El fiscal general del Estado, Álvaro Garcia Ortiz, ha sido reprobado en el Senado con la mayoría del Partido Popular (PP) y se abre un frente más para el máximo responsable del Ministerio Fiscal, que se suma a la querella presentada por el novio de Isabel Díaz Ayuso admitida a tramite y al recurso abierto en el Supremo que podría terminar con su destitución del cargo. Pese a todo, García Ortiz se muestra tranquilo y ha asegurado este jueves que “en absoluto” se está planteando en estos momentos dimitir.

Sobre lo decidido en la Cámara Alta, el fiscal ha trasladado en los micrófonos de la Cadena Ser que “es un error de concepción de lo que es el Ministerio Fiscal y el fiscal general del Estado en una democracia”. “El hecho de que lo vean como un actor político le da la vuelta a toda la consideración que ellos mismos argumentan, que es que el fiscal general del Estado no es un actor político y no puede ser cesado por el Gobierno”, ha añadido, criticando que el PP exija una supuesta independencia judicial y luego cargue contra aquellos que no siguen sus parámetros dentro de la judicatura.

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Esta deriva de los populares, que se querellaron contra su figura y fracasaron en su intentona, no sorprende a García Ortíz, acostumbrado al uso y referenciación partidista de la Justicia. “De mi se ha dicho que chapoteo en la sangre y que voy a acabar en la cárcel”, ha lamentado. Al respecto, se ha preguntado si “estamos convirtiendo estas reprobaciones en un Tribunal de Honor”, figura que está prohibida en el artículo 117 de la Constitución, “contra una persona que no se puede defender y a la que se vierten acusaciones la mayoría falsas”.

Recusación a los magistrados del Supremo

El fiscal también ha querido defender, “desde el máximo respeto a la Sala”, su petición de apartar a cuatro magistrados del Tribunal Supremo de la decisión sobre su continuidad, basada e un recurso de la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF) contra su renovación. “La demanda que dice que debe anularse el decreto del Gobierno que nombra al fiscal general del Estado se basa en dos motivos: el informe del CGPJ sobre mi inidoneidad que, a su vez, se basa en una sentencia que dice que he incurrido en desviación de poder, y en la propia sentencia”, ha introducido.

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Que los mismos magistrados que han señalado que ha incurrido en desviación de poder decidan sobre su continuidad y “se juzguen a sí mismos” no le parece a García Ortiz “lo más conveniente”. “Creo que es más sano que otros ojos examinen si esa alegación puede ser rebatida o no”, ha defendido su decisión.

Querella del novio de Ayuso

En relación con la querella presentada por el novio de Ayuso por la filtración de un correo que buscaba desmentir un bulo aireado por los medios de comunicación afines a la presidenta de la Comunidad de Madrid, el fiscal también se ha mostrado tranquilo. “Cuando nos enfrentamos a procesos delictivos y presuntos delincuentes, una dinámica bastante genérica es intentar criminalizar y perseguir a los que acusamos. Los compañeros de anticorrupción y antidroga pueden hablar de esto”, ha señalado.

"En ese extracto del correo había un documento prolijo, lleno de cifras, de empresas, de concretos posibles acuerdos […] nosotros nos hemos guardado mucho de desvelar, eso sí habría podido incidir en el derecho de defensa", ha relatado. “Combatimos un bulo, una falsedad intencionada que quería poner a la Fiscalía a los pies de los caballos y cuestionar nuestro trabajo. Es lo que teníamos que hacer”, ha sentenciado al respecto.  

Defensa de Dolores Delgado

Otro de los aspectos de importancia abordado ha sido la anulación del nombramiento de Dolores Delgado como fiscal de Memoria Democrática. “La persona que mejor puede realizar la labor para ser fiscal de memoria democrática es Dolores Delgado, no me queda ninguna duda”, ha garantizado. Además, ha expuesto que desde el propio Consejo la justificación fue que “dentro de dos semanas va a haber elecciones y, seguramente, el Gobierno que venga no le va a importar la memoria democrática”.

“Efectivamente, esto es una táctica dilatoria. Si gana el PP esto desaparece y se acabó el problema”, ha lamentado. “A la vista de ese panorama y viendo que no hay razones objetivas para apreciar esa incompatibilidad, porque me parecía muy tosco ese planteamiento, decido que hay que tirar para adelante”, ha culminado al respecto.