El Congreso se blinda este miércoles ante la investidura de Pedro Sánchez después de una escalada de tensión alentada por Vox y en la que el PP también ha aportado. No es la primera vez que el descontento social se canaliza frente al Congreso de los Diputados o una Cámara regional. Sin embargo, el riesgo y el miedo parece mayores en este caso, ambos alimentados por un discurso que desde la extrema derecha defienden a las claras y con los populares en la senda de la radicalización después de que en el día de ayer el vicesecretario de Organización, Miguel Tellado, dijera que Pedro Sánchez debía “irse del país en un maletero” por su “humillación” a España. A ello hay que sumarle que Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, no ha tenido miramientos a la hora de señalar que el presidente del Gobierno en funciones quiere "colar una dictadura por la puerta de atrás" y que sus acuerdos con el independentismo traen el "totalitarismo" a España. 

Deslegitimar la democracia y no aceptar los resultados -como, por cierto, también hace Feijóo- que han arrojado las urnas tiene consecuencias, y no es tan difícil que este tipo de protestas a pie de calle se vayan de las manos. Esto es lo que sucedió en 2021, cuando simpatizantes de Donald Trump, alentados por el presidente estadounidense, accedieron por la fuerza en el Capitolio tras su derrota electoral. El hecho se saldó con cinco muertes y más de 700 detenciones

Misma estrategia es la que siguió Jair Bolsonaro, en Brasil, en su caso en 2023 y tras el triunfo de Lula. También con un discurso muy similar al que adoptan las derechas dentro de nuestras fronteras, miles de simpatizantes ultraderechistas se encaminaron a la Cámara carioca sin aceptar la derrota. En concreto, 1.500 personas fueron detenidas por la ofensiva a la Presidencia, el Congreso y el Supremo. Un centenar de ellos serían después acusadas formalmente de golpismo

Para evitar imágenes similares a la de cualquiera de los dos países, el Congreso se blinda con un protocolo antiultras del que forman parte más 1.300 agentes y que contempla la protección de la entrada al Parlamento con furgones policiales y decenas de vallas, así como las restricciones a partir de la calle Cedaceros. También apuntan fuentes cercanas a este medio que delegación del Gobierno e incluso el Ayuntamiento de Madrid puedan retrasar la zona de estancia desde el cruce este punto hasta Nepturo para mantener a los manifestantes lo más alejados posible.

El PP se radicaliza

A Feijóo parece costarle desligarse de posiciones como la de Tellado o Ayuso, aunque otros miembros de su cúpula como la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, insistan -este jueves lo ha vuelto a hacer desde el propio Congreso- en tomar la calle de manera pacífica, como la mayoría de los ciudadanos que acudieron a las plazas de España el pasado domingo tras una continuidad en la violencia frente a la sede socialista en Ferraz que se mantiene hasta día de hoy.

A todo ello hay que añadir que, más allá de tardar más o menos en condenar de manera expresa estos actos, el relato de todo el PP para protestar por la investidura de mañana se basa en que el gallego  ganó las elecciones y Sánchez las perdió, obviando que la política lleva mucho tiempo siendo una cuestión de pactos y que el mismo partido de Génova gobierna en varias comunidades y localidades del país de manera conjunta con una extrema derecha que sí ha invitado expresamente a dudar de los resultados cuando ésto no les convienen.

Vox echa gasolina a la llama de la calle

. Desde el primer día en el que los ultras asediaron el lugar de encuentro del PSOE, en el centro de Madrid, Santiago Abascal ha estado llamando a la “movilización permanente” sin bajar de marcha en ningún momento. Es más, tanto él como otros miembros de su partido, entre los que destacan el vicepresidente de Vox, Juan García-Gallardo, han estado en varias de las concentraciones en las que se han podido ver proclamas e insultos por la ley de amnistía, saludos fascistas o banderas anticonstitucionales. El propio Gallardo, de hecho, no ha tenido reparo en dirigir la contienda megáfono en mano.

Cabe destacar que las movilizaciones violentas a las que llevamos asistiendo desde hace más de diez días están convocadas por varios círculos, algunos de ellos vinculados con Vox, como Revuelta -sector más joven de la formación ultraderechista-, algunos independientes y otros rostros de sobra conocidos como el agitador ultra Alvise Pérez, el responsable de Desokupa, Daniel Esteve, o el periodista Bertrand Ndongo.

El intento de asalto al Parlamento de Feijóo

 “Lo rechazamos en su momento (en referencia al movimiento de 2016 frente a la Cámara Baja) y en este”, ha emplazado Gamarra desde la Cámara Baja ante la posibilidad de que mañana se reproduzcan los altercados de Ferraz en el Congreso y por qué no, un día más en la sede socialista.

Néstor Rego, portavoz del BNG, ha recordado en la misma sala cuando el PP intentó “asaltar al Parlamento” en 2005, mientras se celebraba la investidura del gobierno de coalición entre los gallegos y el PSOE. "Algunos de los que se ven en la fotografía continúan siendo alcaldes del Partido Popular”, ha remachado.

Cuando Génova criticaba el ‘rodea al Congreso’ de izquierdas

El PP fue muy crítico con el movimiento ‘Rodea el Congreso’ organizado en 2016 por sectores de izquierdas en contra de la investidura de Mariano Rajoy.

La marcha fue promovida por formaciones nacionalistas como EH Bildu y apoyada por Podemos. El lema rezaba: “Ante el golpe de la mafia, democracia. No a la investidura ilegítima” y, desde el corazón de la capital, se escucharon proclamas como “sí se puede” desde la Puerta del Sol. Hay que señalar que la movilización entonces no era solo contra un PP empañado por la corrupción, sino también contra el PSOE “por los ERE” y contra la Jefatura de Estado, salpicada -más allá de que se abogase por una mayoría republicana o monárquica- por el caso Nóos en el que se vio implicado sobre todo Iñaki Urdangarín.

Los populares han hecho no solo alusión a estas protestas, sino a las que en marzo de 2004, después de que el expresidente José María Aznar mintiera sobre la autoría del atentado terrorista en Madrid, rodearan Génova. El partido de Feijóo ha considerado en el marco de la violencia en Ferraz que esta segunda fue una “manifestación ilegal y legítima”.