La rueda de prensa tras el Consejo de Ministros tenía este martes ciertas reminiscencias del pasado, con el procés catalán como protagonista, pese a que comparecían ministros de perfil más técnico, como son la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, y el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, para presentar los respectivos anteproyectos de ley de sus carteras. Sin embargo, los indultos y la posibilidad de que Oriol Junqueras se siente en la mesa de diálogo han centrado buena parte de la comparecencia.

Montero ha tenido que responder en varias ocasiones sobre si el líder de ERC, Oriol Junqueras, estará en la mesa de diálogo de Cataluña. Sin embargo, en las mismas ocasiones ha evitado una respuesta tajante, señalando que serán tanto el Gobierno como la Generalitat quienes tengan que decidir. Al mismo tiempo, el presidente catalán, en la rueda de prensa tras la reunión del Govern ha apostado porque “los presos puedan participar”.

Por una parte, se ha remitido a que por protocolo antes tendrá que recibir Sánchez en Moncloa tanto a Pere Aragonés como a Isabel Díaz Ayuso en tanto que presidentes autonómicos recién elegidos (a la espera de que la Asamblea de Madrid invista a la madrileña). Además, la portavoz ha insistido en que la mesa de diálogo acoge a dos gobiernos, el español y el catalán, aunque ha señalado que sería “especulativo” hablar de nombres, que tendrán que fijar “las delegaciones”, habida cuenta de que en anteriores citas no se ha limitado la presencia a miembros de los ejecutivos.

Lo que Montero no ha señalado es cuándo tendrá lugar la reunión de la mesa de diálogo, mientras que, desde la Generalitat, el presidente Aragonés hoy mismo presionaba para que la primera reunión fuera cuanto antes. Si embargo, fuentes consultadas en Moncloa apuntan a que, en el proceso de cerrar heridas con Cataluña, sería preferible que llegase antes el episodio de los indultos. Una cronología que evitaría polémicas sobre causas y consecuencias.  

Reforma del delito de sedición

La portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha tratado de no centrarse solo en el tema de los indultos y ha introducido en varias ocasiones en sus intervenciones la “voluntad” del Gobierno de reformar el delito de sedición en el Código Penal basándose en “la comparativa del derecho de los países de nuestro entorno” y con la premisa de que la legislación española, en la actualidad, no cuadra con la “del siglo XX ni del siglo XXI”. De hecho, Montero ha insistido en que el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, está ya trabajando en esta materia y “cuando los textos estén irán al Consejo de Ministros”.

Montero ha insistido en que “la situación en Cataluña necesita una ruta y una respuesta” y ha recordado que el conflicto ha sido “heredado” por este Gobierno. “El presidente del Gobierno no se va a esconder” ni se “tapa la cara como los monos de Gibraltar”, ha dicho la portavoz del Ejecutivo, en comparación con “anteriores gobiernos de la derecha”, en clara alusión al Gobierno de Mariano Rajoy.

Nueva foto de Colón

La portavoz del Gobierno se ha mostrado muy dura con la actitud de las derechas, mientras que, ha dicho, Sánchez tiene la "voluntad de dejar al final de la Legislatura un país mejor del que se encontró". Sobre la anunciada manifestación en la Plaza de Colón, donde volverán a darse cita Vox, Partido Popular y Ciudadanos, Montero ha criticado que los tres partidos están “enfrascados en si van o no” y les ha recordado que esa foto “ya fue juzgada por los ciudadanos en las urnas varias veces”, en relación con sus derrotas en las dos últimas elecciones generales.

A reforzar la sensación de vuelta al pasado ha contribuido la pregunta sobre el expresidente catalán, Carles Puigdemont, ante la perspectiva de conceder indultos. Montero ha señalado que la única vía para Puigdemont es la de ser juzgado por la Justicia española. "Ojalá podamos tener la extradición para poder juzgarlo con todas las garantías como al resto de acusados en el procés", ha señalado Montero, a preguntas sobre cómo encaja Puigdemont en el futuro de Cataluña ante las intenciones de reconciliar el conflicto catalán.