La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha achacado a la falta de traspaso de poderes con la anterior titular, Dolores de Cospedal, la polémica generada por el contrato para vender armas de precisión a Arabia Saudí. Según ha explicado, se encontró el asunto encima de la mesa a su llegada al Ministerio y tuvo que tomar una decisión sobre una entrega que se iba a realizar inmediatamente.

"Fue una realidad que me encontré de un contrato cuya existencia yo ignoraba, lo ignoraba porque no hubo traspaso de poderes en Defensa", ha asegurado. "La ministra Cospedal no me explicó los proyectos que había en marcha, ni los contratos que había y de repente me encontré con ese contrato", ha recalcado en una entrevista en Cadena SER, recogida por Europa Press.

Según la ministra, la entrega de armas estaba prevista de forma inmediata en virtud de un contrato firmado en 2015 por el anterior Gobierno, del que ha criticado que el PP "no dio explicaciones". Por lo que su departamento tuvo que hacer "la valoración correspondiente", de ahí que se generara la polémica sobre si Defensa paralizaba el envío de 400 bombas de precisión.

Aunque Robles ha recalcado durante toda la entrevista que para ella este asunto está "políticamente terminado", también ha valorado que la controversia haya servido para suscitar un debate social que, ha señalado, se produce también a nivel internacional.

Igualmente, ha rechazado que se sintiera desautorizada por el resto de miembros del Gobierno, después de que finalmente se procediera a cumplir el contrato y se enviara el armamento. "En absoluto", ha explicado, asegurando que dada su trayectoria como jueza tiene experiencia en órganos colegiados en los que se debaten distintas perspectivas sobre un tema.

Preguntada por si se ha reunido alguna vez con el excomisario de Policía José Manuel Villarejo, ahora en prisión por una trama de corrupción, Robles ha rechazado esta posibilidad y ha puesto en valor que durante su etapa como secretaria de Estado de Interior en 1994 se prescindió de sus servicios.

"En 1994 entendimos que él y otros policías no cumplían estándares de lo que debe ser un servidor público y, junto al entonces director de la Policía, prescindimos de sus servicios", ha recordado, sobre su cargo en el Gobierno socialista de Felipe González.

Según ha explicado Robles, Villarejo se negó a firmar su cese y el departamento llegó a abrirle un expediente ante su negativa. Ha alertado de que el excomisario está chantajeando al Gobierno, y no le ha querido dar credibilidad a sus filtraciones.

"Le pediría al juez de instrucción que lo investigue, pero un país no merece estar sometido a un chantaje de las cloacas", ha asegurado.