El director de 'La Razón', Francisco Marhuenda, en una tertulia televisiva



La derecha mediática ha encendido todas las alarmas por la crisis que atraviesa el PP, la fuga de destacados dirigentes y la anulación de proyectos como la privatización de la sanidad, pero La Razón de Marhuenda, ‘ciega’, interpreta hoy la escisión dentro del partido como “pluralidad interna” y un rasgo de “fortaleza”, y llama a los militantes y simpatizantes populares a movilizarse de cara a las europeas para frenar la amenaza de la izquierda “comunista y radical”.

Unidad de propósitos, que no rebaño
En su editorial de este martes, La Razón intenta taponar la crisis interna en el PP, de la que dan cuenta sin tapujos columnistas destacados de la derecha, aireando una supuesta “unidad de propósitos” en el partido que, según dice no puede afectar la baja de Vidal-Quadras. “Está en su derecho, naturalmente, pero no será porque en el PP no haya disfrutado de plena libertad para defender lo que considerara oportuno o porque se le haya afeado su permanente distanciamiento en cuestiones nucleares”, dice el diario de Marhuenda.  Vidal-Quadras denunció en el anuncio de su marcha del PP que Rajoy ha convertido el partido en “un rebaño flanqueado por mastines que sigue dócilmente a su pastor”.

El voto para frenar a la izquierda de comunistas y radicales
El periódico marianista no se anda por las ramas y pide directamente el voto para el PP en las próximas europeas, en la misma tónica que hace el partido en su argumentario para frenar a la oposición, según se conoció ayer: presentándola como “una coalición de la izquierda, dominada por comunistas y radicales” que, “necesitaría apoyos nacionalistas con el consiguiente precio”. En este último apunte, La Razón hace gala de un gran desparpajo al olvidarse que Aznar no tuvo repararos en gobernar con el apoyo de los nacionalistas catalanes.

ABC contra los jueces y la presión de la calle
ABC
compite con La Razón en hacerle la pelota al Gobierno, aunque de una manera más contenida y se centra en uno de los reveses del PP, este lunes, la paralización definitiva de la privatización sanitaria. Reprocha que “no es razonable que en una democracia la dirección confiada con mayorías absolutas a un partido al final acabe oscilando entre el gobierno de los jueces y la presión en la calle”.

En su editorial, en el que destaca la dimisión de Lasquetty, “que consumó un mal día para el Gobierno popular”, y censura a los jueces por parar la privatización, advierte de que el hecho de que “el PP haya perdido el pulso político en los tribunales de justicia no elimina los problemas de fondo sobre la necesidad de ajustar los gastos a los ingresos en la sanidad”.