El pasado lunes Vox registraba en el Congreso de los Diputados su moción de censura con el economista y exdiputado del PCE Ramón Tamames como candidato. La primera de nuestro país con un candidato independiente. Las diferencias entre el que fuera político de la formación comunista y la de Santiago Abascal, eso sí, son más que patentes. Bien lo sabe el líder ultraderechista, quien mantiene que la voz de Tamames no va a ser la de Vox y que no le van a imponer vetos.

No hay pistas de por dónde irá el discurso. Ni el entorno del partido ni el del propio Tamames han dado pista sobre ello, solo han solventado que, de salir adelante -algo que con las cuentas en la mano ahora mismo se presupone prácticamente imposible- se adelantarán las elecciones al 23 de mayo.

La moción, por su parte, apunta a antes de abril, pero mantiene mucho secretismo en torno a las palabras que pronunciará Tamames. Vox admite “conformarse” con una “coincidencia de mínimos” con su candidato. Y no es para menos dadas las distancias que una y otra parte mantienen respecto de varios temas, algunos de ellos pioneros en el ideario del grupo y en su programa. Violencia de género, inmigración o autonomías son algunas de ellas. Sobre este último es especialmente llamativo el tono que ha adoptado Tamames en los últimos años respecto a Cataluña.

“Nación Catalana”

En octubre de 2017, en plena escalada de la tensión en Cataluña por el procés, el economista envió una carta al expresidente de la Generalitat Artur Mas. La misiva llegaba dos días después del inicio de los altercados en la comunidad y coincidía con el día en el que el rey Felipe VI se dirigía al país en un discurso televisado.

En ella se hablaba de un giro drástico para acercar a las partes y alejar al país del “alto nivel de enfrentamiento” y del “cansancio”. Para esto se refirió a la “Gran Ocasión”, una meta para la que, según apostaba el economista, no sería ninguna locura “reconsiderar el nuevo estatuto de Cataluña”. La cuestión va a todas luces contra Vox, quien ha abogado en reiteradas ocasiones por la suspensión de las autonomías.

En concreto, la carta que remitió Tamames a Mas deslizaba lo siguiente: “Es la hora de plantear una oferta de posible acuerdo, para frenar una evolución perversa que luego podríamos lamentar todos (…) La posibilidad que planteo, de poder realizarse -y ya sé que es muy difícil-, sería saludada por todos como la Gran Ocasión. Y sin prejuicios ni falsas premisas, no será tan difícil reconsiderar el nuevo estatus de Cataluña, e incluso el nuevo nombre de la Comunidad como Nación Catalana”.

Aborto, violencia de género, inmigración…

El exdiputado del PCE y Vox chocan en otras cuestiones como el aborto, la violencia de género o la inmigración. Asuntos que, parece, no se abordarán en el discurso de la moción.  

Respecto al último aspecto, por ejemplo, Tamames ha reconocido que no derogaría las actuales leyes de inmigración porque “cerrar el grifo” sería lo mismo que “condenar a España a la despoblación acelerada”. Lo mismo sucede con la violencia machista. No eliminaría la norma “en absoluto”. “Creo que hay que defender a la mujer como hay que defender al hombre”, sostiene. De igual forma, el economista opta por una “reforma constitucional” antes de la eliminación del Estado de las Autonomías que plantean los de Abascal.

¿Qué busca Vox con esta moción?

El objetivo de Vox parece claro. Dar frente a los españoles una imagen de concordia y, si bien no de centro ni mucho menos progresista, sí que parece que la única misión de la moción de censura es la de desbancar del poder a Pedro Sánchez con quien, a juicio del partido ultra, el país está muy mal. Así lo deslizan al menos las palabras de Abascal cuando habla de “concordia por encima de partidismos” en referencia a la elección de su candidato.

Seguramente el líder del partido es pleno conocedor de que la sesión está abocada al fracaso -como sucediera con la última moción de la historia democrática, presentada también por Vox y que terminó siendo la menos apoyada desde la Transición- y por eso se centra única y exclusivamente en la imagen que dar a la sociedad.

La persona escogida para ello tampoco está elegida al azar, pues Tamames es de sobre conocido en nuestro país por su pasado en las Cortes, más allá de las polémicas que le han atribuido otros expolíticos, como el ya fallecido Santiago Carrillo, cuando le implicó en el Golpe de Estado del 23F. Lo que es evidente es que las diferencias entre los dos lados son más que claras en cuestiones muy concretas e importantes para Vox.