A pesar de que la política parece una cuestión cada vez más polarizada, eso no quita para que el respeto deba primar sobre las cuestiones que conciernen a la actualidad, se esté o no de acuerdo con ellas. Sin embargo, el pasado lunes, Miguel Tellado (PP) faltó a ese principio básico al decir que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, debería “irse del país en un maletero” en referencia a que el líder de Junts, Carles Puigdemont, se marchó de España cuando, por cierto, era Mariano Rajoy el que estaba en la Moncloa.

ElPlural.com ha consultado a fuentes cercanas al entorno del presidente gallego si va a desmentir o, al menos, matizar, al vicesecretario de Organización del partido. La respuesta, lejos de abogar por la moderación, va en una línea completamente contundente y radical, pues no se basa solo en la negativa, sino que justifica que “quien pacta con quien se marchó de España en un maletero es quien debería irse de esa forma de nuestro país”

"Con que abandone la presidencia, me vale"

Hay miembros que han eludido entrar al juego de Tellado, como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida quien, a preguntas de los periodistas ha señalado que a él "con que abandonde la presidencia del Gobierno", le vale.

Quién es Miguel Tellado

Actualmente, Tellado ejerce como Vicesecretario de Organización de la formación conservadora, pero además de ello es uno de los elegidos por el PP a la hora de escoger de qué manera llevar el relato, en el que los cambios son una constante.

Así, la mano derecha del presidente popular desde su etapa en la Xunta ha pasado a ser uno de los principales baluartes cuando el partido ha querido abogar por la dureza. Es lo que volvió a pasar el pasado lunes, cuando en la rueda de prensa de Génova, en la que habitualmente hablan los portavoces Cuca Gamarra o Borja Sémper, fue Tellado el que se dirigió a los medios de comunicación y e invito a la huida del presidente del Gobierno “por permitir esta nueva humillación de nuestro país”.

En la actualidad, su episodio más conocido pasa por su férrea defensa al acosador del exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, pero no es la primera vez -y todo hace presagiar que tampoco será la última- en la que el político baja al barro.

En el ámbito más profesional, Tellado estudió políticas y, para sorpresa de muchos, su primer acercamiento del gremio dentro de la universidad fue a un movimiento estudiantil de izquierdas, pero después cambió de lado y se unió al PP de Ferrol, desde el que fue subiendo puestos hasta que en 2012 pasó a formar parte del parlamento gallego. Dos años más tarde le nombraron portavoz parlamentario.

Convertido en una de las personas de máxima confianza de Feijóo, el tono elevado es la máxima en su política. Ejemplo de ello es que a lo largo de su trayectoria ha llegado a vincular al Bloque Nacionalista Gallego (BNG) con el comando Barcelona de ETA.

Pero tampoco ha tenido reparo con la extrema derecha. Un caso aquí se encuentra en las elecciones generales de 2019, cuando animó a los votantes de derechas a meter la mano en los buzones de sus vecinos para coger “los sobres de la bandera de España” y tirarlos “al cubo de la basura” para “ahorrar un disgusto a nuestro país”. No tardó en salir a decir que se trataba de una broma debido a las críticas recibidas.

Defensor del acosador de Óscar Puente

El que fuera alcalde de Valladolid, Óscar Puente, sufrió una agresión por parte de Lucas Burgueño en el AVE cuando se dirigía a Madrid para comparecer en el Congreso de los Diputados durante la sesión de investidura fallida de Feijóo.

Tellado, frente a la evidencia, justificó en varias ocasiones que el diputado socialista “no fue víctima” de ninguna agresión y que la detención del psicólogo por presuntamente haber increpado a la compañera de piso de su pareja “no prejuzga” lo ocurrido en el vagón: “Todos podemos ver las imágenes de aquel encuentro (…) Intentó un abuso de poder parando un tren durante media hora porque se empeñó en que un pasajero de ese tren debía bajarse y, no contento con la intervención de la interventora, requirió la presencia de agentes de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”. En el caso de Puente, asumía que “es un ciudadano normal como somos todos” y “creer que un diputado goza de un estatus superior es no entender a qué nos dedicamos”.

Trascendió que Burgueño había coaccionado y amenazado a su madre, quien le acusó de difundir un vídeo sexual y pedirle dinero a cambio para no enviarlo. Días después sería detenido hasta una tercera vez  por saltarse la orden de alejamiento.

El PP asume la deriva totalitaria

El PP opta así por la vía de la radicalización con el propio Tellado y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al frente.

La líder regional siempre toma la delantera en este tipo de acusaciones, y con el tema de la amnistía no iba a ser diferente. No tuvo ningún reparo en decir que el líder del Ejecutivo en funciones trata de “colarnos una dictadura por la puerta de atrás”. Y no lo dijo una vez, sino que el pasado domingo en la manifestación convocada por su partido en la Puerta del Sol y demás plazas de España, la líder regional mantuvo que el proyecto de Sánchez es una muestra de “totalitarismo” e incluso que busca que el PP “desaparezca”.

Con este tipo de acusaciones, a Feijóo se le complica la “mesura” a la que ha vuelto a invitar este martes Gamarra en el Congreso de los Diputados insistiendo, eso sí, en que seguirán “canalizando” el descontento en la calle y que el PP dará la batalla tanto aquí como en los ámbitos institucional, político y jurídico.

La portavoz popular se ha referido asimismo a la tensión que se prevé en el devenir de la investidura ante la posibilidad de que grupos ultras asedien el Congreso. A preguntas de periodistas, la también responsable parlamentaria ha dirigido sus esperanzas de que todo se desarrolle con normalidad. “Lo rechazamos en su momento (en referencia al movimiento de 2016 frente a la Cámara Baja) y en este”, ha emitido.

En otro orden de cosas, el PP se mueve a medio camino entre el intento de contención y la dureza, algo que se vio cuando Feijóo tardó en condenar expresamente -y cuando lo hizo, fue con asterisco- los episodios vandálicos de Ferraz, más que Gamarra e incluso la propia Ayuso.