El flamante presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, empieza a perfilar sus próximos pasos. El líder gallego, que prometió a lo largo del XX Congreso del PP de Sevilla que la celebración del puesto encomendado duraría lo justo y necesario, ya que “un cargo siempre es una carga” y el trabajo por delante es de importantes dimensiones, irá con calma en su voluntad de utilizar las sesiones de control al Gobierno en el Senado para rivalizar de forma directa con Pedro Sánchez, en un cuerpo a cuerpo necesario para su propia proyección en los medios de comunicación ante la difícil tarea de erigirse como líder de la oposición en el año y medio -siempre que no haya adelanto electoral- que separa su entronización de la cita electoral en la que el PP quiere dar la vuelta a unas aspiraciones que estaban más que discutidas.

“Debemos ir con calma. La salida de la Xunta de Galicia se alargará en torno a cuatro o cinco semanas, por lo que podemos decir que empezaremos a saber algo más en el mes de las flores”, revelaban fuentes de la máxima confianza del presidente popular poco después de su discurso, ya como candidato, con los votos bajo el brazo, el sábado a media tarde en el Fibes de Sevilla. “El Senado es una opción”, añadían, en referencia a la posibilidad de que Feijóo, que no tiene ni puede obtener acta de diputado, utilizase la Cámara Alta como escaparate nacional para rivalizar en enfrentamientos cuerpo a cuerpo con el presidente del Gobierno en las sesiones de control al Ejecutivo que tienen lugar cada martes.

Sin embargo, un dirigente socialista en el Senado, preguntado al respecto, explica que hay muchas posibilidades de que el candidato popular no lo tenga fácil para obtener el protagonismo que desea con este paso. Primero, porque será un portavoz de facto, pues se da por descontado que nombrará a un portavoz institucional que esté encima del día a día del grupo parlamentario y porque no va a renunciar a ganarse o pagar un favor con ese puesto, que da una silla de vocal nato en el Comité Ejecutivo Nacional del PP. 

Con todo eso, el cálculo en las filas socialistas es que Feijóo "vendrá solo para las grandes ocasiones". Y el Gobierno no estará por la labor de facilitarle "muchas ocasiones de lucirse". Por una parte, la presencia del presidente en las sesiones de control de la Cámara Alta no tienen el eco que sí ostentan las del Congreso, y es más fácil que Sánchez se ausente alegando motivos de agenda. Y políticamente hace menos daño un Feijóo quejándose de que el presidente no va por las tardes a confrontar con él en el Senado que un líder de la oposición denunciando en el Congreso que su rival falta a la cita de los miércoles por la mañana.

"Mariano venía de Pascuas a Ramos"

“El control al Gobierno en el Senado lo puso José Luis Rodríguez Zapatero y en las legislaturas de Rajoy, Mariano venía de Pascuas a Ramos...”, recuerdan desde el PSOE. Concretamente, la creación de esta fiscalización al Gobierno en la Cámara Alta tuvo lugar por primera vez el 17 de noviembre de 2004, cuando Zapatero, en su voluntad de dotar de nuevas obligaciones al Senado, se sometió a tres preguntas -realizadas por el PP, Entesa (PSC, ERC e ICV) y PNV-. Sin embargo, y pese a la decisión se adoptó hace 18 años y ya cuenta con una amplificada tradición, la solera de esta sesión no tiene nada que ver con la que tiene lugar los miércoles en el Congreso de los Diputados: “Este martes, por ejemplo, el presidente no podrá acudir por la intervención de Zelenski en el Congreso”, explican desde el PSOE.

En Moncloa, paralelamente, reconocen que sí que habrá momentos de cruce dialéctico entre el líder de la oposición y Pedro Sánchez. No obstante, un miembro del Gobierno bromea sobre cuándo ocurrirá en declaraciones a ElPlural.com: “Bueno, tendrá su oportunidad. Pero parece que va a su ritmo. No se da prisa”, expone.

Un proceso a fuego lento

Antes de ello, y todavía con la resaca propia de una gira por todos los rincones de España para contar a los simpatizantes y los cuadros orgánicos el proyecto de gestión y los cambios que experimentará la formación bajo su mandato, el presidente popular tendrá una audiencia con el rey Felipe VI este miércoles y el jueves con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con quien ya quedó en verse una vez nombrado presidente durante la Conferencia de La Palma: “El presidente, entonces candidato, habló durante un rato con Sánchez y quedamos en que le llamaría”, revelan desde su equipo.

Feijóo, quien presume de gestión tranquila y de previsibilidad, no ha dejado a nadie indiferente con sus nombramientos. La falta de personas de Murcia y Castilla y León en su equipo ha escocido en las delegaciones, así como la poca presencia de perfiles cercanos a Isabel Díaz Ayuso. De Madrid, el hombre que tendrá más mando en plaza será Pedro Rollán, sorayista confeso, como vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local, una cartera muy alejada de las voluntades madrileñas de ocupar las responsabilidades de Organización.

Con el nombramiento de su núcleo duro, de claro perfil gallego y andaluz, Feijóo ha podido descansar “tras un mes” en el que ha ido confeccionando sus listas poco a poco, a fuego lento, tal y como reconocían desde su equipo. “Todo el mundo sabe cuál será su papel, es muy previsible”, explicaban 24 horas antes de hacer públicas las vicesecretarías este domingo.