El próximo domingo se celebran las elecciones en Andalucía y, aunque todo apunta a que Juan Manuel Moreno Bonilla, actual presidente, volverá a ganar en la tierra, la incógnita es con quién formará el gobierno en un escenario sin mayorías absolutas. La opción más clara que se baraja es que tenga que estrechar la mano con Vox, ante el auge previsible de éstos y la debacle de Ciudadanos, quienes han sido sus socios en los últimos cuatro años.

En este contexto, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, lleva tiempo ofreciendo al PSOE un pacto para que gobierne la lista más votada. De esta forma, se quita el marrón de tener que pactar con la ultraderecha -al estilo de lo que Mañueco ha sellado en Castilla y León-, o de tener que romper con ella allí donde ya gobiernan juntos, y le da la bola de la responsabilidad a los socialistas de los pactos con la extrema derecha. En numerosas ocasiones, el presidente popular ha retado al PSOE a que “si les molesta Vox, que lo acrediten”. “El PSOE lleva toda la campaña en que Vox ha de estar en el Gobierno de la Junta y no somos ni Vox ni el PSOE (…) Nuestro objetivo es pactar directamente con los votos que salgan de las urnas, sin intermediarios”, aseguró el pasado miércoles.

Pero este jueves ha dado un paso más: ha pedido que si no quieren un gobierno de coalición con Vox, se abstengan para que Moreno Bonilla pueda gobernar en solitario. Además, ha dicho que si le faltan pocos escaños para la mayoría absoluta le enviará una propuesta formal al PSOE para que gobierne la lista más votada en Andalucía, y también en las próximas elecciones municipales y autonómicas de 2023. Así, ofrece su disposición a favorecer gobiernos socialistas en Aragón, Castilla-La Mancha y Valencia en los comicios venideros. Aunque esto, en clave, sería una alternativa a las exigencias de la izquierda para que rompa todos sus pactos con la extrema derecha y lo que quiere es una abstención.

La firme posición del PSOE

Desde el PSOE, por el momento y en todo momento desde que el PP ofreció este mecanismo, han sido firmes. Nada de lista más votada si no se rompe antes con todos los gobiernos en los que el Partido Popular ha pactado con Vox. Es lo mismo que ofrecieron en Castilla y León tras el resultado electoral que dejó a Fernández Mañueco lejos de la mayoría absoluta.

Tanto ahora como entonces, el PSOE ofreció un cordón sanitario en toda España, y no solo en Castilla y León o Andalucía, a cambio de su abstención para favorecer un gobierno en solitario del PP. Para ellos no tiene sentido que se pida su abstención en estos dos casos mientras en el resto de España gobiernan con los apoyos de la ultraderecha, como en Castilla y León pero también en la Comunidad de Madrid o Murcia, además de varios ayuntamientos. O todos o ninguno. Esa es la apuesta firme de cordón sanitario de los socialistas frente a la lista más votada de un PP liderado en la actualidad por Feijóo que solo atiende a intereses propios para no pactar con los de Santiago Abascal según el territorio.

Iniciativa en el Congreso para cerrar la puerta a Vox

El pasado 1 de junio, el PSOE registró una iniciativa en el Congreso de los Diputados con el objetivo de que el Pleno de la Cámara cierre la puerta a cualquier pacto con Vox y de que todos los partidos, especialmente el PP, se retraten ante esta cuestión. Con ello, lo que los socialistas buscan es poner delante del espejo a aquellos que no la apoyen.

No obstante, esta iniciativa no se debatirá antes de los comicios de este domingo, pero sí antes del pleno de investidura en Andalucía. Así, los partidos que no la apoyen quedarán retratados y no podrán exigir, una vez más, que gobierne la lista más votada como mecanismo para frenar a la ultraderecha. El partido que quedará entre la espada y la pared en esta cuestión es el PP, que tendrá que valorar su posición con respecto a la ultraderecha y si quiere formar un segundo gobierno autonómico de su mano, esta vez con Macarena Olona al frente.