“Poco después de hacerse pública la boda real, Carmen acudió al banco a sacar dinero de la cuenta que compartía con Iñaki. Cuál sería su sorpresa cuando le advirtieron de que Urdangarin no sólo se había llevado su parte sino también la de ella: 400.000 pesetas”, cuentan los periodistas en su libro.

Hijas no, infantas
En sus apuntes, Peñafiel recupera una anécdota en esta ocasión vivida por la Reina que ayuda a conocer la naturaleza de la Familia Real. “Siempre recordaré el parón que doña Sofía le pegó a una azafata cuando, en un vuelo, preguntó a la soberana por sus hijas. ‘Se referirá usted a las infantas’, fue la cortante respuesta. Cierto es que eran otros tiempos. Elena no se había casado todavía con un empleado de banca ni Cristina con un jugador de balonmano. Ni Felipe con una periodista divorciada y nieta de un taxista”.

Urdangarin trata de "señor" al Príncipe
Precisamente sobre el tratamiento que se dan los miembros de la Familia Real, el libro de Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta desvela una conversación entre Urdangarin y el Príncipe en la que aquel trata al heredero como ‘señor’. Se trata de una charla mantenida por ambos en un cumpleaños del duque celebrado en el palacete de Pedralbes, propiedad de este y la infanta Cristina.

El duque pidió ayuda para pagar la cuota mensual del palacete
Urdangarin se acercó al Príncipe: “Quería hablar con el señor”, le dijo. “Tú dirás, Iñaki”, le respondió el heredero. “Pues nada, que no puedo con la hipoteca de la casa”, avanzó el marido de la infanta, que a continuación explicó que tenía dificultades para hacer frente a la cuota mensual de la hipoteca del palacete. “Son 20.000 euros al mes. Lo único que le pido es que se me ayude, tal y como se me prometió. Yo compré esta vivienda porque el rey quería alojarse en nuestra casa cada vez que viniera a Barcelona y, como el piso en el que vivíamos no era muy apropiado para el padre del señor, se me aseguró que me echarían una mano”. “Eso es mentira, nosotros jamás te hemos prometido nada”(…) No habértela comprado”, le respondió el Príncipe.

"La actitud de mi hermano es impresentable"
El libro incluye otra conversación que tuvo lugar entre el antiguo jefe de la Casa Real Fernando Almansa y los duques de Palma para pedirle a Urdangarin la renuncia como miembro de la Familia Real. Según los autores, el matrimonio no recibió de buena manera la noticia y Almansa tuvo que pararles los pies: “A mí no me levantáis la voz”. Entonces la infanta Cristina criticó al Príncipe: “La actitud de mi hermano es impresentable”. “Si la señora tiene algún problema con su hermano, se encierran ustedes en una habitación y no salen hasta que se maten y deje usted huérfano a sus hijos... En el discurso navideño se van a llevar ustedes un capón. No tengo nada más que decir”, replicó el representante del Rey.