Iñaki Gabilondo llama hoy a los militantes de los partidos políticos a romper “su silencio” disciplinario ante “la impunidad” de sus “irregularidades, los problemas de ética, las desvergüenzas, las cosas bochornosas e inaceptables” que han convertido a España en una “democracia de bajísimo perfil e ínfima calidad”. Ayer, el veterano periodista calificaba de "amarga" la nueva temporada política porque, según explicaba, "no se puede confiar en el presidente, ni el primer partido de nuestro país ni en el primer partido de la oposición".

La muchedumbre silenciosa
El veterano periodista dedica su videoblog de este martes, publicado en El País y la SER a esa “muchedumbre silenciosa” que milita en los partidos por una auténtica vocación política y que se pliega a la ley del silencio impuesta por la disciplina de estas formaciones.



“Conozco mucha gente que milita y lo hace francamente bien. A esos militantes quisiera dirigirme porque no entiendo su silencio, más bien, entiendo su silencio, pero me parece una pena esa muchedumbre silenciosa porque ahora sería muy necesario que se le pudiera escuchar”, afirma Gabilondo en sus reflexiones, un día después de que se conocieran nuevos detalles el caso Bárcenas.

Los partidos están instalados en la impunidad
El periodista lamenta que los partidos hayan tomado la decisión de no asumir responsabilidades políticas y de aplazar el juicio ante irregularidades, dejando los asuntos en manos de “dos veredictos, el de los tribunales y el de las urnas”. Gabilondo alerta de que “aplazarlo a las urnas quiere decir hasta que se cumpla la siguiente cita electoral, es decir, cuatro años de impunidad”, mientras que “aplazarlo al veredicto de los tribunales” conlleva que se descarte lo que no sea visto como delito, es decir, “las irregularidades, los problemas de ética, las desvergüenzas, las cosas bochornosas e inaceptables” que no sean “reprobadas por los tribunales”.

“Esa doble ventaja que se han tomado los partidos para disponer de un enorme terreno de irregularidad que no ha llegado a ser delito y disponer de esa impunidad de cuatro años convierte la democracia en una cosa verdaderamente ridícula. Y es ahí donde yo creo que los militantes deberían tener algo que decir”, apunta.

Los militantes no se enfadan, no protetan
Iñaki Gabilondo echa en falta que los militantes “no dejen oír su voz, que no protesten, que no se enfaden, que no activen todos los mecanismos de los partidos para depurar responsabilidades, que no conviertan en letra vivo la letra muertas de esos códigos deontológicos” que están en sus estatutos.

Utopía es creer que todo seguirá igual
En su opinión, puede parecer una “utopía” pedir esto a los militantes, pero es una mayor ingenuidad pensar que se pueda mantener “esta democracia de bajísimo perfil, de ínfima calidad… esta cáscara vacía. Me parece increíble que pensemos que podemos sostener la democracia a no ser que nos conformemos en que se convierta en una mascarilla ritual cada cuatro años. Este simulacro de democracia no puede atraer a la gente joven, prosperar, revitalizarse, vivir. Aunque sea una utopía sería cosa de pedir que acabe el silencio de los militantes”, concluye el periodista su comentario.

Este martes, en un duro alegato contra la clase política española, Gabilondo confesaba su sensación de "amargura" en la apertura de esta nueva temporada política, en la que no se puede confiar en el presidente, ni el primer partido de nuestro país ni en el primer partido de la oposición". "No tengo la mínima fe en sus posibilidades", subrayaba.