El coordinador federal de Izquierda Unida (IU), Antonio Maíllo, ha sugerido que la coalición Sumar debe replantearse su identidad y, posiblemente, cambiar sus siglas para fortalecer su proyección y cerrar las heridas abiertas por el polémico caso de Íñigo Errejón. Maíllo, quien ha liderado la propuesta de concentración de fuerzas de izquierda bajo un mismo proyecto, enfatizó esta mañana en entrevistas televisivas la necesidad de reorganizar el espacio político, un planteamiento que, según fuentes de IU, ya estaba en su agenda antes del escándalo de Errejón.

En declaraciones para varios medios, Maíllo agradeció que el grupo de Sumar en el Congreso no haya designado aún a un nuevo portavoz, pues considera crucial que IU participe en esta discusión como integrante de la coalición liderada por la ministra Yolanda Díaz. "Aún queda tiempo hasta 2027 para las elecciones generales", afirmó en una entrevista para Canal Sur, “pero es evidente que aquí va a haber una reorganización del espacio”. Bajo este planteamiento, Maíllo hizo un llamado a la “responsabilidad histórica” y al compromiso con los trabajadores, al tiempo que reiteró la importancia de reconstruir la confianza en el proyecto, que atraviesa una crisis de identidad a raíz de los conflictos internos.

Para Maíllo, la solución pasa por adoptar un nombre que "aglutine a más gente" y tenga una mayor capacidad de convocatoria, sin limitarse exclusivamente a IU. Sumar, como marca política, engloba a Movimiento Sumar (el cual incluía a Errejón), a IU, a Compromís, a los comunes ya Más País. Sin embargo, las tensiones se han intensificado tras la ruptura de los diputados de Podemos con la dirección del grupo parlamentario, una decisión que evidencia las divisiones internas en el proyecto.

A nivel regional, el modelo de Por Andalucía, que cuenta en el Parlamento andaluz con parlamentarios de Podemos, IU y Más Andalucía, es el referente que IU busca para replicar en el ámbito nacional. La dirección de IU en Andalucía respaldó este enfoque la semana pasada, y Maíllo destacó que esta estructura regional puede ser la clave para superar las divisiones en Sumar.

Por otro lado, el dirigente de IU criticó que el grupo de Sumar no reaccionara con mayor contundencia ante las denuncias contra Íñigo Errejón. Aunque se disculpó por la demora en la respuesta, Maíllo subrayó que esta situación no se utiliza para atacar la coalición, sino para impulsar una reforma que él ya proponía desde hace tiempo. No obstante, la tensión entre Sumar y Podemos sigue latente, con acusaciones mutuas sobre el manejo de la situación y las implicaciones políticas del caso Errejón.

Para cerrar esta etapa y recuperar el respaldo de quienes se sienten decepcionados, Maíllo propuso "democratizar el grupo parlamentario y mejorar su funcionamiento". A su juicio, la gestión del caso ha mostrado una serie de errores que deben corregirse, y defendió que tanto Más Madrid como Movimiento Sumar, partidos a los que pertenece Errejón, deben también reflexionar sobre sus actuaciones en esta crisis.

Sumar decidirá el 9 de noviembre si pospone su segunda asamblea estatal

Por otra parte, este martes se ha sabido que el Grupo Coordinador de Sumar se reunirá el próximo 9 de noviembre para decidir si pospone la celebración de la segunda asamblea estatal de Sumar, prevista inicialmente para los días 14 y 15 de diciembre, por la crisis generada por la salida del exportavoz.

Así lo ha explicado el secretario general del grupo parlamentario y miembro de la Coordinadora colegiada de Sumar, Txema Guijarro, en rueda de prensa en el Congreso, quien ha opinado a título personal que los tiempos de su cita congresual van a tener que replantearse.

Se da la circunstancia de que Errejón era el encargado de coordinar la ponencia política de Sumar para este cónclave, que es el documento más importante y que ahora queda "huérfano" con la salida de Errejón, según indican fuentes de la formación. Por ello, la coordinadora interina de Sumar ha decidido elevar la decisión sobre el futuro de la asamblea a su máximo órgano directivo. No obstante, Guijarro se ha mostrado prudente y se ha afanado en remarcar que no se puede aventurar si habrá un aplazamiento de las fechas de la asamblea hasta que no se pronuncie el Grupo Coordinador.

De esta forma, el caso Errejón puede volver a tener impacto en Sumar, esta vez en términos orgánicos, dado que la idea de este proceso congresual era fijar su nueva hoja de ruta para rearmarse, tras los malos resultados del ciclo electoral de este año.

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