Como estamos viendo que Pablo Casado insiste en no despegar la boca para salir del problema que le ha caído encima con la imputación de María Dolores de Cospedal, habrá que aguardar al desenlace de esta historia de la que no podrá salir bien parado.

Ayer, en Ceuta, insistió en que es una cuestión que no le corresponde valorar a él, pero de alguna forma tendrá que zanjar este fenomenal lío. En febrero, Casado ya avanzó que no volvería a hablar más de las cuestiones turbias del ayer y que las hipotecas en política no son hereditarias. Se refería a las manchas de corrupción que investigan los jueces y que no hacen más que salir a la superficie como cuando el mar agita la basura. Solo en el caso de que la antigua secretaria general del PP, expresidenta de Catilla la Mancha y ex ministra de Defensa sea procesada, su partido se plantearía suspenderla de militancia.

Parece que Casado ha podido olvidar que Cospedal fue la segunda de a bordo en la nave que conducía Mariano Rajoy y que fue determinante para que él consiguiera la presidencia del partido, inclinando la balanza a su favor en las primarias de 2018 frente a la rival Soraya Sáenz de Santamaria.

Después, cuando el flamante líder formó su ejecutiva incluyó a Cospedal, cumpliendo con la norma no escrita de que amor con amor se paga. Esto no impidió que más tarde la forzara a dimitir cuando - ¡ay este Villarejo! - aparecieron los audios en que, presuntamente, ella y su marido andaban en tratos oscuros con el comisario para espiar a Bárcenas y a dirigentes de su partido como Ángel Acebes. Por más que diga el líder popular que estas cosas no van con el PP actual, lo cierto es que este PP recuerda demasiado al de Cospedal.

En similar situación a Maria Dolores de Cospedal, según el juez Manuel García Castellón, que instruye el caso Kitchen sobre el espionaje al extesorero Luis Bárcenas, está parte de la cúpula de Interior de la época: el entonces ministro Jorge Fernández Diaz y el secretario de Estado, Francisco Martínez, además de policías relacionados con la operación, como el comisario Villarejo.

Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro, declararán como investigados a finales de este mes en la Audiencia Nacional. Éste acudió el miércoles a la Comisión del Congreso que indaga sobre este asunto. Durante su comparecencia, la diputada de Vox Macarena Olona le leyó solícita los párrafos del auto del magistrado referidos a su persona. Y su mujer, María Dolores, acudió al Congreso a primera hora de la tarde de ayer para comparecer ante la misma Comisión y se encontró que se había suspendido, al conocerse la situación impuesta por el juzgado. Una enorme sorpresa para ella porque (¿nadie?) le avisó a tiempo.