El PSOE ha celebrado este sábado un Comité Federal fuertemente marcado por ser el primero desde que salieran a flote los escándalos de Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García. Desde el cuartel general de Ferraz, los socialistas han afrontado esta fecha como la primera piedra de una nueva etapa en la que dejar atrás estos episodios de corrupción que han sacudido el partido en clave interna y que han generado un clamor en la ciudadanía. Hasta la sede socialista se han desplazado no solo los miembros del Comité y las delegaciones periodísticas, sino también unos pocos agitadores que han ido, sin éxito, a intentar dinamitar el acto.

Ya desde por la mañana, el autobús de Hazte Oír que retrata al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como un capo de la mafia italiana con diferentes casos de corrupción a sus espaldas se dejaba ver por las inmediaciones. Al vehículo se le sumaban algunos ultraderechistas que dirigieron insultos a la militancia y políticos socialistas y se dedicaron a entorpecer el trabajo de los periodistas. No obstante, la afluencia no ha sido muy elevada: los ultras han protagonizado un gatillazo en Ferraz que ha terminado con una decena de personas cantando "Perro y Begoño, vaya matrimonio, una garrapata y un demonio".

 

 

Sin embargo, no todo han sido desplantes y ataques al jefe del Ejecutivo, sino que algunos simpatizantes también han querido acudir a la cita en la calle Ferraz para trasladarle su apoyo a Sánchez con proclamas como 'Pedro, amigo, estamos contigo' o 'Pedro, valiente, aquí está tu gente'.

 

En cuanto al discurso de Sánchez para clausurar el Comité Federal, pueden destacarse dos líneas principales: perdón y propósito de enmienda. El dirigente socialista ha anunciado trece medidas contra la corrupción para comenzar a aplicar en clave interna y ha pedido disculpas por "confiar en la gente equivocada", pero con la motivación de coger el toro por los cuernos y revertir la situación. "Vamos a derrotar a la corrupción tanto dentro como fuera del PSOE", señalaba el secretario General, a modo de mensaje a los socios del Ejecutivo, que demandan unas medidas contra la corrupción que presumiblemente Sánchez desgranará el próximo miércoles en el Congreso de los Diputados. 

Sánchez ha reivindicado la actuación de sus siglas para combatir la corrupción, intentando diferenciarse de otros partidos. En este sentido, ha puesto como ejemplo a un Partido Popular que llevó como teloneros para su Congreso al "pasado". En otras palabras, a "las mentiras y la corrupción" de José María Aznar y de Mariano Rajoy. El líder del PSOE no ha rehusado de entrar en el cuerpo a cuerpo con el expresidente del Gobierno, indicando que las siglas de su partido son el "dique de contención" frente a quienes sólo buscan "recortar el Estado del bienestar" y a quienes cercenan "los derechos de la mayoría y de las minorías". "Quieren llevarnos al odio y al negacionismo que ya impera en otros países", apuntalaba. 

El jefe del Ejecutivo pone pie en pared frente a la alternativa que plantea el Partido Popular, que hunde sus raíces en el "pasado"; en los Gobiernos de Mariano Rajoy y de José María Aznar, que están manchados por la corrupción. Una formación a la que atribuye un mensaje guerracivilista porque presentan al PSOE "no como sus adversarios", sino como a sus "enemigos". "Hemos recibido todo tipo de amenazas, incluso la cárcel, el exilio y cosas peores. Aquí estamos, gobernando y haciendo avanzar España", continuaba.

 

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