PSOE, Unidas Podemos y sus socios de Gobierno preparan la artillería pesada contra el Partido Popular en la comisión de investigación de la Operación Kitchen. Socialistas y morados, al contrario que Pablo Casado, no están dispuestos a pasar página y pretenden que las pesquisas no finalicen en Mariano Rajoy y Jorge Fernández Díaz, sino que también alcancen a su sucesor, según informa El País.

Tras los catastróficos resultados en Cataluña, Pablo Casado, tras una reunión previa con la cúpula popular, escenificó un giro radical en la estrategia en cuanto a la corrupción. El jefe de los conservadores dejó claro que los casos que ahogan a la formación forman parte del pasado y no tienen nada que ver con el equipo que gobierna Génova desde 2018. De hecho, en aquella comparecencia mediática, el líder del PP colgó el cartel de ‘se vende’ en la puerta de la sede.

Esta ruptura con el pasado que cristalizaría con la venta de Génova es el punto sobre el que tanto PSOE como sus socios quieren ejercer su presión. Cabe señalar que socialistas y morados cuentan con la mayoría en la comisión, por lo que esta iniciativa tendría todas las posibilidades de ver la luz. De hecho, esperan aprobarlo el martes que viene.

El PSOE ya ha mantenido los primeros contactos con los grupos para que la duración de esa comisión, suspensión de la comparecencia de Cospedal mediante, se extienda hasta el próximo mes de diciembre. Con la excusa de la remodelación del calendario, la formación socialista, además de reubicar las declaraciones de la ex secretaria general del PP y el ex presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, buscarán la citación de Pablo Casado y de Soraya Sáenz de Santamaría.

En el seno del Grupo Popular este movimiento del PSOE no ha sentado nada bien. De hecho, según la información del país, algún diputado conservador deslizó que el Gobierno pretende tapar los indultos o la subida del precio de la luz con el ruido de la corrupción del Partido Popular.

Contemplan que la remodelación del calendario supone un momento cuasi perfecto para la citación de Casado, extendiendo así las redes de la Kitchen hasta el presente del PP. Una jugada que tiraría por tierra los intentos del líder conservador de deshacerse de las marañas de la corrupción. Su función de portavoz de la Ejecutiva popular serviría como excusa para vincularle.