de sus mellizos, además de los meses que ambos pasaron fuera del foco por el parto prematuro.

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Ahora es Montero la que está al frente del partido, junto a Pablo Echenique, que ha sido ascendido a secretario de Acción de Gobierno, pero que, paradójicamente, ha pasado a un segundo plano mediático tras sus desafortunadas palabras sobre Íñigo Errejón, al que acusó de no querer entregar su acta de diputado para estar cobrando un sueldo público hasta mayo, y por lo que tuvo que pedir perdón.

De hecho, el órdago de Íñigo Errejón ha sido lo que ha sacado a Pablo Iglesias de sus labores paternales en su chalet de Galapagar. El mismo día que el que fuera su número dos anunciara en los medios su alianza con Manuela Carmena -cinco minutos después de avisar al líder morado- Iglesias ya tuvo que “interrumpir” su baja paternal para grabar un audio a los militantes de Podemos en los que cargaba duramente contra Errejón y aseguraba que se enfrentarían a él en las urnas de la Comunidad de Madrid. Una amenaza que ahora está en el aire.

Y todo apunta a que ese parón paternal volverá a producirse este miércoles, en el fundamental Consejo Ciudadano Estatal que Podemos ha organizado para intentar salir de la crisis interna que ha provocado Errejón y que también han alentado “los 11 de Toledo”, los barones regionales que han pedido a Iglesias y Errejón que hagan las paces y las aguas moradas vuelvan a su cauce con una candidatura unitaria.

En Podemos, nadie quiere decirlo en voz alta porque “no queremos que se siga hablando de nosotros”, explican a El Español, pero se da por hecho que Iglesias tendrá que intervenir el cónclave más fundamental de los últimos años. La única duda es el formato: ¿una nueva grabación en diferido? ¿una videoconferencia desde Galapagar a lo Carles Puigdemont? ¿una llamada en manos libres?