El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha fichado a Encarnación Burgeño, hija del ideólogo de la privatización de la sanidad madrileña, Antonio Burgueño, para gestionar la crisis en las residencias de la Comunidad. Junto a las UCIs, los centros de mayores se han convertido en el principal foco de contagio del coronavirus, con especial mortandad debido a la población de riesgo de los ancianos residentes. Cabe recordar que la propia Isabel Díaz Ayuso reconoció que se han registrado cerca de 3.000 muertes por coronavirus en las residencias. Una cifra que triplica los dígitos habituales. La cuestión estriba en que Encarnación Burgueño no presenta la experiencia que se le presupone para hacer frente con eficacia a esta crisis. Según explica el diario El País, en los últimos años ha sido jefa de ventas de Telepizza, trabajadora de una inmobiliaria y teleoperadora.

Según ha comprobado ElPlural.com, el hermano de Encarnación, Antonio Burgueño Jérez, también ha trabajado para la Comunidad de Madrid a través del que denominó como Proyecto Impulso. Su actividad ha consistido en la "evaluación y planificación de la gestión para la seguridad del paciente". Tal y como consta en diversas publicaciones, este proyecto "se ha aplicado en más de 12 hospitales y áreas sanitarias y ya se están empezando a aportar datos de benchmarking".

Uno de los hospitales donde Proyecto Impulso ha trabajado es el hospital de Fuenlabrada, algo de lo que se presume en redes sociales y queda constancia en documentos públicos. 

Tres semanas después de volver a contar con los servicios de su padre

El pasado jueves 12 de marzo la Comunidad de Madrid anunció que Antonio Burgueño pasaba a engordar el número de expertos que asesorarían a Isabel Díaz Ayuso para hacer frente a la pandemia. Un virus que ha sacado a la luz las debilidades de un sistema sanitario golpeado con los años y los recortes. Falta de recursos que casa con las políticas populares defendidas en los últimos años, especialmente por promotores del “plan ahorro” que defendía Burgueño ya en el año 2013.

Las críticas no tardaron en llegar. José Ramón Arribas, jefe de Enfermedades Infecciosas de La Paz-Carlos III, mostró su malestar en redes sociales: “Respetuosamente le solicitamos que reconsidere el nombramiento de Antonio Burgueño como coordinador frente a COVID-19, una persona que cuenta con el rechazo de gran parte de la sanidad madrileña”.

La diputada y portavoz en cuestiones sanitarias de Más Madrid, Mónica García, también expresó su temor. Lo hizo recuperando un vídeo antiguo en el que se podía ver a Burgueño considerar como entrañable que la consulta de atención primaria costase entre 30-50 euros o calificar como un “entorno empresarial de inversión” a la sanidad pública.