La imputación de María Dolores de Cospedal y de su marido, Ignacio López del Hierro, supuso el enésimo golpe en la mandíbula del Partido Popular. En Génova se guarda absoluto mutismo ante el cambio en la situación procesal de su ex secretaria general quien, a su vez, torpedea la desvinculación del PP de los fantasmas de la corrupción con el fichaje del abogado de la formación.

Según ha adelantado El Confidencial, la que fuera secretaria general y ministra de Defensa en tiempos de Mariano Rajoy ya ha elegido su arma para defenderse de las acusaciones que recaen sobre ella y su marido en el marco del caso Kitchen. Cospedal ha contratado los servicios de Jesús Santos, abogado del Partido Popular.

Pese a que Santos no forma parte per se de la formación conservadora y está a nómina de un bufete externo, su imagen sí tiene vinculación ineludible con el partido. De hecho, hace escasas semanas, era él quien se sentó en la bancada de la defensa del juicio por la presunta Caja B y su nexo con las reformas de Génova así como en el caso Gürtel.

Desde hace varios años Santos asumió la función del escudero legal de la fuerza conservadora y mantuvo diversas reuniones durante largos periodos de tiempo con un emisario del extesorero Luis Bárcenas. La publicación de esos encuentros descosió de nuevo las vestiduras de un Partido Popular que trata, a tientas, de desligarse de las etapas oscuras de su pasado.

El letrado ha liderado la representación el PP en los diferentes procedimientos, la gran mayoría de ellos hunden sus raíces durante los reinados de José María Aznar y Mariano Rajoy. Pero Casado quiso romper con el pasado y también en el terreno legal. Lo escenificó con la contratación de otro conocido abogado para defender los intereses del partido: José Antonio Choclán. Su marco de actuación se vinculará con lo que ocurra en el presente.

Mutismo institucional

Según desvela El Confidencial, en el seno de Génova la imputación de Cospedal se ha recibido como un auténtico golpe a la línea de flotación conservadora. Pese a las intentonas de Casado de desvincular a su PP de etapas pretéritas, la secretaria general no es una dirigente más, pues el principal apoyo del líder popular en el congreso de 2018. De hecho, fue el factor Cospedal lo que garantizó la victoria del actual jefe de la oposición.

Pese a lo que supone, no resulta chocante el partido se suma en un mutismo absoluto a este respecto. El propio Casado, tras los abucheos a periodistas en Ceuta, indicó que ya había dejado claro en su momento que no abordaría más este tipo de cuestiones porque no tienen vinculación con ‘su’ PP.

El resto de la cúpula de Génova ha mantenido un perfil bajo a la hora de tratar el delicado asunto Cospedal. Tan sólo el alcalde de Madrid y portavoz de la formación conservadora, José Luis Martínez-Almeida, despejó los balones como buenamente pudo al aludir a la presunción de inocencia. “Mientras no haya una sentencia condenatoria, Cospedal es inocente”, deslizó.

Entre bambalinas, sin embargo, otros emisarios de la zona noble conservadora inciden en la necesidad de persistir en la estrategia de marcar distancias con lo que denominan “el viejo PP”. La victoria de Ayuso aporto cierta tranquilidad en Génova, pero un mes después llega la bofetada de la imputación de Cospedal y su marido que un dirigente madrileño resume como “el cuento de nunca acabar”.