La digitalización y la transición ecológica están dotando de una nueva dimensión a la economía. La Comisión Europea, en el marco del Pacto Verde Europeo para combatir el cambio climático, ha dado un paso al frente esta semana: a partir de 2035 se pondrá fin a la venta de coches de combustión. Esto crea un nuevo escenario en la industria de la automoción: o se apuesta por los vehículos eléctricos o la industria desaparecerá. Por ello es tan importante el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) aprobado recientemente por el Gobierno de España.

Impulsar la recuperación y la reindustrialización es un objetivo acertado, pero aún lo es más si se apuesta por sectores tractores de futuro que aporten mayor valor añadido a la economía española. Esto es lo que está poniendo en práctica el Ejecutivo. Además, el proceso de digitalización que ha acelerado la pandemia debe ser aprovechado para transformar nuestra economía hacia un escenario más productivo y competitivo. Todo ello se recoge en el primer PERTE centrado en el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado.

No debemos olvidar que España es el segundo fabricante europeo de automóviles (y el noveno mundial) y que en todo su territorio se localizan 17 plantas, siendo nuestro país de los más productivos a nivel mundial. Por ello, apostar por el sector de la automoción con medidas transformadoras en toda su cadena de valor es garantizar el ecosistema necesario de desarrollo y fabricación de vehículos eléctricos y conectados y, sobre todo, el mantenimiento de un número elevado de empleos y empresas. Y no sólo se trata de garantizar, sino de crecer y mejorar. Con este plan se prevé elevar la contribución al PIB del sector automovilístico de un 1% a un 1,7% y crear hasta 140.000 nuevos puestos de trabajo hasta 2023.

El cambio de paradigma de un vehículo a combustión a un vehículo eléctrico y poco contaminante es algo más que un proceso económico. Las implicaciones sociales y medioambientales deben ser, y serán, aprovechadas para potenciar otros aspectos como la recualificación de los empleados y empleadas y potenciar el empleo juvenil. Para ello se realizarán programas de formación para las personas trabajadoras del sector y se crearán nuevos programas de FP.

Todas estas medidas estarán financiadas con una inversión total de 24.000 millones de euros. Hay un aspecto muy relevante en este hecho. La inversión pública será de 4.295 millones de euros, procedentes en su mayor parte de los fondos europeos, pero es que la inversión privada aumenta con creces esta aportación, llegando hasta los 19.700 millones de euros. Esta última cifra refleja la gran implicación del sector privado en este proyecto. Es fundamental una efectiva colaboración y coordinación público-privada para llevar a buen puerto los proyectos comunes.

En definitiva, promover el vehículo eléctrico y conectado no es sólo crear un nuevo modelo de movilidad más sostenible y digital, sino que significa más y mejores empleos de calidad, más y mejor cuidado medioambiental, más y mejor promoción de la digitalización y, más y mejor crecimiento económico. Más y mejor futuro para todos y todas.

 

Ángeles Marra, Portavoz de Transformación Digital del Grupo Parlamentario Socialista, diputada por Pontevedra. Doctora en Economía y Empresa Universidad de Vigo.